A veces la fortuna llama a la puerta con vacuna contra COVID
La fortuna golpea la puerta de un individuo en un supermercado
La fortuna sorprendió a un hombre en la sección de panes de un supermercado. A dos individuos que trabajan de noche en un local de Subway. Otro fue sacado al azar de una lista de espera de 15.000 personas.
Mientras millones de personas esperan la vacuna contra el COVID-19, unos pocos afortunados están siendo vacunados en Estados Unidos porque las clínicas no quieren desperdiciar dosis a punto de caducar al final de cada día.
Con frecuencia los elegidos son personas que estaban en el sitio indicado, en el momento justo.
A veces una clínica está a punto de cerrar y tiene disponibles vacunas que van a expirar. Entonces hace lo que puede por conseguir gente que necesite la vacuna y que esté a mano. En algunas ocasiones salen a la calle en busca de candidatos. Otras veces las seleccionan al azar de una lista de espera.
“Una de nuestras enfermeras me dijo que yo debería ir y comprar un billete de la lotería ya mismo”, comentó Jesse Robinson, de 22 años, frente a una clínica de Nashville, Tennessee, en la que había sido vacunado tras ser seleccionado de una lista de espera de 15.000 personas. “No voy a quejarme demasiado. Me alegro de haber sido el elegido”.
David MacMillian estaba comprando los ingredientes para un guiso de garbanzo con un amigo en un supermercado de Washington cuando una mujer con un delantal blanco de la farmacia del lugar se les acercó.
“Tengo dos dosis de la vacuna Moderna. La farmacia cierra en diez minutos. ¿Las quieren?‘”, les preguntó, según relata MacMillian, quien tiene 31 años. “Lo pensé y le dije ‘vamos’”.
MacMillian publicó un video de su experiencia en TikTok y la cadena de supermercados fue inundada de llamadas y cantidades de personas se allegaron al lugar a la hora de cierre en la esperanza de ser vacunadas.
Recibir una cita para la vacuna generalmente toma meses.
La vacuna, sin embargo, tiene una vida limitada. Debe ser mantenida en temperaturas muy por debajo de la de congelación. Una vez que son descongeladas y que se saca del vial la primera dosis, la vacuna expira pronto y el personal de las clínicas prefiere usarlas con cualquier persona que esté a mano en lugar de descartarlas, por más que los seleccionados no estén en las listas de prioritarios.
Por incómodo que resulte ver que un veinteañero recibe una vacuna mientras una mujer de 90 años en un geriátrico sigue esperando, los expertos en salud pública dicen que vacunar a cualquiera es siempre mejor que descartar la vacuna.
“En lo que a mí respecta, que vacunen a cualquiera, con excepción del perro”, dijo el doctor William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad Vanderbilt.
La peluquera Hanna Widger dice que una clienta le comentó que había clínicas en Los Ángeles donde tal vez podía conseguir una vacuna al final del día.
“Sentí que estaba en una operación secreta, tratando de pasar inadvertida”, relató. “Como en un negocio turbio con drogas”.
Cuenta que se puso a llorar cuando fue vacunada. “Es como si estuvieses corriendo un maratón desde marzo y finalmente cruzas la línea de llegada. Fue muy emotivo”.
El rumor de que había dosis extras en la Brooklyn Army Terminal de Nueva York hizo que mucha gente se presentase en el lugar, provocando congestionamientos de tráfico y una cola de cientos de personas hasta que la policía informó que era un rumor falso y que no había vacunas.
Mike Schotte, de 53 años, y su madre, de 72, empezaron a presentarse en farmacias de su barrio en Hurst, Texas, en la esperanza de conseguir alguna vacuna sobrante. Pusieron sus nombres en una lista de espera y un día los llamaron y les dijeron que tal vez habría vacunas excedentes si llegaban al lugar en menos de media hora.
“Llegamos con lo justo”, expresó Schotte. “Estoy muy contento de haberme vacunado”.
Nashville puso en marcha un sorteo de vacunas para no tener que salir a buscar gente a último momento para usar los excedentes. En un caso el mes pasado, el departamento de salud municipal terminó vacunando a dos empleados de un restaurante cercano de la cadena Subway para no desperdiciar las vacunas.
Quienes reciben una primera dosis de este modo tienen asegurada la segunda vacuna, que complementa la primera.
Los centros de vacunaciones usan casi todas las dosis diarias. Es raro que queden sobrantes, y cuando eso ocurre, son muy pocos. Es de notar también que cada vez será más improbable que sobren vacunas a medida que se expanden los criterios para vacunar más allá de los ancianos, los residentes en geriátricos y el personal médico.
Cada vez que hay campañas de inoculación, es común que se desperdicien muchas vacunas. La Organización Mundial de la Salud calcula que más de la mitad de las vacunas no son usadas por una variedad de razones. Se cometen irregularidades en su manejo, expiran o no hay pacientes. La vacuna contra el coronavirus no parece estar siguiendo ese patrón y casi todas las dosis son aplicadas.
Las vacunas vienen en viales. Los de Pfizer contienen cinco dosis y los de Moderna 10.
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Los reporteros de la Associated Press Kristin M. Hall (Nashville) y Brian Melley (Los Ángeles) colaboraron en este despacho.