Paul Flores recibe sentencia de 25 años a cadena perpetua por asesinato en 1996 de Kristin Smart
Paul Flores había sido durante mucho tiempo sospechoso de la desaparición de Smart, pero pasaron 25 años antes de que finalmente fuera declarado culpable de su asesinato
Paul Flores enfrenta una sentencia de 25 años a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato en 1996 de la estudiante de California Kristin Smart.
La jueza del Tribunal Superior del condado de Monterey, Jennifer O’Keefe, impuso la sentencia máxima posible después de escuchar los emotivos testimonios de los miembros de la familia de Smart.
Antes de la sentencia del viernes, la jueza O’Keefe desestimó las mociones de la defensa para un nuevo juicio y anular el veredicto de culpabilidad de Flores.
Smart, estudiante de la Universidad Politécnica Estatal de California en San Luis Obispo, desapareció en mayo de 1996 mientras caminaba a casa después de una fiesta.
Nunca encontraron su cuerpo y la declararon muerta en 2002. A pesar de las pruebas forenses y de testigos que vinculan a Flores con el asesinato, el caso permaneció sin resolver durante 25 años hasta que los fiscales lo acusaron del asesinato de Smart en abril de 2021.
Flores fue declarado culpable después de un juicio con jurado de tres meses y medio en octubre de 2022. El juicio se trasladó a Monterey, después de que los abogados defensores argumentaran que sería imposible para él recibir un juicio justo en San Luis Obispo, dada la notoriedad del caso.
Su padre, Rubén Flores, fue juzgado junto con su hijo por ser cómplice del asesinato, pero lo absolvieron.
Flores y su esposa Susan asistieron a la sentencia del viernes.
El 24 de mayo de 1996, Smart, de 19 años, asistió a una fiesta fuera del campus con su compañera de habitación Margarita Campos y sus compañeros de estudios en la Universidad Politécnica Estatal de California, conocida como Cal Poly.
Las amigas se separaron porque Campos quería regresar temprano a su dormitorio, y Smart siguió de fiesta.
Según los fiscales, Paul Flores asesinó a Smart mientras intentaba violarla en el dormitorio de él.
Afirmaron que él fue la última persona que vio a Smart con vida y la acompañó a su casa después de que ella se emborrachó.
Paul Flores había sido durante mucho tiempo sospechoso de la desaparición de Smart y fue objeto de una demanda por homicidio culposo presentada por su familia en la década de 1990.
Cuando los investigadores fueron a entrevistarlo, tenía un ojo morado, que atribuyó a un partido de baloncesto con amigos.
Rechazaron su relato y luego cambió su historia para decir que se había pegado en la cabeza con un automóvil.
No fue hasta después de que se renovó la atención sobre el caso tras el lanzamiento del pódcast de Chris Lambert Your Own Backyard en 2019 que la investigación se reanudó.
Cuando los Flores fueron arrestados en 2021, las autoridades le dieron crédito al pódcast por difundir información nueva y “valiosa”.
A lo largo de los años se han realizado docenas de búsquedas en San Luis Obispo para localizar los restos de Smart.
Los fiscales le dijeron al jurado que su padre ayudó a enterrar a la estudiante de primer año detrás de su casa en las cercanías de Arroyo Grande, y luego desenterró los restos y los trasladó.
En marzo de 2021, los arqueólogos encontraron una alteración del suelo del tamaño de un ataúd y la presencia de sangre humana en la casa en Arroyo Grande de Rubén Flores.
La sangre no arrojó una muestra de ADN positiva, pero los fiscales lograron convencer a un jurado usando evidencia circunstancial y las declaraciones de Paul Flores que fueron cambiando con los años.
Traducción de Michelle Padilla