Dólar se dispara y genera incertidumbre en Venezuela
Los venezolanos están acumulando alimentos, entre otras provisiones, nerviosos por el alza abrupta que experimenta el dólar en este país sudamericano, luego de un período de incrementos moderados, que dieron sosiego y fueron recibidos como un bálsamo a las penurias sufridas durante cuatro años de hiperinflación
Los venezolanos están acumulando alimentos, entre otras provisiones, nerviosos por el alza abrupta que experimenta el dólar en el país sudamericano, luego de un período de incrementos moderados que dieron sosiego y fueron recibidos como un bálsamo a las penurias sufridas durante cuatro años de hiperinflación.
“Saqué de debajo del colchón mis dólares para soportar este temporal, los precios subieron de un día para otro”, aseguró Olga Romero, una oficinista de 46 años, que llevaba en su carrito de supermercado arroz, azúcar, aceite, harina de maíz, entre otros rubros básicos, que se cuentan entre los que más han subido de precios en las últimas dos semanas.
“Tengo familiares que no tienen dólares que ya la están pasando muy mal, porque ahora más que nunca no le alcanzan los bolívares para comprar”, acotó Romero, quien trabaja en una empresa privada que le paga parte de su salario en dólares. “Espero que esto no se alargue como la otra vez”, añadió en alusión a los recientes y duros tiempos de hiperinflación de cuatro dígitos.
Ese nerviosismo se debe a que la tasa de cambio en el mercado negro se elevó de 6,67 a 9,08 bolívares por dólar entre el 18 y 24 de agosto, según el portal “Monitor Dolar Vzla", mientras que la tasa oficial trepó de 5,97 bolívares a 7,01 bolívares, el nivel más alto desde octubre del 2021, cuando debutó una nueva moneda con seis ceros menos para facilitar las cuentas en bolívares y estimular el uso de la moneda nacional.
En Venezuela existen varios portales que a diario publican las variaciones del dólar en el mercado negro. Al principio el gobierno trató de bloquear esas páginas de Internet e incluso detuvo a algunos de los dueños de esos portales, acusándolos de difundir cotizaciones falsas de divisas con el propósito de desestabilizar la economía de Venezuela, promover la especulación cambiaria y destruir la devaluada moneda nacional. Pero con el pasar del tiempo desistió en su intento de evitar su publicación, mientras que muchos operan desde el extranjero.
El 6 de octubre, el primer día de operaciones con la nueva moneda, el dólar se cotizó en 4,19 bolívares por dólar y hasta mayo pasado se mantuvo estable, alrededor de los cinco bolívares por dólares.
Por años han coexistido dos tasas de cambio en Venezuela: La del Banco Central de Venezuela (BCV) y la del mercado negro. La brecha entre ambas genera fuertes distorsiones en los precios y en el comercio en general, por lo que históricamente ha sido determinante en el alza de la inflación, según los expertos.
Por ello, para tratar de frenarla, desde hace dos años se legalizó el uso indistinto de bolívares y divisas, incluso criptomonedas.
Varios analistas coinciden en que el repunte del tipo de cambio en parte sería consecuencia de que el Banco Central ofertó una cantidad insuficiente de divisas en el mercado cambiario, a la par que muchos venezolanos, particulares y empresarios, por desconfianza en las autoridades monetarias del país buscan proteger sus fondos comprando dólares en el mercado negro.
“Venezuela es un país que desde hace tiempo perdió la confianza en su moneda, el bolívar, con lo cual cualquier excedente de bolívares la gente lo cambia bien sea por bienes o por dólares. Eso hay que entenderlo”, dijo a The Associated Press Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma local de análisis Ecoanalítica.
Oliveros indicó que la semana pasada el gobierno del presidente Nicolás Maduro inyectó una cantidad mayor de bolívares a la que venía realizando como parte de la ejecución de sus gastos, mientras que la oferta de divisas del BCV se redujo al mínimo.
La coincidencia de una inyección masiva de bolívares con una oferta mínima, casi inexistente de dólares, provocó “un desastre”, puesto que toda esa demanda se trasladó al mercado negro donde las divisas son escasas y esto presionó al alza el precio del dólar, destacó el analista.
Voceros del Banco Central no estuvieron disponibles para un comentario y tampoco el ente emisor ha divulgado algún reporte para tranquilizar el mercado.
En Venezuela, donde los salarios se fijan en bolívares y los precios tienen como referencia su valor en dólares, cualquier variación cambiaria abrupta enciende las alarmas.
“Estamos pasando hambre, (el presidente) Maduro dice que la economía va bien; pero yo no lo siento ni en el bolsillo ni en el estómago”, dijo Ángel González, que se quejaba que el kilo de carne subió a 117,13 bolívares o 15% en apenas ocho días y el dinero apenas le alcanza para comprar un kilo semanalmente para una familia de cuatro miembros.
Como González, la mayoría de los venezolanos tienen un nivel de ingresos precario. La Organización Mundial de la Salud ha dicho que los venezolanos acusan un déficit alimentario.
El salario mínimo fue incrementado en marzo pasado a unos 126 bolívares mensuales, lo que equivalía entonces a unos 27,13 dólares. Ese salario ahora representa 17,97 dólares al tipo de cambio oficial. El anterior salario mínimo era equivalente a 1,47 dólares al mes.
El alza del tipo de cambio se produjo dos días después que Maduro anunció que la economía venezolana experimenta un crecimiento sostenido de dos dígitos desde mediados del año pasado y que las proyecciones para lo que resta del 2022 son favorables después de seis años de recesión.
Citando cifras del BCV, Maduro indicó que en el tercer trimestre del año pasado el crecimiento se ubicó en 14.65% y entre octubre y diciembre fue de 19,07%. En el primer trimestre de 2022, en tanto, Venezuela registró un crecimiento de 17,04% y para el segundo trimestre de este año se proyecta un aumento de 18,07%, agregó.