Líderes de la UE y América Latina celebra una cumbre para retomar la relación con viejos amigos
Líderes de la Unión Europea y América Latina se reúnen para una importante cumbre de parientes lejanos a partir
Líderes de la Unión Europea y América Latina se reunían el lunes para una importante cumbre de parientes lejanos. Aún estaba por ver si sería un alegre reencuentro de viejos amigos.
El último encuentro de esa clase se celebró hace ocho años. Desde entonces, la pandemia del COVID-19 y los tres años de ausencia de Brasil de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) han hecho que el Océano Atlántico que separa a los dos bandos parezca aún mayor.
Además, las diferencias sobre la guerra de Rusia en Ucrania, comercio, deforestación y reparaciones por la esclavitud añaden más emoción a una cumbre de dos días que ya se considerará un éxito si todos acuerdan reunirse más a menudo a partir de ahora.
Desde luego, la UE de 27 países tiene parte de la culpa por ese alejamiento.
“Durante demasiados años, Europa ha dado la espalda a la que es, sin duda, la región del planeta más compatible con Europa”, dijo en un comunicado José Manuel Albares, el ministro de Exteriores de España, que ostenta el turno de presidencia del bloque.
Varios países de la UE tienen lazos centenarios con América que durante mucho tiempo se basaron en esclavitud y explotación colonial. E incluso una vez los países latinoamericanos lograron la independencia de las metrópolis europeas, en ocasiones hace hasta 200 años, el comercio fue durante demasiado tiempo una vía de una sola dirección que beneficiaba de forma primordial y mayoritaria a los europeos.
Pero en el siglo XXI, China ha hecho un esfuerzo por ganar influencia y lazos comerciales en América Latina, y la UE es consciente de que tiene una batalla geoestratégica entre manos.
“Muchas compañías europeas han perdido terreno”, dijo Parsifal D'Sola, director ejecutivo del Centro de Investigación Chino Latinoamericano.
“Hay un interés general en equilibrar la influencia económica que tiene China en todo el mundo, pero en este caso particular en Latinoamérica”, dijo D'Sola.
La UE considera a China como un “rival sistémico” desde hace cuatro años, y ha visto como Beijing arrincona arraigados intereses europeos en África, así como en América Central y del Sur. Hasta el punto de que D'Sola advierte que la flexibilidad y la fuerte inversión china en varios sectores hará difícil arrebatar influencia a Beijing como podrían desear las naciones de la UE.
Aun así, no se puede subestimar la fuerza que aún tiene Europa en Latinoamérica, especialmente en materia económica. Las cifras más recientes indican que el comercio anual entre los dos lados ha aumentado en un 39% en la última década, a 369.000 millones de euros (414.000 millones de dólares). La inversión de la UE en la región era de 693.000 millones de euros (777.000 millones de dólares), un incremento del 45% en la última década. La UE ya tiene acuerdos comerciales con 27 de los 33 miembros de la CELAC.
También está el elefante en la sala del enorme acuerdo de la UE y Mercosur entre el bloque europeo y Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, que ya lleva cinco años sin ratificación plena.
Varios países europeos tienen poderosos grupos ganaderos de presión que intentan mantener a raya la competencia de países productores de ternera como Brasil y Argentina. Y después de que el expresidente brasileño Jair Bolsonaro permitiera que la deforestación de la Amazonía batiera su récord de 15 años, las naciones de la UE han insistido en endurecer los estándares medioambientales.
Luiz Inácio Lula da Silva, que sucedió a Bolsonaro este año y asumió la presidencia de Mercosur a principios de julio, ha tachado de “inaceptable” la amenaza de sanciones europeas. Antes de la cumbre, los funcionarios de la UE se esforzaron por insistir en que esta semana no se hablaría de sanciones sobre los países que no cumplan el Acuerdo Climático de París de 2015, y elogiaron los esfuerzos de Lula por revertir la deforestación rampante.
En general, sin embargo, “hay una disposición en ambas partes de conseguir por fin que el acuerdo salga adelante”, señaló Caio Marcondes, politólogo de la Universidad de Sao Paulo.
Rusia y la guerra de Ucrania son ahora otra fuente de discrepancias. La CELAC tiene estados miembros como Cuba y Venezuela que tienen posturas sobre Rusia que chocan con la de casi todos los miembros de la UE. En un principio se esperaba que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se dirigiera a la cumbre. Esa idea se ha descartado.
Estos asuntos han complicado mucho elaborar un borrador de declaración conjunta de la cumbre, que se esperaba fuera un texto largo y detallado pero se está convirtiendo rápidamente en una “declaración telegráfica”, indicó un funcionario de la UE de alto rango implicado en la preparación del texto. Habló bajo condición de anonimato porque las negociaciones seguían en marcha.
El funcionario tampoco esperaba “ningún avance particular” sobre el acuerdo con Mercosur ni otros acuerdos comerciales pendientes, aunque añadió que la cumbre podría dar impulso “para que todos estos acuerdos comerciales se consoliden este año”.
____
Megan Janetsky en Ciudad de México y Eléonore Hughes en Río de Janeiro contribuyeron a este despacho.