Alabama pide autorización para ejecutar a prisionero
Alabama solicita a un tribunal federal de apelaciones que le permita proceder con la inyección letal de un recluso que afirma que había solicitado otro método de ejecución
Alabama solicitó a un tribunal federal de apelaciones que le permita proceder el jueves con la inyección letal de un recluso que afirma que el estado perdió su documentación al seleccionar otro método de ejecución.
Alan Miller, de 57 años, fue declarado culpable de matar a tres colegas de trabajo en 1999 y estaba programado para morir por inyección letal el jueves hasta que un juez bloqueó la orden a principios de esta semana. Alabama solicitó a la Corte de Apelaciones del 11v0 Circuito levantar esa medida cautelar.
Miller testificó que entregó el papeleo hace cuatro años seleccionando la hipoxia de nitrógeno como su método de ejecución, y que dejó los documentos en la ranura de la puerta de su celda para que los recolectara un trabajador de la prisión. El juez federal R. Austin Huffaker Jr. emitió una orden que impide al estado ejecutar a Miller por cualquier otro medio que no sea la hipoxia de nitrógeno.
Con el método de hipoxia de nitrógeno, la muerte se produce al obligar a la persona a respirar solo nitrógeno, privándola del oxígeno necesario para mantener las funciones corporales. Está autorizado como método de ejecución en tres estados, pero ninguno lo ha probado en reos sentenciados. Las autoridades de Alabama le dijeron al juez que están trabajando para finalizar el protocolo.
Cuando Alabama aprobó la hipoxia de nitrógeno como método de ejecución en 2018, la ley estatal les dio a los reclusos un breve tiempo para designarlo como su método de ejecución.
El estado argumenta que no hay evidencia para corroborar que Miller entregó el formulario.
Los fiscales dicen que Miller, conductor de un camión de reparto, mató a tiros sus compañeros de trabajo Lee Holdbrooks y Scott Yancy, y también a un antiguo supervisor, Terry Jarvis.
Durante el juicio, se dijo que Miller creyó que los hombres estaban difundiendo rumores sobre él, incluido que era gay. Un psiquiatra contratado por la defensa descubrió que Miller padecía una enfermedad mental grave, pero no tanto como para no ser procesado.