Vistazo al Acuerdo de Viernes Santo en Irlanda del Norte

Han pasado 25 años desde que se alcanzó el histórico Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a tres décadas de violencia en Irlanda del Norte, un periodo conocido como “The Troubles” (“Los Problemas”)

Jill Lawless
Jueves, 06 de abril de 2023 01:16 EDT
AP EXPLICA-ACUERDO DE VIERNES SANTO
AP EXPLICA-ACUERDO DE VIERNES SANTO (AP)

Han pasado 25 años desde que se alcanzó el Acuerdo de Viernes Santo, el histórico pacto de paz que puso fin a tres décadas de violencia en Irlanda del Norte, un periodo conocido como “The Troubles” ("Los Problemas").

El aniversario está siendo conmemorado con una celebración de que la paz ha perdurado, pero hay preocupaciones en torno a divisiones arraigadas e inestabilidad política. Y el fantasma de la violencia no ha desaparecido por completo: el mes pasado los servicios de inteligencia de Gran Bretaña elevaron las amenazas sobre posibles actos terroristas en Irlanda del Norte de “sustanciales” a “graves”.

A continuación presentamos un vistazo al acuerdo y cómo se alcanzó:

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¿CUÁLES ERAN LOS PROBLEMAS?

Cuando Irlanda, dominada durante largo tiempo por su vecino Gran Bretaña, se convirtió en un país independiente de mayoría católica hace un siglo, una región de seis condados y mayoría protestante en el norte siguió perteneciendo al Reino Unido.

Irlanda del Norte estaba dividida entre dos comunidades principales: los nacionalistas —católicos en su mayoría— que deseaban unirse al resto de Irlanda, y los unionistas, la mayor parte de ellos protestantes y deseosos de seguir siendo británicos.

La minoría católica experimentaba discriminación en los empleos, la vivienda y otros aspectos de ese estado en el que predominaban los protestantes. En la década de 1960, un movimiento católico por los derechos civiles exigió cambios, pero enfrentó una dura respuesta de parte del gobierno y la policía.

La situación se deterioró hasta derivar en un conflicto que involucró a milicianos republicanos irlandeses, paramilitares leales y soldados británicos. Fallecieron unas 3.600 personas en atentados y tiroteos, la mayor parte en Irlanda del Norte, aunque los republicanos también hicieron estallar bombas en otras partes de Gran Bretaña.

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¿QUÉ LLEVÓ AL ACUERDO DE PAZ?

Al comenzar la década de 1990, el conflicto armado había llegado a “un doloroso punto muerto”, dijo Katy Hayward, profesora de sociología política en la Universidad Queens, campus de Belfast. “Hubo un reconocimiento de parte del gobierno y el ejército británicos, y también del lado republicano irlandés, de que nunca se iba a alcanzar una victoria total”.

El Ejército Republicano Irlandés declaró un cese del fuego en 1994, permitiendo que su partido aliado, el Sinn Fein, se uniera a otros partidos nacionalistas y unionistas en conversaciones de paz copatrocinadas por el gobierno británico y el irlandés. Estados Unidos desempeñó un papel crucial: el exsenador George Mitchell presidió las conversaciones, y para ello pasó 22 meses en Belfast supervisando las delicadas negociaciones entre las diversas partes.

El diálogo estuvo a punto de venirse abajo en varias ocasiones. Pero después de una maratónica sesión de negociaciones de una semana que se extendió mucho después de que venciera el plazo establecido, se llegó a un acuerdo el 10 de abril de 1998, el Viernes Santo. El primer ministro británico Tony Blair elogió el acuerdo, diciendo: “Hoy espero que la carga de la historia pueda por fin empezar a ser retirada de nuestros hombros”.

El mes siguiente, el acuerdo fue ratificado por los electores de Irlanda del Norte y de la República de Irlanda.

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¿QUÉ CONTIENE EL ACUERDO?

El acuerdo le dio reconocimiento formal a las diversas identidades de Irlanda del Norte, permitiéndole a los residentes identificarse como británicos, irlandeses o ambas nacionalidades.

Puso fin al gobierno directo de Gran Bretaña y estableció un Parlamento y gobierno de Irlanda del Norte en el que el poder es compartido entre partidos unionistas y nacionalistas. El acuerdo reafirmó que Irlanda del Norte forma parte del Reino Unido, pero estableció que en el futuro podría unirse a Irlanda si una mayoría en el norte y en la república respalda la medida.

Tras algunos titubeos, los grupos de milicianos accedieron a desarmarse, y los prisioneros paramilitares encarcelados por haber participado en la violencia fueron liberados, algo que sigue siendo un punto doloroso para las víctimas y las familias dolientes.

Las fuerzas armadas británicas se retiraron y desmantelaron sus bases y sus puestos de control fronterizos. La gente y los bienes podían fluir libremente a través de la frontera prácticamente invisible entre Irlanda del Norte y la república.

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¿CUÁL ES LA SITUACIÓN ACTUALMENTE?

Cuatro meses después del acuerdo, disidentes del Ejército Republicano Irlandés colocaron un coche bomba en el poblado de Omagh que dejó 29 muertos, el ataque aislado más letal en Irlanda del Norte.

Pero a pesar de atentados esporádicos a manos de pequeños grupos disidentes efectuados desde entonces, la paz ha continuado.

Niall Ó Dochartaigh, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Galway, dijo que a pesar de las deficiencias del Acuerdo de Viernes Santo, “ha sido enormemente exitoso en poner fin a la violencia organizada a gran escala que ocurrió durante más de un cuarto de siglo”.

“El aspecto del proceso de paz de él funcionó muy bien, y los que querían destruir el acuerdo e iniciar un conflicto de nuevo tienen muy poca aceptación”, señaló. “Pero el aspecto constitucional, las nuevas instituciones, no han funcionado tan bien”.

El gobierno de poder compartido se ha desplomado en varias ocasiones, la más reciente de ellas hace un año cuando el principal partido unionista se retiró en protesta por un acuerdo comercial con la Unión Europea posterior al Brexit. El gobierno en Belfast continúa suspendido.

Sigue habiendo tensiones entre las dos comunidades principales, con “muros de paz” reforzados que separan algunos vecindarios nacionalistas de otros unionistas. Pero un creciente número de personas ya no se identifican ni como unionistas ni como nacionalistas, y crece el apoyo al Partido de la Alianza de Irlanda del Norte, que no incurre en sectarismo. El gobierno norirlandés a corto plazo y a largo plazo sigue sin solucionarse.

Ó Dochartaigh dijo que toda la inestabilidad política “no ha amenazado los cimientos de la paz, todavía”.

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