Disturbios en Trípoli ahuyentan a un mandatario libio
El intento de uno de los dos primeros ministros rivales de Libia para tomar posesión con su gobierno en la capital, Trípoli, provoca disturbios entre milicias enfrentadas, que obligan al recién nombrado líder a abandonar la ciudad
El intento de uno de los dos primeros ministros rivales de Libia para tomar posesión con su gobierno en la capital, Trípoli, provocó disturbios el martes entre milicias enfrentadas, que obligaron al recién nombrado líder a abandonar la ciudad. Los incidentes subrayaron la fragilidad de la situación en el país norteafricano arrasado por la guerra.
La oficina del primer ministro, Fathi Bashagha, dijo que el político llegó a Tripoli con varios ministros del gobierno a primera hora del martes, tres meses después de su nombramiento para encabezar un gobierno interino.
Es probable que la medida avive las tensiones entre los gobiernos rivales en el país. Medios locales locales reportaron por la mañana enfrentamientos entre distintas militas y fuerzas rivales que respaldan a los dos bandos en el centro y en otros puntos de la ciudad.
El gobierno del cuestionado primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, con sede en Trípoli, no realizó comentarios de inmediato.
Los residentes contaron que escucharon fuertes disparos en distintas partes de la ciudad. “Hubo balaceras y tiros por todas partes”, afirmó Salim Ahmed, un maestro de escuela. Algunas escuelas de Trípoli suspendieron las clases.
Bashagha y sus ministros abandonaron la ciudad más tarde “por el bien de la seguridad de los ciudadanos y para frenar el derramamiento de sangre”, explicó su oficina.
La asesora especial de Naciones Unidas para Libia, Stephanie Williams, pidió calma y que las partes abran un diálogo para zanjar sus disputas.
“El conflicto no puede resolverse con violencia, sino con diálogo y mediación", señaló en Twitter, agregando que la ONU está dispuesta a recibir a todas las partes para “ayudar a Libia a encontrar una forma genuina y consensuada hacia la estabilidad y las elecciones”.
Bashagha, que antes fue ministro del Interior, fue nombrado primer ministro por el parlamento del país, asentado en el este, en febrero. Pero Dbeibah, un adinerado empresario, se ha negado a renunciar e insiste en que cederá el poder únicamente a un gobierno salido de las urnas. Ambos proceden de la poderosa ciudad occidental de Misrata.