¿Qué es el linfoma no Hodgkin que padece Jane Fonda?

Este tipo de cáncer afecta al sistema linfático del cuerpo que ayuda a combatir infecciones y otras enfermedades. La tasa de supervivencia de este padecimiento es del 73 por ciento, según los expertos

María Luisa Arredondo
Lunes, 05 de septiembre de 2022 14:02 EDT
La actriz Jane Fonda desvela que tiene un cáncer que afecta al sistema linfático

La actriz estadounidense Jane Fonda anunció el pasado viernes que padece un tipo de cáncer llamado linfoma no Hodgkin y que ha comenzado sus tratamientos de quimioterapia con la esperanza de recuperarse pronto.

Con su característico optimismo, la actriz de 84 años compartió en su cuenta de Instagram que es “afortunada” porque tiene “seguro médico y acceso a los mejores doctores y tratamientos”. La también activista agregó que el tipo de cáncer que le diagnosticaron es tratable y que el 80 por ciento de quienes lo padecen se recupera.

Fonda precisó que se someterá por seis meses a un tratamiento de quimioterapia y que nada interferirá con su activismo para crear conciencia sobre el cambio climático.

Pero, ¿qué es el linfoma no Hodgkin o NHL que padece la actriz?

De acuerdo con la ACS (American Cancer Society), el cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control. Este fenómeno puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo.

El linfoma no Hodgkin es un cáncer que se inicia en los glóbulos blancos, llamados también linfocitos, que forman parte del sistema inmunitario. Este término se utiliza para muchos tipos de linfoma que comparten las mismas características. Hay otro tipo de linfoma, denominado linfoma de Hodgkin, que se trata de manera diferente.

Los expertos de la ACS precisan que el NHL afecta el sistema linfático del cuerpo, que ayuda a combatir infecciones y algunas otras enfermedades. También ayuda a los fluidos a moverse a través del organismo. Los linfomas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo donde se encuentra tejido linfático e incluso en la piel.

Las localizaciones principales son las siguientes:

Los ganglios linfáticos, que son grupos de linfocitos y otras células del sistema inmunitario que tienen el tamaño de un frijol y están esparcidos por todo el cuerpo, incluyendo el interior del pecho, el abdomen y la pelvis.

El bazo, que es un órgano situado debajo de las costillas inferiores del lado izquierdo del cuerpo. El bazo produce linfocitos y almacena células sanas de la sangre; sirve también como filtro para eliminar células dañadas de la sangre, bacterias y desechos celulares.

La médula ósea es el tejido esponjoso que está dentro de ciertos huesos. Aquí es donde se producen nuevas células sanguíneas, entre ellas algunos linfocitos.

El timo es un órgano pequeño situado detrás del esternón y frente al corazón. Tiene una función importante en el desarrollo de linfocitos T.

Las adenoides y amígdalas son conglomerados de tejido linfáticos que se encuentran detrás de la garganta y ayudan a producir anticuerpos contra los gérmenes.

El tracto digestivo también contiene tejido linfático.

Síntomas del linfoma no Hodgkin

Los síntomas más comunes de este tipo de cáncer incluyen los siguientes:

  • Inflamación de los nódulos linfáticos en el cuello, las axilas y la ingle
  • Dolor en el pecho
  • Fatiga
  • Pérdida inexplicable de peso
  • Fiebre

Posibles causas

De acuerdo con los expertos de la Clínica Mayo, en la mayoría de los casos se desconocen las causas que provocan el linfoma no Hodgkin. Sin embargo, se ha descubierto que algunos factores que podrían incrementar el riesgo de padecer esta enfermedad están asociados al uso de medicamentos que deprimen el sistema inmunitario, infecciones con ciertos virus y bacterias (como el VIH y las infecciones de Epstein-Barr), así como productos químicos que se usan para eliminar maleza e insectos.

Tratamientos

Existen varios tratamientos para las personas que han sido diagnosticadas con esta enfermedad. Los más comunes incluyen los siguientes:

Vigilancia activa. Si una persona tiene un linfoma no Hodgkin de crecimiento lento y es asintomática, algunos médicos recomiendan esperar a que haya síntomas para recomendar el tratamiento más adecuado.

Quimioterapia sistémica tradicional. Un paciente también puede tomar medicamentos que atacan las células cancerosas en su cuerpo. Por lo general se administran vía intravenosa.

Terapia dirigida. Este tipo de tratamiento emplea medicamentos que pueden atacar las células cancerosas y dañar las del linfoma para controlar su propagación, según Johns Hopkins Medicine.

Tasa de sobrevivencia

Con base en datos del Instituto Nacional del Cáncer, la ACS indica que la tasa de supervivencia para personas con linfoma no Hodgkin es el 73 por ciento.

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