Critican programa de deportaciones de la UE
Auditores de la Unión Europea advirtieron el lunes que el programa del bloque de deportación de migrantes no está funcionando bien y que cualquier intento que obligar a los países a recibir de vuelta a sus ciudadanos podría resultar contraproducente
Auditores de la Unión Europea advirtieron el lunes que el programa del bloque de deportación de migrantes no está funcionando bien y que cualquier intento que obligar a los países a recibir de vuelta a sus ciudadanos podría resultar contraproducente.
La UE está profundamente dividida en cuanto a cómo manejar la llegada de migrantes no autorizados desde que más de un millón de personas llegaron en 2015, la mayoría de ellos sirios o iraquíes que ansiaban cruzar a Europa vía Grecia
Pero la mayoría de las naciones de la UE coinciden en que el mayor esfuerzo debe recaer en evitar preventivamente la entrada de los migrantes mediante acuerdos con los países de donde vienen o por donde cruzan, y en deportar a quienes carecen de permiso legal para quedarse.
En su nuevo reporte, la Corte Europea de Auditoría indicó que de unas 500.000 personas que recibieron órdenes de deportación de la UE desde el 2008, sólo el 29% fue realmente expulsado. Sólo el 19% de los que venían de países fuera de Europa fueron enviados de vuelta.
El auditor jefe Leo Brincat declaró a reporteros que las “deportaciones efectivas” son “parte esencial de toda política migratoria global”.
Sin embargo, añadió, “el actual programa de devoluciones de la UE sufre de deficiencias graves que llevan a resultados opuestos a los deseados”.
El reporte destaca que los países de la UE están divididos en cuanto a si hay que aplicar sanciones económicas o políticas para obligar a otras naciones a cooperar en su manejo de las llegadas masivas.
En particular, la comisión advirtió que usaría su política de entrega de visas para animar a otros países a recibir de vuelta a sus ciudadanos. En julio, cuando llegaron muchos migrantes iraquíes a Lituania procedentes de Bielorrusia la comisión amenazó con imponer restricciones de visas a diplomáticos y funcionarios iraquíes.