"Clara Sola", sobre la libertad de la mujer, llega a EEUU
Tras su paso por distintos festivales internacionales, múltiples premios y grandes elogios, “Clara Sola”, una película costarricense que esencialmente trata sobre la libertad de la mujer, llega a Estados Unidos pocos días después de que la Corte Suprema del país decidió desconocer el derecho constitucional al aborto
Tras su paso por distintos festivales internacionales, con múltiples premios y grandes elogios, “Clara Sola”, una película costarricense que esencialmente trata sobre la libertad de la mujer, llega a Estados Unidos pocos días después de que la Corte Suprema del país decidió desconocer el derecho constitucional al aborto.
La cinta es protagonizada por Wendy Chinchilla Araya como Clara, una mujer de 40 años que soporta una vida represiva, religiosa y retraída bajo el mando de su madre (Flor María Vargas Chávez) en un pueblo remoto en Costa Rica, donde su rara afinidad por los animales le permite encontrar consuelo en el mundo natural que la rodea. La tensión crece cuando su sobrina María (Ana Julia Porras Espinoza) se prepara para celebrar sus 15 años, lo que enciende un despertar sexual y místico en Clara y un viaje para liberarse de las convenciones que han dominado su vida.
“Creo que la película está abierta a muchas interpretaciones... pero, independientemente, es una película sobre liberación en cierta manera y sobre autocurarse, como querer no solamente a los demás, sino a una misma. También tiene que ver mucho con el derecho a escoger — que de hecho está muy presente con lo que está pasando en Estados Unidos ahorita — escoger sobre su propio cuerpo y sobre su propia vida”, dijo su directora, Nathalie Álvarez Mesén, en una entrevista reciente por videollamada.
Escrita por Álvarez Mesén y la guionista colombiana María Camila Arias, “Clara Sola” no está basada en hechos reales sino en sus respectivos recuerdos de infancia. La directora dijo que encontraron similitudes en cuanto a familias "que tienen muchas mujeres, pero que aun así siguen reproduciendo normas patriarcales”, y en el hecho de que ambas crecieron en hogares religiosos. Querían “hablar de eso desde el punto de vista de un personaje que no siente vergüenza de sí misma”.
El año pasado, el filme debutó en la Quincena de Realizadores de Cannes y se exhibió ampliamente en Costa Rica, que la eligió como su representante para los Oscar. Entre otros reconocimientos, obtuvo cinco premios Guldbagge de la academia de cine sueca, incluyendo a mejor película, dirección y guion. También ha recibido críticas positivas de la prensa especializada de Estados Unidos, donde se estrena el viernes en el cine IFC Center de Nueva York antes de llegar el 8 de julio al Landmark Westwood en Los Ángeles.
“Notable. Álvarez Mesén se lanza al largometraje con seguridad”, escribió Sheri Linden de The Hollywood Reporter. “Fascinante. Una historia extraña y cautivadora de misticismo y despertar sexual”, reseñó Jessica Kiang de Variety.
Nada mal para el primer largometraje de la directora y su elenco, completamente integrado por actores naturales.
Álvarez Mesén, quien es costarricense-sueca, comenzó su carrera en el teatro en Costa Rica antes de graduarse de mímica en la Academia Superior de Arte Dramático de Estocolmo y hacer un postgrado en cine en la Universidad de Columbia en Nueva York. Había hecho cortometrajes en inglés y sueco, algunos de ellos galardonados, pero “Clara Sola” es su primer largo y su primera producción en español.
No es de extrañar que haya creado a su protagonista desde lo físico — Clara transmite más con su cuerpo y sus gestos que con palabras — y que la haya encontrado en el mundo de la danza: Chinchilla Araya es bailarina de la Compañía Nacional de Danza de Costa Rica y ha ganado varias veces el Premio Nacional de Danza Mireya Barboza a la mejor interpretación.
“Siempre supe que probablemente iba a ser una bailarina porque necesitaba a alguien que tuviera esa relación con su cuerpo, ese control, que supiera manejarlo porque era un papel muy duro físicamente”, dijo la cineasta. “La primera vez la vi en un espectáculo de danza cuando estábamos haciendo ‘scouting’ (caza de talentos) y... la invitamos al casting. Wendy fue la número dos que vimos, y quedamos enamorados”.
“No hablamos mucho", recordó, "pero estuvimos actuando juntas como por 40 minutos, haciendo de lobas. Fue un proceso en el que íbamos de ser 100% lobas a ir agregando poquitos de humanidad y finalmente dejar a Wendy con este personaje de Clara que tenía como un 20% de loba. Eso que queríamos de un personaje que no hablaba tanto, que era muy honesta, viene un poco de ahí, de una loba que no tiene necesidad de complacer, digamos, a otros, sino que es lo que es”.
El guion inicialmente estaba escrito para una persona unos 10 años menor, así que Álvarez Mesén y su equipo continuaron buscando mientras seguían llamando a Chinchilla Araya a nuevas sesiones de trabajo y enamorándose cada vez más de su interpretación. La solución fue ajustar el guion: Clara no sería la hermana de María, sino su tía.
Para Chinchilla Araya, el mayor reto fue “encontrar la voz de Clara, y una vez que la encontramos, mantenerla y sostenerla", dijo la actriz, igualmente vía Zoom. "Pero a Clara siempre la abordamos desde lo físico, porque como Nathalie también es mimo y ha tenido experiencia con la danza y el teatro, entonces el lenguaje en común siempre fue desde el cuerpo”.
Otra dificultad fue que, como suele ocurrir en el cine, “Clara Sola” no se filmó de manera lineal, lo que obligó a la bailarina a aprender a “segmentar las emociones”.
“Esa fue una cuestión que demandó también muchísima concentración durante las horas de trabajo diario. Entonces yo de alguna manera no podía salirme de Clara, aunque tenía que salirme un poquito porque si no me iba a volver loca”, contó entre risas. “Pero tampoco podía soltarla por completo porque después volver a entrar iba a ser mucho más duro”.
A lo largo de la película, Clara es reprendida por su estricta madre, quien por las noches la hace sumergir los dedos en chile picante para evitar que se masturbe y se niega a operarla de un problema de la espalda que la aqueja aunque su seguro médico lo cubre porque “así Dios me la mandó y así me la quedo”.
Aunque hay mucho amor en el trato de sus familiares, “también hay mucho deseo de control que viene de la religión, la tradición patriarcal”, señaló Álvarez Mesén.
El realismo mágico está presente en diversas escenas, como una de Clara dándose placer a sí misma una noche al pie de un árbol en el campo rodeada de cientos de luciérnagas, y otra de un ataque de ira que termina con un sismo.
“Siempre queríamos hacerlo muy arraigado a la experiencia de Clara, que estuviera siempre conectado a ella, pero dejándolo muy abierto a la interpretación de cada quien", dijo la directora. "Hay diferentes maneras de entenderlo”.
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Sigal Ratner-Arias está en Twitter como https://twitter.com/sigalratner