Patrick McHenry es el presidente de la Cámara de Representantes, al menos por ahora
Al ser destituido Kevin McCarthy de su puesto como presidente de la Cámara de Representantes, en parte por colegas que ayudaron a ponerlo en la tribuna hace nueve meses, uno de sus principales lugartenientes intervino para presidir el recinto, al menos temporalmente.
El representante republicano Patrick McHenry tomó el mazo tras la votación del martes para echar a McCarthy, la primera vez que el presidente de la cámara baja es destituido en Estados Unidos. De acuerdo con las normas de la Cámara de Representantes, McHenry fue elegido de una lista que a McCarthy se le exigía tener, y en esencia se desempeñará como presidente interino —conocido como presidente pro tempore—hasta que el recinto legislativo dilucide quién será su próximo presidente.
Para McHenry, que se caracteriza por usar corbatas de moño, el puesto interino representa su posición más pública hasta la fecha durante sus 10 periodos en la Cámara de Representantes.
Pero ya había incrementado su estatura y protagonismo en la cámara baja. McHenry era uno de los aliados más cercanos de McCarthy, y le ayudó a ganar la contienda por el puesto de presidente en enero y a negociar el tope al límite de la deuda gubernamental que McCarthy concretó con el presidente Joe Biden este año.
Ayudó a McCarthy a conservar su frágil mayoría hasta que se desmoronó tras la decisión de trabajar con los demócratas para mantener abierto el gobierno federal, en lugar de arriesgarse a que ocurriera un cierre. El martes pronunció un discurso en el piso de la Cámara de Representantes en respaldo de McCarthy.
Dee Stewart, consultor político de McHenry desde hace tiempo y su primer jefe de personal en el Capitolio, dijo que no le sorprende que, por ahora, su amigo cercano presida uno de los órganos legislativos más importantes del mundo.
“Ha demostrado tener una perspicacia tremenda como miembro del Congreso, y es ampliamente respetado por casi todo el mundo que trata con él”, dijo Stewart, que conoció a McHenry por primera vez en 1996 durante una convención de la Federación de Republicanos Universitarios de Carolina del Norte.
Uno de los primeros actos de McHenry en la posición temporal fue echar a la presidenta emérita Nancy Pelosi de su oficina honoraria en el Capitolio mientras ella estaba en California para rendir homenaje a la fallecida senadora Dianne Feinstein.
Pelosi calificó el desalojo como “un agudo alejamiento de la tradición". Pero agregó: “El espacio de oficinas no me importa, pero sí parece importante para ellos. Ahora que el nuevo liderazgo republicano ha resuelto este importante asunto, esperemos que se pongan a trabajar en lo que es verdaderamente importante para el pueblo estadounidense”.
McHenry, que cumplirá 48 años este mes, creció en los alrededores del área de Charlotte. Acudió a la Universidad Estatal de Carolina del Norte antes de graduarse de la Universidad Belmont Abbey, una pequeña institución educativa al oeste de Charlotte.
Mientras aún estaba en la universidad, se postuló infructuosamente para un escaño en la cámara baja estatal en 1998, pero cuatro años después sí lo logró, a los 27 años. McHenry había trabajado para una firma consultora de medios de comunicación con sede en Washington,como asistente especial del secretario del Trabajo y para la campaña presidencial de George W. Bush en 2000.
McHenry sólo se desempeñó un periodo en la Asamblea General, donde fue testigo de un estancamiento histórico en torno a quién debía ser el presidente de ese recinto legislativo. La disputa llegó a su fin con un acuerdo en el que un demócrata y un republicano compartían el puesto, y cada uno de ellos presidía las sesiones en días alternos.
Pero McHenry tenía la vista puesta más allá, y en 2004 obtuvo la victoria en las primarias republicanas por el escaño del 10º Distrito Legislativo —un área enfocada en la manufactura y habitada por obreros—, el cual dejó vacante el representante republicano Cass Ballenger, que se jubiló.
Avanzó a una segunda vuelta, en la que derrotó a un popular jefe policial local por una diferencia de sólo 85 votos de 30.000 sufragados, con lo cual obtuvo la nominación del partido. Sus asesores atribuyeron la victoria al hecho de que McHenry hizo campaña entre la población —Stewart dijo que tocaron en 60.000 puertas— para derrotar a rivales que casi le doblaban la edad y gastaron mucho más que él.
Tras derrotar al nominado demócrata en 2004, McHenry entró al Congreso como un conservador de línea dura dispuesto a hablar en contra de los líderes. Actuó en oposición al deseo de los líderes republicanos al cumplir una promesa de campaña de votar en contra del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica.
Pero con el tiempo McCarthy ascendió en la jerarquía de líderes republicanos, convirtiéndose en el principal jefe de bancada adjunto en 2015, y en un elemento crucial del equipo de McCarthy. Este año ha sido el presidente de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
McHenry “realmente se ganó sus galones al (estar) dispuesto a asumir asuntos difíciles de una forma elocuente durante su primer par de periodos”, declaró Stewart, y añadió que le concedieron más responsabilidades a medida que él “demostró su lealtad a la causa conservadora”.
John Boehner, expresidente de la Cámara de Representantes, le dijo al periódico Politico en 2017, luego de dejar el puesto: “McHenry va a ser el presidente de la cámara algún día”.
Stewart se mostró cauteloso con respecto a si McHenry podría convertirse en el presidente permanente del recinto legislativo, y dijo que Stewart estaba “tomando un enfoque de aguardar a ver cómo se desenvuelven las cosas”.
McHenry ha sido reelegido por cómodos márgenes de diferencia en el número de votos, un reflejo del dominio republicano en el oeste de Carolina del Norte, predominantemente rural. Casado con una economista del gobierno federal y padre de tres hijos, McHenry vive a orillas del lago Norman, dentro del 10º distrito.
Conocido por sus bromas de humor seco, McHenry también puede tener un lado vehemente.
Mientras se encontraba en la tribuna el martes, leyó cuidadosamente de un papel, diciendo que sería “prudente” declarar en receso a la Cámara de Representantes, de forma que las bancadas y asambleas de los partidos pudieran reunirse “para sopesar el camino hacia adelante”.
Entonces McHenry azotó el mazo con mucha fuerza, y el video se hizo viral en las redes sociales.
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El periodista de The Associated Press Stephen Groves en Washington contribuyó a este despacho.