Henley en la cima después de una primera ronda inconclusa
Russell Henley firma tarjeta de 67 golpes y aventaja provisionalmente la primera ronda del U.S. Open, la cual fue suspendida a causa de la neblina
Una vez que la neblina se disipó en Torrey Pines, un protagonista habitual del U.S. Open quedó al descubierto.
Un largo jueves terminó en penumbras y con Russell Henley en la cima y con Louis Oosthuizen perfilado a unírsele unavez que se reanude la primera ronda la mañana del viernes. Hubo algunas sorpresas, típicas de las primeras rondas de la mayoría de los majors.
Y también hubo la habitual aparición de Brooks Koepka.
Brooks Koepka siempre está en el U.S. Open.
“No fue lo mejor”, declaró. “Pero me definitivamente me conformo”.
Con un plan simple y una ejecución sólida para casi cualquier campo del U.S. Open, Koepka terminó dos bajo par, 69, para extender su increíble récord. Fue su sexta ronda consecutiva con menos de 70 en un torneo que tiene la reputación de ser la prueba más complicada del deporte.
Remontándose a su ronda final en Oakmont, 11 de sus últimas 14 rondas han sido de menos de 70 golpes en el U.S. Open.
“Simplemente tengo un buen plan, concentrado, sé lo que hago, y no intento hacer nada que no pueda”, dijo Koepka. “Todo gira en torno a la disciplina en el U.S. Open. Supongo que esa es la esencia”.
Oosthuizen fue uno de 36 jugadores que no pudo concluir su ronda debido a una demora de 90 minutos por la neblina al inicio de su vuelta. Reanudarán la mañana del viernes y después disputarán su segunda ronda por la noche.
La primera visita de Henley en siete años a Torrey Pines resultó mucho mejor que la última, en especial considerando las circunstancias. Cualquier cosa cercana al par nunca estorba en un U.S. Open, y su tarjeta de 67, cuatro bajo par, fue 12 golpes mejor que su única aparición previa en este campo.
Oosthuizen, segundo lugar en el PGA Championship del mes pasado en Kiawah Island, terminó cuatro bajo par a falta de dos hoyos.
El campo fue complicado, tal como se anticipaba. El viento superó las expectativas, pero no se necesita de mucho para convertirse en un desafío.
“Si va a soplar así toda la semana, va a ser una semana muy complicada. Eso es lo que se quiere en un U.S. Open, ¿no?” dijo Henley.