Con pastel y mañanitas, Poniatowska celebra en Bellas Artes
La escritora mexicana Elena Poniatowska celebró a lo grande su cumpleaños 90 en el palacio de Bellas Artes con todo y pastel y mañanitas interpretadas por una orquesta
No sería un cumpleaños mexicano sin un pastel y la canción tradicional “Las mañanitas”, por lo que estos elementos estuvieron presentes en el homenaje nacional “Elenísima”, a la escritora Elena Poniatowska, realizado el jueves en el Palacio de Bellas Artes.
La agasajada, autora de “Tinísima”, “Hasta no verte Jesús mío” y “La noche de Tlatelolco”, fue la última en hablar en esta alegre ocasión, pero sus palabras sirvieron para emocionar a todos los asistentes, incluyendo funcionarios, políticos, colegas y ciudadanos de a pie, estos últimos a los que ha dedicado buena parte de su carrera.
“Es muy bonito estar hoy a los 90 años, es muy bonito verlos a ustedes”, dijo Poniatowska en el escenario del teatro del palacio. La escritora llevaba puesto un fresco conjunto de pantalón y blusa blancos, para el calor de la primavera. “Estoy muy emocionada. Aquí está también mi hijo mayor Mane, mi hijo Felipe, Paula, mi única hija, todos mis nietos y ustedes que también son mis nietos, todos ustedes”.
“Gracias es una palabra muy bella y se las digo desde aquí, desde el fondo del corazón”, dijo Poniatowska antes de que comenzaran a sonar las mañanitas y partiera un trozo del pastel que compartió con numerosos asistentes con rebanadas servidas tras el homenaje en el vestíbulo del palacio.
Poniatowska dedicó palabras a sus grandes amigos fallecidos, los escritores mexicanos Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco. “Yo soy mayor que ellos, ellos debieron irse después”, dijo. “Recuerdo ahorita a todos los amigos, y las amigas, que me han precedido y que a lo mejor nos están viendo, espero”.
A pesar de estos recuerdos sentidos y de que el Palacio de Bellas Artes ha sido escenario de funerales de grandes personalidades como Juan Gabriel, José José y Chavela Vargas, el homenaje en vida a Poniatowska tuvo un ambiente relajado y celebratorio. El público ovacionó y gritó porras para la escritora desde su llegada al teatro y ella estuvo muy bien acompañada por dos amigas que le dedicaron bellos discursos, la antropóloga Marta Lamas y la autora María Teresa Priego.
“Nosotros te decimos ‘te amamos’ en el castellano mexicanizado que elegiste, el de tu madre. Elegiste México, nos elegiste, cómo no agradecértelo”, dijo Priego, quien resaltó la sonrisa “de adorables dientitos de conejo” de la agasajada. “Me revelaste de manera casi imperdonable la vida de las otras. Si ya era feminista, me hiciste peor ... Tantas quisiéramos caminar pegadas a tus tenis de agujetas violetas, para hacernos valientes por contagio”.
Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor nació en París el 19 de mayo de 1932. Su padre, Jean E. Poniatowski, era descendiente de la realeza polaca y su madre, María de los Dolores Amor Escandón (conocida como Paula Amor), era hija de una adinerada familia mexicana exiliada tras el porfiriato.
Comenzó su carrera como periodista de sociales, pero pronto encontró su verdadera vocación en relatos sobre problemáticas profundas de México, como los estudiantes muertos en la masacre de Tlatelolco, las costureras fallecidas en el terremoto de 1985 o la población que vive en la pobreza. En 2013 fue galardonada con el Premio Cervantes, el más grande reconocimiento de la literatura hispanoamericana.
“Tal vez lo más impresionante de Elena Poniatowska es la forma en que ella se ha ido construyendo en contra de lo que le deparaba su destino. Hija de aristócratas, desechó la engañosa grandeza asociada a ese estrato social y la gente la ha coronado de otras formas como la princesa roja”, dijo Lamas. “Indudablemente, es la escritora más famosa y más querida de México, pero lo que la convierte en una figura entrañable es la forma en la que se ha desembarazado de la altivez que el distanciamiento de clase impone para acercarse, desbordante de afecto y respeto, a todas las personas sin distinciones de ningún tipo”.
“Muchísimas gracias por lo que escribes, pero más por como eres y por la forma en que, al atreverte a mostrar tus heridas, nos ayudas a que veamos las nuestras”, agregó Lamas.
El homenaje incluyó videos con lecturas de las obras de Poniatowska y dramatizaciones de algunos pasajes de su vida, incluyendo sus inicios en el periodismo cuando entrevistó a grandes personalidades como Diego Rivera, Dolores del Río y Alfonso Reyes; sus recuerdos sobre sus primeros años en México, país al que llegó su familia escapando de la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo que estuviera apartada de su padre por cuatro años; así como su apoyo a Rosario Ibarra de Piedra, madre buscadora, activista y símbolo de los desaparecidos en México.
También hubo números musicales interpretados por la Orquesta Escuela Carlos Chávez y por la senadora suplente Jesusa Rodríguez, otra amiga de Poniatowska, quien previo a su incursión en la política desarrolló por décadas su carrera como cantante y actriz. A pedido de Poniatowska también hubo coreografías a cargo de niños y jóvenes de los Semilleros creativos de Teatro de las ciudades mexicanas de Ecatepec, Tenancingo y Monclova.
En la ceremonia estuvieron presentes la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ambas organizadoras del homenaje, así como el canciller mexicano Marcelo Ebrard, diputados, senadores y artistas.
“Gracias Elena querida, princesa que decidió caminar la tierra y ser periodista. Gracias por dejarnos celebrar tu vida, tus causas, tus luminosos casos hechos letra que han pintado a todo México”, dijo Frausto.