Hungría acude a votar a la sombra de la guerra en Ucrania
Las urnas abren en Hungría, donde los votantes enfrentan una decisión: apostar por una coalición diversa y de tendencia occidental o reelegir al primer ministro Viktor Orban, un nacionalista, para un cuarto mandato
Las urnas abrieron el domingo por la mañana en Hungría, donde los votantes enfrentaban una decisión: apostar por una coalición diversa y de tendencia occidental o reelegir al primer ministro Viktor Orban, para un cuarto mandato.
Se esperaba que las elecciones fueran las más ajustada del país centroeuropeo desde que el líder nacionalista llegó al poder en 2010, ya que los seis principales partidos de la oposición dejaron de lado sus diferencias ideológicas para presentar un frente unido ante su partido conservador Fidesz.
Sondeos recientes apuntaban a una votación reñida, aunque daban una pequeña ventaja a Fidesz. Parecía probable que los indecisos determinaran el ganador en los comicios del domingo.
Sin embargo, partidos de la oposición y observadores internacionales señalan que hay obstáculos estructurales para derrotar a Orban en las urnas, como la marcada cobertura a favor del gobierno en los medios públicos, unos medios privados controlados por aliados de Orban y un mapa electoral con un trazado de circunscripciones muy manipulado.
Pese a las complicaciones, la coalición opositora de seis partidos, Unidos por Hungría, pidió a los votantes que respaldaran sus esfuerzos de introducir una nueva cultura política en Hungría basada en una gobernanza plural y en reparar sus alianzas con la UE y la OTAN.
El candidato de la coalición, Peter Marki-Zay, ha prometido poner fin a lo que describe como una corrupción rampante en el gobierno y subir el nivel de vida aumentando el financiamiento de los renqueantes sistemas públicos de salud y educación.
Orban, un feroz crítico de la inmigración, los derechos LGBTQ y los “burócratas de la UE”, se ha granjeado la admiración de nacionalistas conservadores de toda Europa y Norteamérica.
El primer ministro ha colocado muchas de las instituciones democráticas de Hungría bajo su control y se ha presentado como un defensor de la cristiandad europea ante inmigrantes musulmanes, el progresismo y los “cabilderos LGBTQ”.
Sus frecuentes choques con la UE han incluido acusaciones de que sus medidas violan los derechos de las personas LGBTQ, gastan fondos comunitarios de forma inapropiada y ejercen un control excesivo sobre los medios. Como resultado, la UE ha retenido miles de millones de euros en fondos para Hungría.
Aunque Orban había hecho campaña sobre cuestiones sociales y culturales divisivas, el tono de sus mensajes cambió de forma drástica cuando Rusia invadió la vecina Ucrania en febrero.
La oposición pidió que Hungría apoyara a su asediado vecino y actuara al unísono con sus socios de la UE y la OTAN, pero Orban, viejo aliado del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha insistido en que Hungría debe permanecer neutral y mantener sus estrechos lazos económicos con Moscú, lo que incluye importar gas y petróleo ruso.
Sin embargo, el candidato opositor Marki-Zay ha acusado a Orban de ponerse del lado de Putin y dijo que la estrategia del mandatario “le dejó solo" en la comunidad europea.