Descartan diseño de Trump para el avión presidencial de EEUU
El gobierno del presidente Joe Biden descarta la propuesta de su antecesor Donald Trump para la nueva generación de aviones presidenciales, tras una revisión de la Fuerza Aérea que determinó que el cambio aumentaría costos y retrasaría la entrega de las nuevas aeronaves
El gobierno del presidente Joe Biden descartó la propuesta de su antecesor Donald Trump para un diseño azul, rojo y blanco para la nueva generación de aviones presidenciales, luego de que una revisión de la Fuerza Aérea determinó que el cambio aumentaría costos y retrasaría la entrega de las nuevas aeronaves.
Boeing está modificando dos Boeing 747-800 que llevarán la insignia presidencial Air Force One cuando el presidente esté a bordo, en reemplazo de la flotilla actual de 747-200. En 2018, Trump instruyó que las nuevas aeronaves abandonaran el diseño icónico azul y blanco de la era Kennedy y adoptaran un rojo y un azul más intensos.
El esquema propuesto por Trump no será utilizado porque pudiera aumentar los costos y el tiempo de entrega, además de requerir más cambios estructurales, de acuerdo con un funcionario del gobierno que habló a condición de preservar el anonimato.
La revista Politico reportó inicialmente que el estudio del nuevo diseño por la Fuerza Aérea había concluido que el tono de azul sugerido por Trump para la parte inferior del avión y las turbinas habría creado problemas de sobrecalentamiento para el avión, lo que requeriría rediseños costosos y causaría demoras adicionales en el programa, que ya está retrasado.
La generación actual de las aeronaves trasportó primero a George H.W. Bush. Cuando ocupaba la presidencia, Trump tenía en una mesa en su oficina en la Casa Blanca una maqueta del que él quería como el nuevo avión presidencial.
“El azul celeste no nos sienta”, dijo a Fox News en 2019 tras dar a conocer esbozos de su diseño ideal para el exterior del avión.
El diseño de Trump utilizaba los colores de la bandera estadounidense. La mitad superior del fuselaje sería blanca, mientras que la parte inferior sería azul oscuro. Una franja de rojo intenso se extendería desde la cabina del piloto hasta la cola por toda la parte intermedia del fuselaje: un diseño casi idéntico al del avión personal de Trump, pero con el azul y el rojo invertidos.
El gobierno no dio a conocer formalmente un nuevo diseño para los aviones presidenciales, que están actualmente en una planta de Boeing en San Antonio, Texas, para realizarles modificaciones extensas. En estos momentos tienen un diseño simple en azul y blanco con insignias de la Fuerza Aérea.