Guerra Rusia-Ucrania solo puede resolverse a través de la “diplomacia”: Zelensky
El fin del conflicto solo puede alcanzarse “en la mesa de negociaciones”, dice el presidente ucraniano
La sangrienta batalla de Ucrania hacia la victoria contra la invasión rusa será duramente ganada a través de la diplomacia, opinó el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky durante una entrevista con motivo del tercer aniversario de su investidura.
“Nosotros no empezamos esta guerra. Pero tenemos que terminarla”, dijo en la transmisión grabada el viernes y difundida el sábado, que duró una hora.
“La victoria será sangrienta en la batalla. Pero el final estará en la diplomacia. Queremos recuperar todo. Rusia no quiere entregar nada”.
El fin de la feroz guerra solo se puede alcanzar “en la mesa de negociaciones” agregó.
Zelensky también aprovechó su aparición en televisión nacional para celebrar a las fuerzas de su país por romper la “columna vertebral” del ejército de Vladimir Putin, que describió como “uno de los ejércitos más fuertes del mundo”.
“Ya lo hemos hecho. Incluso psicológicamente”, continuó. “No se recuperarán en los próximos años. Pero no olvidemos que nuestros soldados también quieren vivir”.
En la transmisión se incluyó una entrevista con la esposa del presidente, Olena Zelenska, en la que aseguró que la invasión no había cambiado a su esposo.
“No puedo decir que haya cambiado. Como era un esposo y hombre confiable, así es”, dijo.
“Nuestra familia, como todas las familias ucranianas, ahora está dividida. No nos vimos por dos meses y medio, solo hablábamos por teléfono. Gracias por esta oportunidad porque ahora estamos pasando tiempo juntos, teniendo una cita en la televisión”, agregó Zelenska.
La entrevista fue transmitida tras los reportes de que funcionarios locales de Rusia habían lanzado un gran ataque para apoderarse del último territorio de Luhansk en poder de Ucrania.
Luhansk, al sureste de Ucrania, es una de las dos provincias, junto con Donetsk, que Moscú ha proclamado como entidades independientes.
Serhiy Gaidai, el gobernador de la región de Luhansk, dijo en una publicación en redes sociales esta mañana que Rusia estaba tratando de destruir la ciudad de Severodonetsk y que ha habido combates a las afueras de la ciudad.
“Los bombardeos continúan desde en la mañana hasta la tarde y también durante la noche”, explicó en un vídeo publicado en la app de mensajería Telegram.
“Los planes del enemigo son rodear la región o prenderle fuego, como hicieron en Popasna. Este es el difícil destino de la región de Luhansk: evitar que los rusos avancen más”, añadió.
La captura de las provincias de Luhansk y Donetsk permitiría a Moscú reclamar la victoria tras anunciar el mes pasado que este era su objetivo. Rusia cambió su plan luego de no poder tomar Kyiv.
“Estas serán las próximas semanas críticas del conflicto”, advirtió Mathieu Boulegue, expero del think tank Chatham House de Londres. “Y depende de lo efectivos que sean para conquistar Severodonetsk y las tierras en él”.
Mientras las regiones orientales de Ucrania sienten toda la fuerza de la ofensiva rusa, los seres queridos de los combatientes ucranianos que defendieron la siderúrgica de Azovstal han expresado su preocupación sobre el destino de sus familiares, después de que les ordenaran retirarse.
Durante una conferencia de prensa en Estambul, Turquía, Natalia Zarytska, esposa de uno de los combatientes de Mariúpol que se rindieron, contó que no había tenido contacto con su esposo, aparte de un intercambio de mensajes de 10 minutos a través de Telegram hace dos días.
“Mi esposo me envió mensajes hace dos días y la situación es muy complicada y horrible, y mi esposo va de un infierno a otro, de la siderúrgica de Azovstal a una prisión, al cautiverio”, expresó.
Zarytska también mencionó que cree que su esposo sigue vivo y que un día regresara a casa.
El grupo, integrado por tres esposas y la madre de los combatientes de Azovstal, estuvieron en Turquía esta semana para pedirle al país ayuda para garantizar la seguridad de los combatientes en la planta siderúrgica.
Por otra parte, la empresa energética estatal rusa Gazprom confirmó el sábado que había suspendido las exportaciones de gas a su vecina Finlandia tras su solicitud para unirse a la alianza militar de la OTAN.
Previamente, el operador del sistema finlandés Gasgrid Finland, declaró: “Las importaciones de gas a través del punto de entrada de Imatra han sido detenidas”.
Esto, luego de que Gazprom Export exigiera a los países europeos que pagaran por el suministro de gas ruso en rublos, debido a las sanciones impuestas por la invasión de Ucrania por parte de Moscú, a lo que Finlandia se negó.
Aunque Finlandia utilizaba principalmente gas de origen ruso, esto solo representa un pequeño porcentaje de su consumo total de energía.
Gasum ya ha señalado que cubrirá la demanda a través del gasoducto Balticconnector entre Finlandia y Estonia.
En respuesta a la decisión de Rusia, Mika Wiljanen, director ejecutivo de la compañía, mencionó: “Es muy lamentable que el suministro de gas natural en virtud de nuestro contrato de suministro ahora se detenga.
“Sin embargo, nos hemos estado preparando cuidadosamente para esta situación y, siempre que no haya interrupciones en la red de transmisión de gas, podremos suministrar gas a todos nuestros clientes en los próximos meses”
Previamente, Joe Biden firmó un proyecto de ley para dar casi US$40 mil millones en ayuda a Ucrania, como parte de los trabajos para impulsar el apoyo militar contra la invasión rusa, anunció la Casa Blanca.
La nueva legislación proporcionará US$20 mil millones en asistencia militar, garantizando un flujo constante de armas avanzadas que se han utilizado para obstaculizar los avances de Rusia.
También hay US$8 mil millones en apoyo económico general, US$5 mil millones para abordar la escasez mundial de alimentos que podría resultar del colapso de la agricultura ucraniana y más de US$1 mil millones para ayudar a los refugiados.
Pero los informes sobre el asombroso paquete de apoyo de parte de EE.UU. se vieron algo empañados por un anuncio de Rusia, proclamando que prohibiría la entrada a 963 estadounidenses, incluido el presidente Joe Biden, el secretario de Estado Antony Blinken y el jefe de la CIA William Burns.