Tras dos años de guerra, abundan las dudas sobre si Kiev podrá mantener su lucha contra Moscú

Samya Kullab
Sábado, 24 de febrero de 2024 04:50 EST

El futuro parece sombrío para una Ucrania cansada de la guerra: está acuciada por la escasez de soldados y municiones, además de por las dudas acerca de la llegada de la ayuda occidental. Las tropas de Kiev enfrentan además a un enemigo ruso que acaba de tomar la iniciativa en el campo de batalla.

Dos años después de que la invasión rusa a gran escala capturó cerca de una cuarta parte del país, Kiev no podría jugarse más. Tras una serie de victorias en el primer año del conflicto, la suerte ha cambiado para las tropas ucranianas, que están atrincheradas y superadas en armamento y número por un rival más poderoso.

A continuación, un análisis de la situación sobre el terreno, los desafíos que están por venir y algunas de las posibles consecuencias si Ucrania no recluta el personal, la munición y la ayuda que necesita para seguir adelante con su lucha.

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN?

Los triunfos han dado la espalda a Ucrania a lo largo de la serpenteante línea del frente en el este del país. Con Rusia tomando ventaja, la escasez en aumento y una importante reorganización de la cúpula militar todavía reciente, abundan las dudas acerca de si Kiev podrá seguir adelante.

“Tal y como están las cosas, ninguno de los bandos ha ganado. Ninguno ha perdido. Ninguno está cerca de rendirse. Y los dos bandos han agotado prácticamente los recursos humanos y materiales con los que empezaron la guerra", dijo el general Richard Barrons, un oficial militar británico que copreside una consultoría de defensa.

Ucrania sufrió reveses luego de que su esperada contraofensiva de verano no logró avances significativos. Sus fuerzas armadas adoptaron una postura defensiva en otoño para repeler los nuevos avances de Moscú.

El 17 de febrero, las tropas rusas tomaron el control de la disputada ciudad de Avdiivka, donde las fuerzas de Kiev estaban sometidas al fuego constante de los rusos, que se acercaron desde tres flancos. Los comandantes ucranianos llevaban semanas quejándose de la falta de efectivos y municiones. Fue la mayor victoria de Rusia en el terreno desde la batalla por Bájmut y confirmó que su ofensiva estaba ganando fuerza.

Lejos del campo de batalla, Ucrania ha tenido éxito en el Mar Negro: ha empleado armas de largo alcance para atacar instalaciones militares en Crimea y drones marítimos para hundir buques de guerra rusos. Kiev ha inutilizado un tercio de la flota rusa en la zona, según el Consejo Atlántico.

Ucrania está tratando de adquirir más misiles de largo alcance para llevar a cabo ataques de mayor rango en el territorio ocupado por Rusia, una medida que muchos países europeos temen que pueda provocar una escalada por parte del Kremlin.

¿CUÁNTA GENTE HA MUERTO?

Tanto Rusia como Ucrania han tratado de mantener en secreto las cifras de víctimas.

Desde el inicio de la invasión, han trascendido pocos detalles sobre las bajas en el ejército ucraniano, pero sí está claro que decenas de miles de civiles han perdido la vida.

En 2023, el primer análisis estadístico independiente de los muertos rusos concluyó que cerca de 50.000 habían fallecido en la guerra. Dos medios independientes del país, Mediazona y Meduza, trabajaron con un estadista de la Universidad de Tübingen alemana para analizar los datos del gobierno.

¿QUÉ PASA SI UCRANIA NO PUEDE ENCONTRAR MÁS SOLDADOS?

Sin más soldados, las líneas defensivas ucranianas se verán desbordadas y serán más vulnerables a los ataques rusos, especialmente si Moscú lanza asaltos intentos con varios frentes a lo largo de los 1.000 kilómetros (620 millas) del frente.

El ejército ucraniano tiene una escasez media de personal del 25% en todas sus brigadas, según los legisladores. Muchos comandantes no pueden dar suficiente descanso a sus efectivos, y Rusia ha incrementado recientemente el ritmo de sus ataques. Como resultado, los soldados están cansados — y caen heridos con más facilidad — lo que agrava la situación.

