Guardaespaldas de Putin “recogen sus heces en viajes al extranjero y los regresan a Rusia”
La práctica se lleva a cabo supuestamente en un intento de impedir que las potencias extranjeras recaben información sobre la salud del líder ruso
Los guardaespaldas de Vladimir Putin recogen en bolsas sus heces cuando está en el extranjero para poder traerlas de vuelta a Rusia, según un reporte.
La extraña afirmación fue reportada por primera vez en la revista francesa Paris Match por dos veteranos periodistas de investigación.
Según el reporte, miembros del FPS (Servicio Federal de Protección) del presidente ruso se encargan de recoger sus desechos corporales en paquetes especializados que luego se colocan en un maletín especial para el viaje de regreso a casa.
El FPS es el departamento encargado de proteger a los altos funcionarios del Estado, incluido el presidente.
Según los periodistas Regis Gente, autor de dos libros sobre Rusia, y Mikhail Rubin, que ha cubierto Rusia durante más de una década, los ejemplos de esta recolección de heces incluyeron las visitas de Putin a Francia el 29 de mayo de 2017, y en su viaje de octubre de 2019 a Arabia Saudita.
El ejercicio se lleva a cabo supuestamente en un intento de impedir que las potencias extranjeras recopilen información sobre la salud del líder ruso.
La experiodista de la BBC Farida Rustamova pareció confirmar el reporte, escribiendo en Twitter que estaba al tanto de un incidente similar en Viena y que Putin había usado “un baño privado especial” y un “baño portátil” en el pasado.
Citó a una fuente no identificada que dijo que el presidente había llevado a cabo esta práctica desde el principio de su liderazgo.
La salud de Putin ha sido un tema de especulación y discusión en los últimos meses desde su decisión de invadir Ucrania el 24 de febrero.
Un número creciente de reportes no confirmados alegan que el hombre de 69 años tiene cáncer y que su salud se está deteriorando a un ritmo acelerado.
Un oficial del FSB afirmó que a Putin “no le quedan más de dos o tres años de vida”, añadiendo que el presidente ruso tiene “una forma grave de cáncer que progresa rápidamente”.
Unas imágenes del presidente de mediados de febrero mostraban cómo temblaba sin control durante una reunión con el líder bielorruso Alexander Lukashenko pocos días antes de invadir Ucrania, lo que desató rumores en Internet de que podría padecer la enfermedad de Parkinson.
También fue fotografiado tosiendo y acurrucado bajo una manta en el desfile del Día de la Victoria de Rusia en mayo, mientras que otro clip mostraba que el líder ruso parecía cojear.
En el pasado se ha informado de que las heces se utilizaban para obtener información.
Un antiguo agente soviético afirmó anteriormente que José Stalin espió a Mao Zedong, entre otros líderes extranjeros, analizando sus heces en un laboratorio.
En 2016, Igor Atamenko declaró a la BBC que la policía secreta de Stalin pretendía analizar al presidente Mao formulando perfiles psicológicos a partir de sus heces en un laboratorio supersecreto.
Al parecer, se instalaron retretes especiales para que Mao los utilizara cuando visitó Moscú durante 10 días en 1949.
Los retretes no estaban conectados al alcantarillado, sino que recogían sus heces en cajas secretas que se llevaban al laboratorio y se estudiaban en busca de distintos niveles de potasio y aminoácidos, que se creía que podían ayudar a elaborar perfiles psicológicos.
En otro ejemplo, se afirma que los espías británicos hurgaron en el papel higiénico sucio usado por las tropas soviéticas en Alemania Oriental durante la Guerra Fría, según el experto militar británico Tony Geraghty.