España: muertes en Melilla sucedieron fuera del país
El ministro del Interior de España rechaza de plano denuncias de la prensa sobre posibles muertes en territorio español en junio, cuando cientos de migrantes asaltaron la cerca que separa su enclave en el norte de África de Marruecos
El ministro del Interior de España rechazó de plano el miércoles denuncias de la prensa sobre posibles muertes en territorio español en junio, cuando cientos de migrantes asaltaron la cerca que separa su enclave en el norte de África de Marruecos. En esa ocasión murieron al menos 23 personas.
“No tuvimos que lamentar ninguna perdida humana en territorio nacional. Los hechos trágicos sucedieron fuera de nuestro país”, dijo el ministro Fernando Grande-Marlaska ante el Parlamento en Madrid. “Quiero dejar claro que especulaciones como las que he escuchado, las insinuaciones que he escuchado y leído, de que las fuerzas de seguridad habrían permitido que estos estos hechos ocurriesen en nuestro país sin hacer nada, es una grave irresponsabilidad”.
Fue la segunda vez que Grande-Marlaska habló en el Parlamento sobre la tragedia. Su mensaje no varió a pesar de las presiones de otros políticos, informes de la prensa e investigaciones que han puesto en tela de juicio la versión oficial de los sucesos.
El martes, El País y otros diarios europeos de gran circulación, en colaboración con la ONG Lighthouse Reports, afirmaron que al menos una muerte pudo haber tenido lugar en territorio español.
Videos publicados en una investigación conjunta de la ONG, El País y otros medios de prensa, así como una investigación de la BBC publicada el 1 de noviembre, muestran escenas espantosas de los sucesos del 24 de junio. Cientos de hombres, algunos con palos u otros elementos, saltaron una cerca del lado marroquí y fueron acorralados en una zona de cruce. Cuando lograron atravesar el portón y pasar al lado español, parece que se produjo una estampida en la que varias personas murieron aplastadas.
La policía marroquí lanzó gases lacrimógenos y golpeó a los hombres con sus porras, incluso a algunos que estaban tendidos en el suelo. Guardias españoles rodearon a un grupo que logró pasar y aparentemente lo expulsó.
Al final del enfrentamiento había hombres africanos evidentemente heridos o quizá muertos apilados unos sobre otros, mientras la policía marroquí con equipo antimotines se limitaba a mirar. Según trascendidos, muchos eran refugiados sudaneses.
Grande-Marlaska reafirmó su posición de que la acción policial fue la “apropiada” para enfrentar a unos 1.700 migrantes que utilizaron garrotes, palos, hachas y serruchos para forzar violentamente el cruce.
“No conozco ningún país que acepta un ataque violento a su frontera", dijo. “Aunque empatizo con las causas subyacentes, esto no justifica ningún ataque violento a nuestras fronteras, con el motivo de ejercer un derecho hipotético”.