El expresidente ucraniano dice que el país “nunca podrá perdonar” a Rusia por la guerra
Exclusiva: Petro Poroshenko declara a The Independent que Ucrania necesita la ayuda continua de Occidente y dice que Vladimir Putin debería ser condenado por ser un criminal de guerra
En 2014, tras ganar las elecciones presidenciales ucranianas, Petro Poroshenko no vio ninguna razón para que el presidente ruso Vladimir Putin iniciara una guerra contra Ucrania.
Poroshenko dirigió el país durante la primera fase de la guerra en el Donbás. Ocho años después, no ve ninguna razón para que Rusia hubiera iniciadao una guerra a gran escala en Ucrania.
“Creo que el comportamiento de Putin es una completa locura”, señala a The Independent desde el centro de Kyiv, el hombre que fue el quinto presidente de Ucrania (de 2014 a 2019).
Las acciones de Putin son una violación del derecho y los principios internacionales, añade. “Quiere borrar completamente a Ucrania del mapa mundial. Nosotros solo queremos proteger y vivir en nuestro propio estado con su historia de 1.000 años”.
Comprometerse o llegar a un acuerdo con Putin es imposible, comenta Poroshenko, que quiere que el líder ruso sea condenado en La Haya “como un criminal militar”.
La guerra llegó a su cuarto mes. Las pérdidas se acumulan en ambos bandos y está claro que los objetivos de Rusia de tomar rápidamente la capital ucraniana, Kyiv, no se han cumplido. Al menos por ahora, parece que Moscú tiene la intención de continuar sus ataques en el este y el sureste de Ucrania.
El carácter potencialmente prolongado del conflicto ucraniano ha llevado a compararlo con otras guerras, pero Poroshenko rechaza tales comparaciones.
“Esto no es una guerra siria. No es una guerra afgana”, expresa. “En 70 días de guerra, Rusia perdió casi 25.000 soldados”, afirma, citando cifras de las fuerzas armadas ucranianas. “Las pérdidas rusas durante 70 días son el doble [de las sufridas durante] 10 años en Afganistán”.
Continúa: “A pesar de todos los crímenes de guerra que los soldados rusos [cometen] contra Ucrania, somos un país civilizado. Nos atenemos a las convenciones internacionales, incluida la Convención de Ginebra. Si ves lo que hace Rusia con los prisioneros ucranianos, es un desastre, y por eso mismo la ‘lista de Bucha’ es importante”.
Bucha -una localidad situada a unos 30 kilómetros (19 millas) al noroeste de Kyiv- ha sido calificada como escenario de un crimen, y su nombre se ha convertido en un sinónimo de posibles crímenes de guerra cometidos por Rusia durante el conflicto.
Las fuerzas rusas impiden que la gente llore a los muertos, subraya Poroshenko; han destruido y enterrado todas las pruebas de los civiles ucranianos muertos y de los soldados rusos, y los han convertido en polvo para encubrir sus fechorías.
Periodistas y organizaciones humanitarias visitaron la zona el mes pasado, después de que las tropas rusas se marcharan a finales de marzo, y encontraron decenas de muertos, fosas comunes, cadáveres en bolsas y pruebas de torturas, violaciones y ahogamientos. El mes pasado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió una investigación inmediata e independiente en Bucha para garantizar la responsabilidad rusa. Rusia ha negado todas las acusaciones.
Poroshenko insta a la cooperación internacional para investigar los presuntos crímenes de guerra, y pide a las fuerzas policiales de toda Europa que lleven a cabo dichas investigaciones, no solo en Bucha, sino también en Mariúpol, Hostomel, Irpin y Chernihiv.
El presidente de la Comisión Europea señala varias formas en las que, en su opinión, Europa, el Reino Unido y EE.UU. pueden ayudar a Ucrania. Las armas encabezan la lista, seguidas de las sanciones y los embargos, incluidos los bloqueos a todas las flotas petroleras rusas y prorrusas.
“Debemos detener las exportaciones rusas, no solo en la Unión Europea, el Reino Unido y Estados Unidos, sino también a las demás naciones, porque se trata de petróleo con olor a sangre: sangre ucraniana”, afirma.
Poroshenko también insta al Parlamento británico a seguir el ejemplo de la Ley de Préstamo y Arriendo de 1941, por la que Estados Unidos suministró ayuda a sus aliados de la Segunda Guerra Mundial, proporcionándoles municiones, alimentos y materias primas. Y hace hincapié en la necesidad de un plan tipo Marshall para reconstruir la economía de Ucrania después de la guerra.
La semana pasada, EE.UU. votó abrumadoramente a favor de proporcionar a Ucrania equipos con los que luchar contra Rusia. Poroshenko afirma que los US$400.000 millones de activos congelados vinculados a Rusia, encerrados en reservas de oro y bancos, e inmovilizados en megayates y propiedades, deberían destinarse a un fondo especial de reparación.
“Con la reparación, debe haber un proceso judicial en el que todo debe ser exactamente de acuerdo con el derecho internacional. Cada céntimo de este fondo debería enviarse a Ucrania de forma absolutamente transparente y justa”, añade.
El expresidente es una figura controvertida. Perdió la presidencia frente a Volodymyr Zelensky en unas agrias elecciones en 2019, y fue señalado por ser un oligarca. Zelensky, cuya reputación internacional se ha disparado en los últimos meses, acusó a Poroshenko de hacer “muchas cosas serias y malas” durante su mandato.
La relación entre ambos era tan mala que Poroshenko acusó a su sucesor de fabricar cargos de traición contra él. Sin embargo, el expresidente dio todo su apoyo a Zelensky nada más comenzar la guerra, afirmando que los ucranianos eran un “pueblo libre”.
Califica las amenazas nucleares de Putin de “chantaje serio” y afirma que los daños ya causados son equivalentes a los de una explosión atómica. El ataque ruso a la central de Zaporizhzhia, con bombardeos de artillería y carros de combate, supuso el riesgo de una explosión diez veces más potente que la de Chernóbil, según Poroshenko.
“La contaminación nuclear no tiene ninguna frontera”, afirma, y añade: “No se puede proteger [de] la contaminación nuclear con el Artículo 5 del tratado de la OTAN”.
El domingo, el representante de EE.UU. Adam Kinzinger presentó una medida para permitir la intervención militar de EE.UU. en Ucrania si Rusia utiliza armas químicas o biológicas.
“Este es el paso correcto en la dirección correcta. Solo la fuerza puede detener a Putin. Putin llegará hasta donde le permitamos llegar”, afirma Poroshenko.
Cree que Ucrania nunca “olvidará ni perdonará” lo que ha hecho Rusia. “Ya no tenemos el futuro común. Después de la guerra, ya no tenemos el pasado conjunto. Esto no es una elección”.
Califica la guerra de “desastrosa”, y comenta que para acabar con ella hace falta una cosa: “Tenemos que desputinizar a Rusia”.
Con ello quiere decir que Occidente debe debilitar la economía rusa y convertir a Ucrania en miembro de la OTAN.
“Estoy absolutamente seguro de que, si Ucrania hubiera estado en la OTAN en 2014, no habría ninguna agresión de Putin”, asevera. Pero no toda la esperanza está perdida. Si Ucrania se une a la OTAN ahora, dice, será más segura, más barata y más predecible para la seguridad mundial.