China elogia su iniciativa de la Ruta de la Seda como alternativa al desarrollo internacional
China promociona su Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda, que cumple 10 años, como un modelo alternativo para el desarrollo económico y un reporte gubernamental elogia el programa e ignora las críticas de que carga a los países pobres con un nivel de deuda demasiado elevado.
El programa impulsado por el presidente chino, Xi Jinping, hs financiado la construcción de puertos, centrales eléctricas y ferrocarriles, entre otros proyectos, en todo el mundo.
“En los últimos 10 años, los fructíferos resultados de la construcción conjunta del Cinturón y la Ruta y el creciente círculo de amistades han demostrado plenamente que el Cinturón y la Ruta no se circunscriben a un círculo cerrado y estrecho, trascienden a la vieja mentalidad de los juegos geopolíticos y crean un nueva paradigma de cooperación internacional", dijo Li Kexin, director de asuntos económicos internacionales del Ministerio de Exteriores, a reporteros en Beijing.
Desde su lanzamiento, la iniciativa ha respaldado proyectos ejecutados en su mayoría por constructoras chinas, financiados con préstamos de bancos de desarrollo del país.
Su objetivo oficial es impulsar el comercio y la inversión mejorando las conexiones de transporte entre China y el resto del mundo. Los analistas atribuyen al programa el mérito de canalizar los fondos necesarios a los países pobres, pero sostienen que ha tenido un costo.
Un estudio publicado el lunes por el Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, indicó que el Cinturón ha entregado más de 330.000 millones de dólares en préstamos a gobiernos de países en desarrollo hasta 2021, prestando más que el Banco Mundial algunos años.
“A cierto nivel, China ha añadido un Banco Mundial al mundo en desarrollo, y ese no es un logro menor y es muy apreciado por los países en desarrollo", indicó Kevin Gallagher, el director del centro.
Pero el mismo estudio destacó que muchos de los receptores de esos créditos tienen ahora problemas con su elevada deuda externa. Además, las centrales eléctricas financiadas por Beijing emiten unos 245 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que se suma a las emisiones de gases de efecto invernadero que alteran el clima.
Según Gallagher, el programa adquirió un nuevo enfoque, apodado “pequeño y hermoso”, que favorece proyectos más pequeños y energías renovables.
Los préstamos al desarrollo de China han caído en picado en los últimos años, en parte porque el país ha aprendido de las crisis de deuda que azotaron a varias naciones y porque Beijing tiene menos dinero para prestar debido a la ralentización de su propia economía.
Cong Liang, un alto funcionario de la principal agencia de planificación china, indicó durante la presentación del informe sobre el programa que el país se adheriría al “principio de la deuda sostenible” y trabajará con las naciones endeudadas hacia“un sistema de inversión y financiación sostenible y de riesgo controlable”.
La iniciativa forma parte de los esfuerzos de China para elevar su perfil internacional y contrarrestar las críticas de Estados Unidos al gobierno del Partido Comunista y al historial del país en materia de derechos humanos.
Los dirigentes chinos, por su parte, acusan a Washington de intentar imponer sus principios al resto del mundo, incluyendo a Beijing, y sostienen que su sistema ofrece un enfoque diferente que acepta a los demás países tal y como son.