Las principales contiendas para oficiales electorales cuentan con personas que niegan los resultados de 2020
Un legislador de Arizona respaldado por el expresidente Donald Trump y otro legislador que también cree que las elecciones de 2020 deberían anularse se encuentran entre los cuatro republicanos que compiten por ser el principal funcionario electoral en Arizona
Un legislador de Arizona respaldado por el expresidente Donald Trump que asistió a la manifestación del 6 de enero de 2021 que precedió al asalto violento al Capitolio de EE.UU. y otro legislador que también cree que las elecciones de 2020 deberían anularse están entre los republicanos que buscan un puesto electoral en el campo de batalla presidencial.
Es una tendencia vista en varias primarias republicanas este año que ha llevado a resultados mixtos para aquellos que difunden teorías de la conspiración y promueven la falsedad de que el fraude generalizado condujo a la derrota de Trump. Las elecciones primarias del martes cuentan con candidatos similares en Kansas y el estado de Washington.
En Kansas, los votantes elegirán entre un retador que cuestione los resultados presidenciales de 2020 y el republicano titular que cree que la elección fue segura en su estado. La primaria abierta del estado de Washington también tiene un candidato que respalda las afirmaciones sin respaldo de Trump, aunque ese no es el desafío más difícil que enfrenta el titular demócrata.
En lo que va del año, los votantes de las primarias republicanas se han dividido sobre si incluir a los escépticos electorales en la boleta electoral de noviembre.
En junio, los votantes de Nevada eligieron al exlegislador estatal Jim Marchant, quien ha repetido las afirmaciones falsas de que a Trump le robaron las elecciones de 2020, para enfrentar al demócrata en una contienda abierta por la secretaría de estado. Pero en Colorado, los votantes republicanos rechazaron a un funcionario electoral local que ha estado apareciendo con los aliados de Trump quienes promueven conspiraciones sobre las máquinas de votación y, en cambio, eligieron a un republicano que prometió mantener la política fuera de las elecciones.
Y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, quien rechazó la súplica de Trump de “encontrar” suficientes votos para que él ganara el estado, sobrevivió fácilmente al desafío de las primarias para avanzar en las primarias de mayo de ese estado.
La contienda por la secretaría de estado de Arizona es la más llamativa y consecuente de las primarias del martes, en parte debido al representante estatal republicano Mark Finchem.
El oficial de policía retirado de Michigan y actual miembro de la Cámara de Representantes de Arizona estuvo en el Capitolio el 6 de enero y sostiene que Trump perdió Arizona debido al fraude desenfrenado. Respaldó una controvertida y muy criticada “auditoría” del Senado estatal sobre los resultados de las elecciones de 2020 en el condado más poblado del estado y este año intentó que la Legislatura controlada por los republicanos notificara al Congreso que Arizona quería anular la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.
Finchem también demanda en un tribunal federal a uno de los principales candidatos republicanos a la gobernación de Arizona para bloquear el uso de máquinas de conteo de votos en Arizona. La demanda sostiene que son potencialmente propensos a ser hackeadas, algo que puede cambiar los votos. Un juez está considerando si desestimar el caso.
Las afirmaciones de Finchem se dan a pesar de la falta de pruebas válidas de cualquier fraude generalizado que hubiera cambiado el resultado en Arizona, donde Biden venció a Trump por poco más de 10.000 votos. Sostiene que las “boletas ficticias” alteraron los resultados.
“Entonces, para que digas que no hay evidencia, creo que los medios ignoran deliberadamente la evidencia que existe”, dijo Finchem.
Sus principales competidores incluyen a otra miembro de la Cámara estatal, Shawnna Bolick, una partidaria de Trump que sostiene que las elecciones de 2020 fueron muy defectuosas. Ella comentó en un debate televisado que no habría certificado la elección si hubiera sido secretaria de Estado, a pesar de que es un requisito hacerlo sin una orden judicial.
“Y habría infringido la ley en ese momento y eso habría estado bien”, expuso en el debate realizado en Arizona PBS.
Los otros dos candidatos republicanos son la senadora estatal Michelle Ugenti-Rita, quien reconoce la victoria de Biden y ha hecho de la reforma electoral un enfoque clave durante sus 12 años en la Legislatura, y Beau Lane, un empresario y recién llegado a la política que se ha ganado el respaldo del gobernador republicano Doug Ducey.
Ugenti-Rita declaró que ninguno de los otros candidatos tiene su comprensión de la ley electoral y que cree que tiene un amplio apoyo en todo el estado.
“Inmediatamente reconocen mi historial y experiencia, y se sienten seguros de que puedo hacer el trabajo y ese es el mensaje”, expresó Ugenti-Rita sobre los votantes. “Eso es lo que la gente quiere. Se acabaron los lugares comunes, no lleva a la política a ninguna parte”.
Lane dijo que su experiencia ejecutiva lo convierte en la mejor opción para el trabajo. Señaló su larga participación en la política republicana, cuando de joven era un asistente en la convención republicana de 1980 en la que nominaron a presidente a Ronald Reagan.
