Reseña: The Rolling Stones demuestran que todavía tienen brillo en “Hackney Diamonds”
Cerca del final de “Sweet Sounds of Heaven”, la penúltima canción del fantástico nuevo álbum de los Rolling Stones, “Hackney Diamonds” (sí, NUEVO), escuchamos lo que suena como una competencia vocal entre dos grandes: Mick Jagger y Lady Gaga.
“Oh yeah!” cantan, con creciente urgencia. ¿Se están retando? De hecho, Jagger ha confirmado que había algo de energía competitiva mientras completaban la pista.
A lo que decimos, ¡que haya más! La competencia es emblemática de la energía alegre que infunde la primera producción de música original de los Stones en 18 años, que será lanzada el viernes. Es su mejor trabajo nuevo en décadas: tenso, concentrado, lleno de corazón y arrogancia.
Todo esto parece un avance bastante importante para los fans de los Stones de toda la vida. Al parecer, durante mucho tiempo ha habido un contrato tácito entre ellos y la banda: sigan de gira y nosotros iremos. Toquen los éxitos y quizá desempolven algunas sorpresas para mantenerlo fresco. Es suficiente, porque, claro, ¡ustedes son los Stones! Jagger seguirá moviéndose como, bueno, Jagger, técnicamente de 80 años. Keith Richards, de apenas 79 años, se mantendrá ágil y brillante en la guitarra, junto con Ronnie Wood, el bebé de 76. Y seguiremos hasta que se detengan, lo cual no sucederá.
¿Música nueva? Eso no ha sido parte de la ecuación. (¿Qué tan bien recuerdas “A Bigger Bang” de 2005?).
Pero ahora, en la cacnión “Whole Wide World”, cuando Jagger canta “And you think the party is over”, parece que todo el álbum es una gran respuesta: ¡No!
Y con esto quizá se abre la posibilidad de cambiar la lista de canciones de los conciertos. Una candidata clave sería la ya mencionada “Sweet Sounds of Heaven”, con tintes gospel. Prueba de lo divertido del álbum, empezando por el hecho de que cuando eres los Stones, puedes invitar a cualquiera a tu fiesta y asistirán. Como Gaga y Stevie Wonder, quien se une en la canción en los teclados (“Toca algo, Stevie”, oirás). Pero la canción también da testimonio de cuán vigorosa sigue siendo la voz de Jagger.
Otro invitado a la fiesta: Elton John, tocando el piano en dos pistas. En uno, “Get Close”, Jagger canta: “I walk the city at midnight with the past strapped to my back” (“Camino por la ciudad a medianoche con el pasado atado a mi espalda”). Atado, sí, pero sin restringir el flujo sanguíneo. Las letras no siempre son tan poéticas, pero cuando lo logran, a menudo es un diálogo con el pasado. Como cuando Richards canta en la conmovedora “Tell Me Straight”: “Is my future all in the past? Just tell me straight” (“¿Mi futuro está en el pasado? Sólo dímelo directamente”).
En la furiosa “Bite My Head Off”, el invitado de la banda no es otro que su viejo amigo Paul McCartney; sí, el mismo tipo que recientemente los llamó con humor “banda de covers de blues”. Aquí está, un Beatle al bajo como si nada.
El gran Charlie Watts, fallecido en 2021, aparece póstumamente en dos de los 12 temas. En uno, “Live by the Sword”, el ex compañero de banda Bill Wyman se une al bajo, creando una reunión emocionalmente potente. Steve Jordan, el sucesor que Watts eligió, ocupa el lugar del querido baterista en el resto del álbum. La mayoría de las pistas están escritas por Jagger y Richards; A ellos se une en tres el productor pop Andrew Watt (conocido por trabajar con Post Malone y Justin Bieber), quien claramente se luce con todo este proyecto.
¿Es este su último álbum nuevo? Probablemente no. Pero si lo fuera, las palabras finales serían “rolling stone” (piedra rodante), a través de una conmovedora versión de Muddy Waters, que nos recuerda los álbumes de blues que Mick llevaba ese día en que conoció a Keith en una estación de tren.
“She said ‘I got a boy child coming ... he’s gonna be a rolling stone’” (Ella dijo: ‘Tengo un niño en camino... va a ser una piedra rodante’”), dice ese último verso.
¿Crees que se acabó la fiesta? ¡Ja!