La reacción de Jennifer Lawrence a la filtración de sus fotos desnuda es un recordatorio para todos
La actriz describió la sensación de saber que “cualquiera puede ir y mirar mi cuerpo desnudo sin mi consentimiento, en cualquier momento del día”, y agregó que su trauma “existirá para siempre”.
Jennifer Lawrence ha reflexionado sobre el “trauma” del escándalo de 4chan de 2014, en el que varios hackers publicaron fotografías de ella desnuda en Internet.
La actriz, una de las 100 estrellas blanco del ataque, describió la sensación de saber que “cualquiera puede ir y ver mi cuerpo desnudo sin mi consentimiento, en cualquier momento del día”, y agregó que su trauma “existirá para siempre”. “Puedes estar en una barbacoa y alguien puede mostrarlas en su teléfono”, le dijo a Vanity Fair. “Eso fue algo realmente imposible de procesar”.
Aunque la mayoría de nosotros, afortunadamente, no seremos víctimas de un escándalo mediático como el perpetrado por 4chan, estoy segura de que todos podemos empatizar con Lawrence; la verdad, muchos de nosotros estamos a solo un paso de distancia de despertar en la misma clase de pesadilla viviente que ella describe.
Hay que ser completamente honestos: si eres un adulto y tienes un teléfono inteligente, es probable que hayas tomado (y probablemente enviado) una foto a alguien, en algún momento, que la verdad preferirías que nadie más en el mundo viera. Puede que incluso te arrepientas de haberla compartido con esa persona, para empezar. Después de todo, las relaciones terminan, los sentimientos se amargan, las mentes y los corazones cambian.
Es horrible considerar que alguien en quien alguna vez confiaste podría romper esa confianza, pero sucede. Y para aquellos que nos jugamos la piel, todos estamos en riesgo.
Como parte del proceso de redacción de este artículo, respiré profundamente, y de la misma forma me sumergí en Reddit para ver el hilo “AskMen”, que tiene 3,1 millones de miembros. Diseñado para darles a los hombres un medio para hacer preguntas (y recibir consejos) exclusivamente de otros hombres, quería averiguar si alguna vez había surgido el tema de qué hacer con las fotos de desnudos de un ex.
Los resultados fueron sorprendentes, pero no de la forma en que podría pensarse. En un hilo, que tenía más de 300 comentarios, el “posteador” original hablaba de cómo la persona había roto con su novia de tres años, y desde entonces había estado saliendo con otras mujeres, pero todavía tenía “alrededor de 75 fotos y algunos videos” de su ex. “No sé qué hacer con ellos”, decía el usuario. “¿Sería ilegal compartir estas imágenes? Cualquier información sería útil ".
Las respuestas fueron en gran parte decentes, con una publicación destacada que le aconsejaba “eliminarlas”, incluido cualquier acceso a las redes sociales de su ex. “Esto me pasó a mí, también tuve acceso completo al Facebook y al correo electrónico de mi ex porque mi computadora portátil guardó los inicios de sesión”, escribió el usuario anónimo. “Le pedí que cambiara las contraseñas para que no me sintiera tentado. Prefiero hacer una ruptura limpia para que no afecte las relaciones futuras”.
Otro dijo, conmovedoramente: “Es mucho más difícil dejar ir a alguien si todavía llevas contigo algo asociado con su memoria. Bórralas y déjalo ir”. Y un hombre sugirió: “No lo compartas y, si alguna vez te pregunta, elimínalos”. Otros decían sin rodeos y de forma sucinta: “Compartirlos sería una jugada propia de un imbécil”.
Me sentí esperanzada por la gran cantidad de buenos y empáticos consejos, pero luego el posteador original volvió al hilo para agregar una actualización, en la que les dijo a los que habían comentado lo que había decidido hacer: “Por si a alguien le interesa, decidí hacer una copia de seguridad virtual de los archivos y borrarlos de mi disco duro”, dijo. “Fuera de la vista, fuera de la mente”. Pero luego agregó: “Si alguien quiere verlos, envíeme un mensaje privado”.
Y eso es precisamente lo que me preocupa: puedes estar en una relación construida sobre los cimientos de la reciprocidad y la confianza, pero ¿qué sucede cuando esos cimientos se derrumban?
Actualmente, no existe un solo delito penal en Inglaterra y Gales que controle la toma, creación e intercambio de imágenes íntimas sin consentimiento. En cambio, dice la Comisión de Derecho, tenemos “un mosaico de delitos que se han desarrollado con el tiempo, la mayoría de los cuales existían antes del auge de Internet y del uso de teléfonos inteligentes”. Algunos comportamientos abusivos ni siquiera están tipificados como delito específicamente, como el “downblousing” (tomar fotos sin consentimiento de los escotes de las mujeres) o los “deepfakes” (edición de videos con las imágenes de personas famosas).
En febrero, la Comisión publicó un documento de consulta sobre el uso abusivo de imágenes íntimas, como parte de una revisión de amplio alcance de esas leyes. Sus propuestas se centraron en mejorar la protección de las víctimas cuyas imágenes se toman o comparten sin su consentimiento. El gobierno ahora está considerando las propuestas.
Pero, ¿dónde nos deja eso a aquellos que navegamos por el turbio mundo de los teléfonos inteligentes y las relaciones como parte de nuestra vida cotidiana, particularmente después de un período prolongado de “amor en línea” como sucedió durante la pandemia? Las personas solteras fueron instadas a “ir a lo seguro” con videollamadas y mensajes de texto; pero algunas parejas quedaron separadas en dos hogares distintos y no se les permitió reunirse. Los estudios mostraron un marcado aumento en el “sexting” durante el encierro, y un artículo de investigación concluyó que ”El sexteo fue una herramienta de adaptación durante el confinamiento por covid-19”.
Sería ingenuo suponer que las personas “simplemente dejarán” de compartir imágenes subidas de tono de sí mismas con las personas con las que están involucradas, sin embargo, según la ley, no hay mucho que podamos hacer si, por ejemplo, una pareja o un ex publica una imagen alterada de nosotros en Internet, o comparte fotos espontáneas de nosotros con sus compañeros “en broma”. Incluso compartir imágenes íntimas como una amenaza, una forma de coaccionar o intimidar a una víctima, no es actualmente un delito penal, aunque compartirlas por motivos de gratificación sexual y para causar angustia es ilegal.
Está claro que la ley debe ponerse al día con la realidad, y la realidad es que cuando compartimos algo íntimo con una pareja o una posible cita, nos ponemos en riesgo. ¿Eso hará que dejemos de hacerlo? En el calor del momento, probablemente no. Pero necesitamos mucha más protección que simplemente tener que encogernos de hombros y esperar lo mejor.