El Estado Mayor ucraniano apuntó que se necesitan entre 450.000 y 500.000 nuevos reclutas para la próxima fase de la guerra. Aunque Ucrania consiga movilizar a toda esa gente, cosa poco probable, seguiría sin poder igualar el número de efectivos de Rusia, que tiene casi el triple de población.

Los legisladores llevan meses debatiendo una polémica propuesta para aumentar los reclutamientos, ya que en las ciudades muchos hombres siguen evadiéndose.

Los comandantes sostienen que no hay suficientes efectivos para cavar trincheras o llevar a cabo operaciones de ataque. Esto les ha obligado a cambiar de táctica y a centrarse en preservar la vida de los soldados que tienen, en ocasiones a expensas de conservar territorios.

¿QUÉ OCURRE CON LAS ARMAS Y LA MUNICIÓN?

Si no se aborda, la escasez de munición pondrá en peligro la capacidad de Ucrania para retener territorios y mantener a sus tropas con vida.

Los líderes militares parecen estar racionando los proyectiles, mandando un goteo de munición a las posiciones de disparo para mantener las reservas, mientras que los aliados incumplen sus compromisos. La Unión Europea no cumplió su promesa de entregar un millón de cartuchos a principios de año y envió apenas unos cientos de miles.

Al mismo tiempo, Rusia está movilizando su industria de defensa y pronto podrá disparar 5.000 proyectiles de artillería al día, indicó Barrons. Kiev, por su parte, está aumentando la producción nacional de armas, pero a corto plazo no podrá equipararse a Moscú.

Los responsables militares llevan meses quejándose de la escasez de munición para vehículos de combate de infantería, ametralladoras, artillería y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes. Estos problemas se agravaron a finales de 2023, cuando algunos comandantes de artillería afirmaron que contaban apenas con el 10% de la munición necesaria.

Según los mandos, la artillería de largo alcance en particular sirve para dos propósitos importantes: actuar como paraguas protector para cubrir a la infantería — permitiéndole mantener territorios y preparar ofensivas — y atacar en la distancia las tropas y el armamento pesado ruso, lo que frustra los asaltos planificados al reducir seriamente las capacidades de Moscú.

Sin eso, Ucrania estará cada vez más a la merced de las incesantes salvas de artillería rusas. Los comandantes dicen que sus soldados no tienen más opción que atrincherarse más para mantener las líneas.

¿SE ESTÁ REDUCIENDO EL APOYO DE OCCIDENTE? ¿QUÉ PASARÁ SI OCURRE?

Ucrania depende de sus aliados occidentales y de las organizaciones internacionales no solo en lo militar, sino también para la ayuda financiera y humanitaria.

Sin el apoyo de Occidente, Ucrania no tendrá las armas, la munición ni la formación necesarias para seguir adelante con su esfuerzo bélico, ni podrá mantener a flote su maltrecha economía ni llegar a los ciudadanos atrapados en el fuego cruzado.

Entre las divisiones sobre el futuro de la ayuda en el seno de la Unión Europea y le estancamiento de un paquete de 60.000 millones de dólares en el Congreso de Estados Unidos, los países occidentales no han sido tan generosos con sus donaciones este año.

Kiev respiró aliviado en febrero cuando la UE aprobó una iniciativa de 50.000 millones de euros (54.000 millones de dólares) para el país, pese a la resistencia de Hungría. Se espera que esos fondos respalden a la economía y la reconstrucción del país, no para la lucha contra Rusia.

Pero es la financiación de Washington la que esperan muchos líderes ucranianos. Ese dinero permitirá a Ucrania comprar armas y equipos a empresas estadounidenses, acceder a más formación militar e intercambio de inteligencia y reforzar sus defensas aéreas y marítimas. Esos fondos supondrán también un apoyo presupuestario directo para Kiev.

Los líderes ucranianos necesitan ayuda occidental para cubrir los salarios de los funcionarios públicos y los trabajadores sanitarios.

En el ámbito humanitario, Naciones Unidas y sus agencias afirmaron que si no se cubren los 3.100 millones de dólares solicitados a los donantes este año, no podrán cubrir las necesidades básicas de los 8,5 millones de ucranianos que viven en el frente.

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La periodista de The Associated Press Danica Kirka en Londres contribuyó a este despacho.

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