El vóleibol de playa amplía sus horizontes
EEUU y Brasil han dominado el vóleibol de playa por décadas, pero la presencia de México y Marruecos en los Juegos Olímpicos de Tokio refleja los esfuerzos de los dirigentes del deporte por llegar a todos los rincones del mundo
El vóleibol de playa trata de expandir sus horizontes.
Dominado por décadas por Estados Unidos y Brasil donde se juega en el sur de California y en las playas de Copacabana, el deporte extiende sus tentáculos gracias a iniciativas de la Federación Internacional de Vóleibol en países donde no tiene una gran tradición.
Prueba de ello es la presencia de México y Marruecos en los Juegos Olímpicos de Tokio. Ambos se clasificaron en torneos que reparten una plaza por continente. Y dos africanos que representan a Catar están entre los favoritos para ganar medallas.
“El sueño de todo deportista es llegar a los grandes escenarios, como los Juegos Olímpicos”, expresó la keniana Guadencia Makokha, cuyo equipo figura en el 96to lugar de la clasificación de la FIV, pero ganó el torneo clasificatorio africano y vino a Tokio.
El vóleibol de playa pasó a ser uno de los deportes más populares de los Juegos Olímpicos tras su admisión en 1996.
Sin embargo, solo cinco países han ganado medallas en la rama femenina y Brasil y Estados Unidos se alzaron con 13 de las 18 plazas en el podio. Entre los hombres, nueve equipos conquistaron medallas, pero Estados Unidos y Brasil son también las fuerzas dominantes.
Brasileños y estadounidenses enviaron cuatro parejas a Tokio daod que se permiten solo dos por rama a cada país. De lo contrario, si fuese por méritos, hubieran podido inscribir muchos más, hasta nueve parejas en la rama femenina.
“Es bueno ver otros países. Eso demuestra lo grande que es el deporte”, dijo la jugadora estadounidense Sarah Sponcil. “Crece año tras año. Queremos ver caras nuevas cada vez que salimos al terreno de juego”.
La FIV reserva casi un tercio de las 24 plazas para equipos surgidos de torneos clasificatorios continentales. Es por ello que vinieron el equipo femenino de Kenia, así como uno de Marruecos que está 67mo en el mundo y otro de Argentina que está 38vo, ambos en la rama masculina. Vino asimismo una pareja australiana que está 46ta y no ha jugado en torneos internacionales desde hace tiempo por las restricciones asociadas con la pandemia del coronavirus.
“Esta es la esencia de los olímpicos”, comentó el italiano Adrian Carambula. “Es lindo ver todos estos países en la Villa Olímpica y en la ceremonia inaugural. Me gusta competir contra ellos, conocer sus culturas”.
Según Waithaka Kioni, presidente de la federación keniana de vóleibol, en muchos países africanos el vóleibol de playa no tiene mucha tradición y no se cuenta con la infraestructura necesaria para difundirlo.
La presencia de Makokha y Brackcides Khadambi, las primeras kenianas clasificadas al vóleibol de playa olímpico, “es un hecho histórico para nosotros”, declaró Kioni. “Si tienes un gobierno que no quiere gastar en el deporte, eso es un problema. Si contásemos con los recursos necesarios, podríamos ir más lejos todavía”.
La FIV dijo que ese es el objetivo de la Copa Continental, creada antes de los juegos de Londres del 2012 y que describe como “un paso vital para asegurarse de que más países tienen la oportunidad de clasificarse para los juegos”.
“Queremos que todos los países tengan la oportunidad de experimentar un deporte tan lindo como el vóleibol de playa”, dijo la FIV.
Makokha se clasificó para los juegos del 2016 con el equipo keniano de vóleibol bajo techo. “Después probamos el vóleibol de playa y aquí estamos”, expresó.
Las kenianas perdieron sus dos primeros partidos, ante Letonia y Estados Unidos. El duelo con las norteamericanas duró apenas 25 minutos y fue el partido más corto jamás registrado con el actual formato.
Pero familiares y amigos se despertaron a las tres de la mañana en Nairobi para verlas jugar.
“Queremos que la gente sepa que todo es posible”, dijo Makokha. “Que haga lo que desea hacer y logre sus propósitos”.