Comisión del 6 de enero culpa a Trump de "intento de golpe"
La comisión de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos culpó a Donald Trump por los hechos, señalando que el ataque no fue espontáneo, sino que fue un “intento de golpe de Estado” y un resultado directo de los esfuerzos del presidente derrotado para anular las elecciones de 2020
La comisión de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos dejó caer la culpa de los hechos a Donald Trump, señalando el jueves por la noche que el ataque no fue espontáneo, sino que fue un “intento de golpe de Estado” y resultado directo de los esfuerzos del presidente derrotado para anular las elecciones de 2020.
Con un video nunca antes visto de 12 minutos de duración que muestra a los grupos extremistas liderando el asedio mortal, y con los testimonios del círculo más cercano de Trump, la Comisión Selecta proporcionó detalles con los cuales buscó dejar claro que las repetidas mentiras de Trump sobre un supuesto fraude electoral y su intento público de anular la victoria de Joe Biden condujeron al ataque y pusieron en peligro a la democracia estadounidense.
“La democracia sigue estando en peligro”, advirtió el presidente del panel, el representante Bennie Thompson, durante la audiencia, que se transmitió en horario estelar para que llegara a la mayor cantidad de estadounidenses posible.
Lo ocurrido “el 6 de enero fue la culminación de un intento de golpe de Estado, un intento descarado, como dijo un manifestante poco después del 6 de enero, de derrocar al gobierno”, agregó Thompson. “La violencia no fue un accidente”.
Es posible que las audiencias no cambien las opiniones de los estadounidenses sobre el ataque al Capitolio, pero la investigación del panel tiene la intención de dejar un registro público. Antes de las elecciones de medio mandato de este otoño, y con Trump sopesando otra candidatura a la Casa Blanca, el informe final de la comisión tiene como objetivo dar cuenta del ataque más violento contra el Capitolio desde 1814 y garantizar que tal ataque nunca vuelva a ocurrir.
El testimonio mostró cómo Trump se aferró desesperadamente a sus propias afirmaciones falsas de fraude electoral, llamando a sus partidarios al Capitolio el 6 de enero cuando el Congreso certificaría los resultados, a pesar de que quienes lo rodeaban insistían en que Biden había ganado las elecciones.
En un video no publicado antes, el panel reprodujo un comentario del exsecretario de Justicia William Barr, quien testificó que le dijo a Trump que las afirmaciones de unas elecciones amañadas eran “sandeces”.
En otro, la propia hija del expresidente, Ivanka Trump, declaró ante la comisión que respetaba la opinión de Barr de que no había fraude electoral. “Acepté lo que dijo”.
Otras grabaciones mostraban a los líderes de los grupos extremistas Oath Keepers y Proud Boys preparándose para asaltar el Capitolio para defender a Trump. Un participante tras otro le dijo al panel que fueron hasta el Capitolio porque Trump se los pidió.
“El presidente Trump convocó a una turba violenta”, aseveró la representante Liz Cheney, vicepresidenta del panel. “Cuando un presidente no toma las medidas necesarias para preservar nuestra unión, o peor, provoca una crisis constitucional, estamos en un momento de máximo peligro para nuestra república”.
Hubo un grito ahogado en la sala de audiencias cuando Cheney leyó un relato que decía que cuando se le informó a Trump que la turba del Capitolio estaba coreando que se colgara al entonces vicepresidente Mike Pence, Trump respondió que tal vez tenían razón, que “se lo merece”.
Trump se molestó porque Pence, quien presidía el Congreso ese día, rechazó su orden de impedir la certificación de la victoria de Biden.
En otro momento, se reveló que el representante republicano Scott Perry, líder de los esfuerzos para objetar los resultados de las elecciones, había solicitado el indulto de Trump, lo que lo protegería de un enjuiciamiento.
Cuando se le preguntó acerca de los abogados de la Casa Blanca que amenazaron con renunciar por lo que estaba sucediendo en el gobierno, el yerno de Trump, Jared Kushner, se burló de ellos afirmando que estaban “lloriqueando”.
Varios policías que lucharon contra la revuelta estaban sentados en la sala del panel reviviendo la violencia que enfrentaron el 6 de enero, y se consolaron unos a otros. El agente Harry Dunn se echó a llorar cuando las imágenes de una cámara corporal mostraron a los alborotadores golpeando a sus colegas con astas de banderas y bates de béisbol. Testificando en persona estaba Caroline Edwards, una policía que sufrió heridas graves mientras luchaba contra la turba que irrumpió en el Capitolio.
El asalto dejó más de 100 policías heridos, muchos golpeados y ensangrentados, mientras la multitud de alborotadores pro Trump, algunos armados con tubos, bates y aerosol contra osos, cargaron contra el Capitolio. Al menos nueve personas que estaban allí murieron durante y después de los disturbios, incluida una mujer a la que la policía mató a disparos.
Biden, en Los Ángeles para la Cumbre de las Américas, dijo que muchos “verían por primera vez muchos de los detalles que ocurrieron”.
Trump, sin disculparse, desestimó la investigación nuevamente, e incluso declaró en las redes sociales que el 6 de enero “representaba el mayor movimiento en la historia de nuestro país”.
Los republicanos en la Comisión Judicial de la Cámara tuitearon: “Todo. Noticias. Viejas”.
___
Los periodistas de The Associated Press Kevin Freking, Michael Balsamo y Alanna Durkin Richer en Boston contribuyeron a este despacho.