Justicia climática: ¿Países ricos deben compensar a pobres?
Los desastres causados por las lluvias monzónicas en Pakistán avivan el debate en torno a si las naciones ricas, que son las principales responsables del cambio climático, deben compensar a las pobres por las tragedias naturales que sufren asociadas con ese fenómeno
Todos los aspectos de la vida de Rajul Noor fueron arruinados por enormes inundaciones durante la época del monzón. La casa de esta niña de 12 años fue destruida, lo mismo que la escuela que tanto quería. Los amigos con los que jugaba e iba caminando a la escuela se dispersaron porque sus familias buscaron refugio en otros sitios.
“Nuestro mundo quedó bajo el agua y nadie nos ayudó”, comentó la niña, hablando en una carpa en la que viven ella, sus padres y sus cuatro hermanos en Dadu, en la provincia paquistana de Sindh.
Casi la totalidad de las cosechas de algodón y arroz del distrito fueron arruinadas. Más de la mitad de las escuelas primarias y secundarias quedaron total o parcialmente destruidas, según las autoridades. Hay por todos lados embarcaciones en tierra firme que fueron arrastradas por las aguas, con las pertenencias de sus dueños. Semanas después de que terminasen las lluvias, todavía hay edificios parcialmente sumergidos.
Estas escenas se repitan en ciudades y pueblos de todo Pakistán.
La destrucción avivó el debate sobre la “justicia climática”: ¿Los países ricos, que son los principales causantes del cambio climático que tantas tragedias naturales genera, deben pagar compensaciones por los daños que sufren países pobres como Pakistán?
Es una idea que las naciones desarrolladas rechazan, pero Pakistán y otros países en desarrollo quieren que sea seriamente considerada en la cumbre de COP27 del mes que viene sobre el cambio climático a llevarse a cabo en Egipto.
En muchos sentidos, Pakistán simboliza el dilema actual. Los científicos dicen que no hay dudas de que el cambio climático contribuyó para que la temporada de lluvias monzónicas fuese más intensa. Las lluvias fueron tres veces y media lo que cae normalmente y dejaron un tercio del país bajo el agua. Fallecieron al menos 1.300 personas y 33 millones resultaron afectadas.
Pakistán, que contribuye apenas el 0,8% de las emisiones que hay en el mundo, sufrió daños por valor de más de 30.000 millones de dólares, equivalentes a más del 10% de su PBI. Debe reparar o reemplazar 2 millones de viviendas que fueron dañadas o destruidas, casi 24.000 escuelas, unos 1.500 centros de atención médica y 13.000 kilómetros (7.800 millas) de carreteras.
El agua barrió asimismo con puentes, hoteles, presas y otras obras de infraestructura.
“Estos 33 millones de personas pagan con su vida y sus medios de vida por la industrialización de las naciones más grandes”, afirmó el ministro de relaciones exteriores paquistaní Bilwal Bhutto-Sardari recientemente en las Naciones Unidas.
La ministra del cambio climático Sherry Rehman fue más lejos y dijo que los países ricos les deberían pagar reparaciones a las naciones afectadas por desastres climáticos.
Los países desarrollados se niegan ha contemplar reparaciones, temerosos de que les lluevan reclamos de todos los rincones del mundo. Aceptaron aportar dinero para ayudar a las naciones pobres a reducir sus emisiones y adaptar sus infraestructuras para hacer frente al cambio climático, pero se toman su tiempo para hacer sus contribuciones. En la conferencia COP26 del año pasado en Glasgow, Estados Unidos y miembros de la Unión Europea se negaron a crear un fondo para compensar a los países pobres por los “daños y perjuicios” ya causados por el cambio climático.
“Va a llegar el momento en que (los países ricos) tendrán que hacer algo. Este es un reclamo que no va a desaparecer”, expresó Margeretha Wewerinke-Singh, profesora de legislación internacional de la Universidad Leiden de Holanda, quien está asesorando a Vanuatu acerca del tema.
Wewerinke-Singh opina que se puede acudir a los tribunales. Las leyes internacionales estipulan que las naciones tienen la obligación de no causar daños al medio ambiente de otros estados y que cualquier violación conlleva la obligación de reparaciones, ya sea reparando los daños o pagando compensaciones.
La experta indicó que Pakistán tiene dos opciones: Para empezar, puede acudir a organismos internacionales como la Corte Penal de Justicia. Países como Estados Unidos y China --dos de los principales emisores de gases de efecto invernadero--, sin embargo, no reconocen la jurisdicción de la CPI. La otra alternativa sería demandar a gobiernos y a empresas de combustibles fósiles ante tribunales nacionales.
Eso es lo que se hizo en relación con el tabaco.
“Las disputas legales en torno al cambio climático recién comienzan. El tabaco es un ejemplo de algo a lo que se le dio muy pocas posibilidades de éxito, que sin embargo funcionó”, manifestó.
Pakistán ha dicho que no quiere reparaciones. Solo afirma que los países ricos tienen la obligación moral de ayudarla a combatir el impacto del cambio climático.
Observadores dicen que esa política puede rendir más beneficios que el reclamo de reparaciones.
Otro tema relevante es la responsabilidad de los países pobres en los problemas que enfrentan por el cambio climático.
En el caso de Pakistán, Ayesha Siddiqi, experta en el tema, afirma que el país es responsable de muchas de sus vulnerabilidades porque no tomó medidas preventivas, se construye mucho en zonas proclives a sufrir inundaciones y abundan los megaproyectos como enormes presas y sistemas de drenaje a lo largo del río Indo que empeoran las cosas al impedir que las aguas de las inundaciones tengan adónde ir causando los menores daños posibles.
“Todo gira en torno a cómo controlar el río”, expresó Siddiqi.