Brasil hace encuesta sobre si vacuna a niños contra COVID
Mientras los mandatarios de diversas partes del mundo confían en los especialistas en salud pública para sustentar sus decisiones sobre si se debe vacunar a los niños contra el coronavirus y cómo hacerlo, el gobierno de Brasil ha organizado una encuesta en línea
Mientras los mandatarios de diversas partes del mundo confían en los especialistas en salud pública para sustentar sus decisiones sobre si se debe vacunar a los niños contra el coronavirus y cómo hacerlo, el gobierno de Brasil está pidiendo orientación al público en línea.
En las últimas semanas, el presidente Jair Bolsonaro se ha posicionado en contra de la vacunación de los niños de entre 5 y 11 años, y su gobierno tomó la inusual medida de crear una plataforma que podría validar una postura a la que se oponen los expertos. Desde que su gobierno dio a conocer el 23 de diciembre su cuestionario en línea sobre el tema, los partidarios del presidente han estado muy activos en las aplicaciones de mensajería tratando de presionar a los padres para influir en los resultados.
Un post muy compartido el miércoles en el grupo de Telegram “Bolsonaro Army”, que tiene unos 37.000 miembros, decía que la vacuna es experimental e insinuaba que recibirla podría ser más perjudicial que infectarse, aunque varios estudios han demostrado lo contrario. También incluía un enlace a la encuesta del gobierno, que otras personas estaban publicando junto con instrucciones para reenviarla a amigos y familiares.
La batida en contra de la vacunación se asemeja al comportamiento en línea observado a principios de mes que catapultó a Bolsonaro a la cima de la encuesta de los lectores de la revista TIME para Persona del Año, dijo a The Associated Press David Nemer, un experto en grupos de extrema derecha de Brasil en las aplicaciones de mensajería. Bolsonaro obtuvo cerca de un cuarto de los más de 9 millones de votos, casi el triple que el segundo clasificado, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Los editores de la revista eligieron a Elon Musk como Persona del Año 2021.
Esta vez, sin embargo, los esfuerzos en línea están dirigidos a algo mucho más significativo que otorgar un honor al presidente. La encuesta, que concluye el 2 de enero, está destinada a definir la política de vacunación en el país más poblado de América Latina donde viven 20 millones de niños de 5 a 11 años. El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, ha dicho que pronto podrán ser vacunados, pero los resultados de la encuesta ayudarán a determinar las directrices, incluyendo si las vacunas sólo podrían administrarse con el consentimiento de los padres y la recomendación de un médico.
“Esta es una herramienta de la democracia, amplía la discusión sobre el tema y traerá más tranquilidad a los padres para que puedan llevar a sus hijos a vacunarse contra el COVID-19”, dijo Queiroga el miércoles.
Los expertos en salud, por su parte, están atónitos. Algunas secretarías de salud de los estados brasileños ya se han comprometido a ignorar cualquier directriz del Ministerio de Salud federal sobre la vacunación infantil si se basa en la consulta pública. Gonzalo Vecina, fundador y director de la agencia de regulación sanitaria de Brasil entre 1999 y 2003, dice que la consulta pública sobre las vacunas es “inédita”.
“Bolsonaro está en contra de la vacuna, y su empleado, el ministro de Salud, cree que la salud es una cuestión de opinión pública. Es un enfoque espurio y sin sentido”, dijo Vecina a la AP. “Si sólo los negacionistas envían su opinión en la consulta pública, ¿el gobierno va a decir que la vacuna no tiene que usarse?”
El negacionismo desde las cúpulas en Brasil tiene algo de deja vu. Cuando el COVID-19 explotó, llevando el número de muertos del país al segundo más alto del mundo, Bolsonaro pasó meses sembrando dudas sobre las vacunas y se obstinó en su negativa a vacunarse. Ha citado el hecho de que contrajo el coronavirus en 2020 para afirmar, incorrectamente, que ya es inmune, y rutinariamente caracteriza la vacunación como una cuestión de elección personal y no un medio para garantizar el bien común.
Así que cuando el regulador sanitario de Brasil autorizó el uso de la vacuna de Pfizer para los niños el 16 de diciembre, Bolsonaro se quedó atónito.
“Los niños son algo muy serio”, dijo esa misma noche en su transmisión semanal en vivo en las redes sociales. “No sabemos sobre los posibles efectos adversos futuros. Es increíble —lo siento— lo que hizo la agencia. Increíble”.
Un estudio publicado el jueves por las autoridades de salud estadounidenses confirmó que los efectos secundarios graves de la vacuna de Pfizer en niños de 5 a 11 años son poco frecuentes. Los hallazgos se basaron en aproximadamente 8 millones de dosis administradas a menores de ese grupo de edad.
Bolsonaro agregó que nombraría y expondría a los funcionarios públicos que emitieron la aprobación, lo que provocó que un sindicato que representa a los trabajadores de las agencias de salud expresara su preocupación por los ataques verbales en línea o incluso los ataques físicos.
A pesar del ferviente apoyo entre su base, la postura antivacunas de Bolsonaro no ha sido tan generalizada en Brasil —que tiene una orgullosa historia de campañas de vacunación— como en Estados Unidos. Más de dos tercios de los brasileños están completamente vacunados contra el COVID-19, en comparación con el 63% en los Estados Unidos, según el rastreador de vacunación de la Universidad Johns Hopkins, aunque los niños estadounidenses han sido elegibles para las vacunas desde principios de noviembre.