¿Por qué demonios Chloé Zhao se involucró con Marvel?
El argumento conocido cuando los “autores” firman para dirigir películas palomeras de gran presupuesto es que están poniendo su propio sello en el material; sin embargo, es muy difícil ver toques personales en Eternals, escribe Geoffrey Macnab
Ciertamente, Chloé Zhao no está tratando de esconderse detrás del escudo de Marvel. Los créditos de Eternals, el nuevo éxito de taquilla de la directora ganadora del Oscar, describen el filme como “una película de Chloe Zhao”. Tuvo un presupuesto oficial de US$200 millones, lo que significa que costó aproximadamente US$195 millones más que su película anterior, Nomadland. Todos amaron Nomadland. Las críticas de Eternals han sido, en el mejor de los casos, reticentes y, en el peor, desdeñosas.
La participación de Zhao en el Universo Cinematográfico de Marvel plantea la pregunta: ¿por qué diablos lo hizo? Ella es conocida por sus dramas elegíacos centrados en los personajes, con un elenco reducido y a menudo ambientados en las praderas, donde presta especial atención a la naturaleza y a los paisajes. Sus inspiraciones son Terrence Malick y Wong Kar-wai, no Clark Kent o Bruce Wayne. No esperarías que Jane Campion dirigiera Guardianes de la Galaxia o que Robert Bresson hiciera una serie de películas de Spider-Man.
En el caso de Nomadland, uno de sus momentos más conmovedores mostró a la viajera itinerante (Frances McDormand) en su camioneta sufriendo malestar estomacal y haciendo sus necesidades en un balde. La película fue personal y particular. Esa fue su magia.
Entonces, ¿qué convenció a Zhao de desatar estruendosas criaturas parecidas a dinosaurios ("Deviants") y creadas con efectos visuales para que generaran caos en Camden Town, como lo hizo al principio de Eternals? ¿Por qué le interesó una desmesurada película coral, ambientada en múltiples ubicaciones y con distintas líneas de tiempo, llena de personajes disfrazados que pueden volar o atacar a sus enemigos con rayos lanzados por los ojos?
El argumento conocido, que siempre se hace cuando los “autores” firman para dirigir películas palomeras de gran presupuesto, es que están poniendo su propio sello en el material. Sin embargo, es muy difícil ver toques personales en Eternals. Esta es una película realizada por una gran máquina corporativa, no por una artista individual.
Sí, la película abre nuevos caminos para Marvel. Tiene un superhéroe gay y uno sordo. Sus personajes son mucho más diversos que cuando el productor Kevin Feige lanzó sus historias altas en testosterona de Iron Man y El Increíble Hulk. Hay temas ecológicos (muchas tomas de témpanos de hielo que se agrietan y volcanes que hacen erupción) y algunos momentos más tranquilos y poderosos, principalmente los que presentan a Salma Hayek en su remoto rancho de Dakota del Sur, que parecen escenas de las películas anteriores de Zhao.
Eso no es suficiente. Zhao no ha pasado la prueba de Martin Scorsese. Hace dos años, Scorsese sugirió que las películas de Marvel eran el equivalente cinematográfico de los parques temáticos. “No es el cine de seres humanos que intentan transmitir experiencias emocionales y psicológicas a otro ser humano”, dijo a la revista Empire. Uno duda mucho que Eternals lo haga cambiar de opinión.
Zhao está lejos de ser la primera directora de cine de autor que fracasa con una gran película de franquicia. Tanto el chico malo del cine de autor británico, Ken Russell, quien realizó el descabellado thriller de Harry Palmer The Billion Dollar Brain (1968), como Nicholas Ray de la película Rebel without a Cause, quien tomó bajo su cargo epopeyas bíblicas como King of Kings (1961), son otros ejemplos de directores conocidos por sus visiones fuertes e idiosincrásicas que han sido presionados para dirigir éxitos de taquilla, generalmente con resultados muy variados.
Echemos un vistazo a los créditos de las películas de James Bond y de Marvel, y encontraremos que muchos cineastas se han curtido realizando películas independientes de presupuestos reducidos. Algunos han hecho un excelente trabajo. Pongamos el ejemplo de Cate Shortland. La directora australiana, anteriormente mejor conocida por sus piezas que en definitiva se consideran cine de arte, como Somersault (2004), Lore (2012) y Berlin Syndrome (2015), superó las expectativas con la película de Marvel Black Widow (2021), estrenada a principios de este año. Para entender por qué su película fue tan efectiva mientras que Eternals es un desordenado fracaso, solo hay que ver el título. Shortland tiene una única superheroína principal (interpretada por Scarlett Johansson), Zhao tiene un pequeño ejército de protagonistas. La película de Shortland está muy centrada, mientras que Zhao tiene que abarcar varias historias a la vez. No puede desarrollar personajes con una profundidad significativa.
Este cambio funciona en ambos sentidos. Directores establecidos de películas de franquicia en ocasiones necesitan trabajar en producciones modestas para hacer sus mejores obras. El último éxito de taquilla de Kenneth Branagh para Disney, Artemis Fowl (2020), tuvo una recepción muy mediocre. Su nueva película de Hércules Poirot, Death on the Nile, lleva meses almacenada. Mientras tanto, Branagh ha dirigido posiblemente la mejor película de su carrera, la autobiográfica Belfast, sobre sus experiencias de niño en Irlanda del Norte a finales de los sesenta, justo cuando comenzaba el conflicto norirlandés.
La película incluye una toma de un niño desaliñado sentado en la calle frente a las casas de apuestas locales, leyendo un cómic de Thor. Muchos años después, Branagh pasó a dirigir una película de Thor de gran presupuesto para Marvel. Hizo un trabajo competente, pero Belfast, hecha con una fracción del dinero, tiene una fuerza emocional que simplemente no se obtiene en las películas de Marvel. Es pequeña pero muy especial.
Jean-Luc Godard dijo una vez que todo lo que necesitas para una película es una pistola y una chica. Zhao ya ha demostrado en Nomadland que puede arreglárselas con solo una camioneta y una mujer solitaria de mediana edad. Si quiere redescubrir sus superpoderes como cineasta, Zhao sin duda necesita recordarse a sí misma que, a menudo, menos es mucho más.