“Sobre todo, necesitamos a alguien que pueda ser un negociador justo y ayudar a restaurar la fe en las elecciones”, expresó.
Lane comentó que, aparte de algunos contratiempos y casos aislados de fraude electoral, las elecciones de 2020 estuvieron bien organizadas, aunque se unió a los otros republicanos para criticar a la secretaria de Estado demócrata, Katie Hobbs, quien busca la nominación de su partido para gobernadora.
“¿Hubo un fraude organizado y amañado que cambió el resultado de las elecciones?” preguntó. “No he visto evidencia de eso”.
Dos demócratas buscan la nominación de su partido: el exregistrador del condado de Maricopa, Adrian Fontes, quien perdió su escaño en las elecciones de 2020, y el líder de la minoría de la Cámara de Representantes de Arizona, Reginald Bolding. Ambos critican a Finchem y a otros republicanos que cuestionan los resultados de las elecciones de 2020 y dicen que una victoria de Finchem sería peligrosa para la democracia.
En Kansas, el Secretario de Estado, Scott Schwab, también enfrenta un desafío en las primarias republicanas del estado.
Schwab es un exmiembro de la Cámara de Representantes de Kansas que ha defendido el uso de urnas electorales, las cuales Trump y otros republicanos dicen que son propensas al uso indebido, aunque no hay pruebas generalizadas de ello. Ha descartado teorías sin fundamento sobre el fraude, al menos como una posibilidad en las elecciones de Kansas.
“Había preocupaciones que la gente tenía en otros estados, y algunas personas quieren tener esa preocupación en Kansas, pero son solo rumores: ‘Escuché esto en Georgia. Escuché esto en Arizona, escuché esto en Nevada, por lo tanto, en Kansas’”, comentó Schwab durante una entrevista reciente. “Y no se pueden copiar y pegar situaciones de un estado a otro porque nuestros estatutos son muy diferentes”.
El principal oponente de Schwab es Mike Brown, un contratista de construcción y excomisionado del condado en el condado de Johnson, el más poblado del estado y hogar de los suburbios del área de Kansas City.
Brown instauró las dudas sobre la seguridad de las elecciones de Kansas en el centro de su campaña. Prometió prohibir los buzones de votación y añadió que usará la oficina del secretario de estado para perseguir casos de fraude electoral, en lugar de adoptar el enfoque de Schwab de trabajar a través de los fiscales.
Brown dijo que cuando Schwab dice que las elecciones de Kansas transcurrieron sin problemas y sin problemas significativos, la pregunta es: “¿Porque él lo dijo o porque puede probarlo?”.
“Su respuesta es: ‘No hay nada que ver aquí, sigue avanzando’”, agregó. “Deberías empezar a buscar y deberías dejar de moverte”.
Entre los “dos principales” de las primarias en el estado de Washington está el secretario de Estado demócrata, Steve Hobbs, a quien designó el gobernador Jay Inslee en noviembre pasado y espera conservar su puesto durante los dos años restantes del mandato de cuatro años de la exsecretaria de Estado republicana Kim Wyman. Es el primer demócrata en ocupar el cargo desde 1965, ocupó el puesto de Wyman después de que ella se fue a un trabajo de seguridad electoral en la administración de Biden.
Hobbs se enfrenta a varios contendientes republicanos y no afiliados, incluida Tamborine Borrelli, una candidata de “America First” a quien multó la Corte Suprema del estado el mes pasado por hacer afirmaciones sin fundamento legal donde alega fraude electoral generalizado.
Hobbs ha recaudado la mayor cantidad entre los candidatos hasta el momento, seguido por la auditora del condado de Pierce, Julie Anderson, quien se postula como no partidista y dijo que es la más experimentada en la realización de elecciones.
Entre los republicanos en la contienda, el exsenador Mark Miloscia, ahora director del conservador Instituto de Política Familiar, ha recaudado la mayor cantidad de dinero. El senador republicano Keith Waggoner está a la zaga de Miloscia en dinero, pero lo respladó el exsecretario de Estado republicano Sam Reed.
Hobbs ha señalado su experiencia como teniente de la Guardia Nacional de Washington y sus meses al frente de la oficina para decir por qué está mejor posicionado para abordar problemas que van desde preocupaciones de seguridad cibernética hasta información errónea sobre las elecciones.
Anderson expuso que se postula como no partidista debido a la hiperpolarización en todo el país, y dijo que “no necesitamos partidos políticos en la oficina del secretario de estado señalando diferencias”.
Bajo el sistema de primarias de Washington, los dos principales ganadores de votos avanzan a las elecciones generales de noviembre, sin importar el partido. Es probable que los resultados tarden días en contarse porque se trata de una elección por correo.
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Los periodistas de Associated Press John Hanna en Topeka, Kansas, y Rachel la Corte en Olympia, Washington, contribuyeron a este informe.