El Ramadán comienza en buena parte de Asia, un día después que en casi todo Oriente Medio

Niniek Karmini
Martes, 12 de marzo de 2024 03:55 EDT

El mes sagrado musulmán del Ramadán, cuando los fieles ayunan del amanecer al anochecer, comenzó al amanecer del martes en buena parte de Asia, al día siguiente de que muchos musulmanes en Oriente Medio empezaran a ayunar.

En el calendario lunar islámico, los meses comienzan sólo cuando se avista la nueva fase lunar, lo que puede provocar variaciones de un día o dos.

Países de Oriente Medio como Arabia Saudí, Egipto, Siria, Sudán y Emiratos Árabes Unidos declararon que el mes comenzaría la madrugada del lunes, mientras que países de la región de Asia-Pacífico, como Australia, Brunéi, Indonesia, Malasia y Singapur iniciaron los festejos el martes porque la noche anterior no se había visto la luna creciente. India, Pakistán y Bangladesh también comenzaron el Ramadán el martes, al igual que Irán y Jordania.

Durante el Ramadán, los musulmanes evitan comer, beber, fumar y las relaciones sexuales entre el amanecer y el anochecer. Incluso un sorbo de agua o una calada a un cigarrillo basta para invalidar el ayuno. Al caer la noche, familiares y amigos se reúnen en banquetes con ambiente festivo.

El ayuno pretende acercar a los fieles a Dios y recordarles el sufrimiento de los pobres. Se espera que los musulmanes cumplan rigurosamente con las oraciones diarias y realicen meditaciones religiosas más profundas. También se les insta a evitar los chismes, las riñas o el lenguaje malsonante durante el mes sagrado.

EN INDONESIA, EL RAMADÁN SIGNIFICA ALEGRÍA... Y BENEFICIOS

En Indonesia, donde el 90% de los 277 millones de habitantes practica el islam, las celebraciones iban desde coloridos desfiles con antorchas a limpiar tumbas familiares, preparar desayunos antes del amanecer y servir elaboradas comidas para el anochecer conocidas como iftar. Cada región del país insular tiene su forma de celebrar el inicio del Ramadán.

El gobierno fijó el inicio de los festejos el martes después de que equipos en más de 100 regiones no avistaran la nueva luna el domingo. El ministro de Asuntos Religosos, Yaqut Cholil Qoumas, hizo el anuncio ya avanzada la noche del domingo.

Las mezquitas se llenaron de devotos que ofrecían las oraciones vespertinas conocidas como “tarawih” el lunes por la noche. En la gran mezquita Istiqlal de Yakarta, la más grande del sureste asiático, decenas de miles de fieles oraban hombro con hombro.

También es una época emocionante para los negocios. Hoteles, restaurantes y cafeterías preparan promociones especiales de Ramadán y los compradores llenan los centros comerciales en busca de ropa nueva y decoraciones para el feriado del Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán.

EN MALASIA HAY LLAMADAS A REDUCIR EL DESPERDICIO DE COMIDA

En Malasia, las mezquitas empezaron a preparar el bubur lambuk, un reconfortante plato tradicional de gachas con carne y especias, que se reparte gratis al público durante el Ramadán. Pero al mismo tiempo, los críticos instaron a la gente a mantener su iftar en unas dimensiones razonables.

La Asociación de Consumidores de Penang dijo que el desperdicio de comida sube un 20% durante el Ramadán. Durante las celebraciones del año pasado se arrojaron a la basura unas 90.000 toneladas de comida, según el grupo.

“Se supone que el Ramadán es un mes de intensa devoción para los musulmanes, pero para algunos se ha convertido en un mes de festines y derroche”, dijo en un comunicado el martes el presidente de la asociación, Abdul Kader.

“Ahora, más de dos millones de palestinos enfrentan una hambruna, de modo que no debemos botar enormes cantidades de comida en el mes sagrado”, añadió.

Rozman Abdul Rahman, un guardia de seguridad, dijo que su esposa prepararía sólo lo suficiente para romper el ayuno cada día para no desperdiciar comida. El creciente coste de la vida, señaló, también supone que algunos alimentos básicos se han vuelto más costosos.

Rozman dijo que disfruta de la temporada de ayuno porque le permite consolidar su resiliencia. Ha retirado toda la comida y los envases de agua de la cabina de seguridad donde trabaja para evitar la tentación.

“Estaba esperando al Ramadán. Es un periodo duro, pero lo disfruto porque pone a prueba mi fe y me ayuda a controlarme a mí mismo. No podemos siquiera reprender a la gente durante este periodo”, dijo Rozman, de 50 años.

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La periodista de Associated Press Eileen Ng en Kuala Lumpur, Malasia, contribuyó a este despacho.

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