Blinken insta a ayudar a comunidades que reciben a migrantes
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llama a los países del hemisferio a trabajar en conjunto para fortalecer a las comunidades que reciben a grupos de migrantes y refugiados mientras Washington busca gestionar con la región los masivos flujos migratorios irregulares
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llamó el miércoles a los países del hemisferio a en conjunto para fortalecer a las comunidades que reciben a grupos de migrantes y refugiados mientras Washington busca gestionar con la región los masivos flujos migratorios irregulares.
Sus comentarios se dieron en el segundo día de una reunión con representantes de 20 países del hemisferio sobre migración y luego de acordar con Panamá -punto de tránsito de buena parte del flujo migratorio hacia Norteamérica- la puesta en vigor de medidas para ayudar a las comunidades receptoras e incrementar la protección al migrante y su acceso a alternativas legales.
“La única respuesta duradera y sostenible a la migración irregular es abordar sus causas profundas, pero eso lleva tiempo y, mientras tanto, muchas ciudades y pueblos simplemente no tienen los recursos que necesitan para atender a sus propios ciudadanos y mucho menos para satisfacer las necesidades de los migrantes”, planteó Blinken.
Blinken mencionó como ejemplo a Colombia que, según dijo, busca otorgarle un estatus de protección temporal a más de 1,9 millones de venezolanos que han llegado en los últimos años tras abandonar su país debido a la profunda crisis socioeconómica. Refirió que más de 600.000 de ellos ya han recibido esa condición, lo cual destacó es fundamental para que se integren a las comunidades.
La canciller panameña Erika Mouynes, por su lado, volvió a insistir en la necesidad de que la región en su conjunto asuma un compromiso mayor para enfrentar el fenómeno migratorio. El año pasado Panamá atendió a más de 130.000 migrantes, en su mayoría haitianos procedentes de países sudamericanos con rumbo a Norteamérica, que cruzaron la inhóspita selva del Darién, en la frontera con Colombia, donde murieron al menos 51 personas, según cifras oficiales.