La exnovia del príncipe Harry “se siente afortunada” porque su relación fue corta
La modelo salió de manera breve con el duque de Sussex en 2011.
Florence St George ha dicho que se siente "afortunada" de que su relación con el príncipe Harry duró poco porque tuvo problemas para lidiar con la publicidad.
La modelo, que salió de manera breve con el duque de Sussex en 2011, recordó su relación de corta duración en el último número de la revista Stella de The Telegraph.
St George, de 35 años, dijo que la relación provocó una ola de escrutinio por parte de los medios y el público, y que su “privacidad de repente se terminó”.
“Casi todos los días aparecía una nueva historia en la prensa, mis amigos de la escuela eran interrogados y había fotógrafos afuera de la puerta de mi casa”, recordó.
St George no dijo por qué la pareja se separó, solo que ella estaba “triste en ese momento”.
“Me quito el sombrero ante aquellas personas que pueden hacer frente a ese estilo de vida, pero yo sabía que no podía. Aunque fue triste en ese momento, me siento afortunada de que la relación duró poco”, dijo.
La modelo está casada con Henry St George, vicepresidente de la Autoridad Portuaria de Gran Bahama, desde 2013.
La pareja tiene dos hijos; una hija llamada Iris, de 5 años, y un hijo llamado Jimmy, de 3.
También en la entrevista, St George habló con franqueza sobre sus luchas con la salud mental.
Ella reveló que ha sufrido de ansiedad desde su adolescencia, y también se le diagnosticó depresión posparto después de dar a luz por primera vez.
“Tan pronto como di a luz a mi hija Iris, nos enamoramos. Ella era perfecta y sentí un instinto protector abrumador hacia ella”, dijo.
“Pero esa noche, también sentí un cambio químico dentro de mí. Podía estar amorosa y riéndome en un momento, y de pronto ya estaba sollozando y enojada”.
La madre de dos dijo que se “perdió en el miedo y la preocupación” y, al final, buscó la ayuda de un médico después de que su familia la animara.
“Después de siete largos meses me diagnosticaron depresión posparto. El médico me preguntó qué me hacía feliz, como una forma de tratar de diagnosticarme, y no pude responder”, recordó.
“A pesar de tener un esposo y una bebé a los que amaba con todo mi corazón, no pude recordar la última vez que de verdad me sentí feliz”.
Ella reveló que además de que le recetaron medicamentos, había encontrado consuelo en la cerámica.
“Me obligué a recoger la arcilla y empezar a jugar. La sensación del material suave y húmedo fue muy relajante”, dijo.
“Hice una pequeña olla, clavé mi pulgar en el centro de la arcilla y de manera lenta le di forma. Estaba tan absorta en la tarea, y cuando la terminé, sentí un aluvión de positividad. En ese momento, volví a sentirme yo misma”.
St George dijo que trabajar con la arcilla “se sintió como una terapia” porque le dio una sensación de logro.
“La belleza de esto era que no había reglas específicas, podía ir a cualquier parte con eso”.