Crecen los temores de que Israel, EEUU y los aliados de Irán estén acercándose a una guerra total
Tan sólo en la última semana, un ataque aéreo de Israel mató a un comandante de Hezbollah en Líbano, Hezbollah atacó con cohetes una importante base israelí, e Israel mató a un alto miliciano de Hezbollah en una ofensiva aérea en Beirut.
Cada ataque y contraataque aumentan el riesgo de que el catastrófico conflicto en Gaza se expanda por toda la región.
En el impasse de décadas en el que Estados Unidos e Israel se enfrentan a Irán y grupos aliados de milicianos, existen temores de que cualquiera de las partes pudiera desatar una guerra aun mayor, aunque sea únicamente para evitar parecer débil. La semana pasada, un ataque aéreo estadounidense provocó la muerte en Bagdad de un líder de una milicia respaldada por Irán, y recientemente, la Armada estadounidense intercambió disparos en el mar Rojo con rebeldes hutíes aliados de Teherán.
Las divisiones en el interior de cada bando añaden otro nivel de volatilidad. Hamás podría haber esperado que su ataque del 7 de octubre en el sur de Israel —el cual desató la guerra en Gaza— arrastraría a sus aliados a un conflicto más amplio. Los israelíes hablan cada vez más de la necesidad de modificar el equilibrio de las cosas en Líbano, incluso mientras Washington intenta contener el conflicto.
A medida que los juegos de ajedrez interrelacionados se complican cada vez más, crece la posibilidad de que ocurra un error de cálculo.
GAZA, EL EPICENTRO
Según Hamás, su ataque del 7 de octubre fue solamente una respuesta palestina a décadas de dominio israelí. No existe evidencia de que Irán, Hezbollah u otros grupos aliados hayan desempeñado un papel directo ni de que supieran de él antes de que se llevara a cabo.
Pero cuando Israel respondió lanzando una de las campañas militares más devastadoras del siglo XXI en Gaza, un enclave asediado donde viven 2,3 millones de palestinos, el llamado Eje de la Resistencia —compuesto por Irán y los grupos de milicianos a los que apoya en la región— se vio presionado para responder.
La causa palestina tiene profunda resonancia en la región, y dejar solo a Hamás para que enfrentara la furia de Israel habría generado el riesgo de desbaratar una alianza militar que Irán ha venido construyendo desde que la Revolución Islámica de 1979 puso al país en camino a una colisión con Occidente.
“No quieren la guerra, pero tampoco desean que los israelíes sigan atacando sin sufrir represalias” declaró Qassim Qassir, experto libanés en Hezbollah.
“Tiene que ocurrir algo grande, sin ir a la guerra, de forma que los israelíes y los estadounidenses se convenzan de que no hay un camino viable para alcanzar el éxito”, afirmó.
HEZBOLLAH, EN LA ENCRUCIJADA
De todos los representantes de Irán en la región, Hezbollah enfrenta el mayor dilema.
Si tolera los ataques israelíes como el ocurrido en Beirut —en el que murió Saleh Arouri, el vicepresidente de la oficina política de Hamas— corre el riesgo de parecer un aliado débil o poco confiable. Pero si desata una guerra en toda su extensión, Israel ha amenazado con provocar una destrucción de gran magnitud en Líbano, que ya de por sí está inmerso en una grave crisis económica. Incluso los partidarios de Hezbollah podrían considerar que se trata de un precio muy alto para un aliado de los palestinos.
Hezbollah ha lanzado ataques a lo largo de la frontera casi a diario desde el inicio de la guerra en Gaza, con el objetivo aparente de limitar el avance de algunos soldados israelíes. Israel ha contraatacado, pero cada una de las partes parece estar calibrando sus acciones para limitar su intensidad.
La andanada de al menos 40 cohetes que Hezbollah lanzó el sábado a una base militar israelí envió un mensaje sin iniciar una guerra, aunque podría haber provocado el ataque del lunes.
¿Acaso 80 cohetes habrían sido un exceso? ¿Y si alguien hubiera muerto? ¿Cuántas víctimas justificarían una ofensiva total? Estos sombríos cálculos no proporcionan respuestas claras.
Y los expertos dicen que podría no ser un único ataque lo que desate la guerra.
Israel está decidido a hacer que decenas de miles de sus ciudadanos vuelvan a las comunidades cercanas a la frontera con Líbano que fueron evacuadas debido a los ataques de Hezbollah hace casi tres meses. Tras los sucesos del 7 de octubre, es posible que ya no pueda tolerar la presencia armada de Hezbollah al otro lado de la frontera.
Autoridades israelíes han amenazado repetidamente con usar la fuerza militar si Hezbollah no respeta el cese al fuego impuesto por las Naciones Unidas en 2006, en el que se ordenó al grupo militante retirarse de la frontera.
“Ninguna de las partes desea una guerra, pero ambas creen que es inevitable”, dijo Yoel Guzansky, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel en la Universidad de Tel Aviv. “Todo el mundo en Israel piensa que es sólo cuestión de tiempo antes de que necesitemos modificar la realidad”, de manera que las personas puedan volver a sus hogares, señaló.
LA DISUASIÓN DE ESTADOS UNIDOS TIENE UN LÍMITE
En octubre pasado, Estados Unidos situó dos grupos de ataque con portaaviones en la región. Uno de ellos se dirige de vuelta al país, pero está siendo reemplazado por otros buques de guerra. Estos despliegues enviaron una advertencia inequívoca a Irán y sus aliados en contra de expandir el conflicto, pero no todos parecen haber recibido el mensaje.
Varios grupos militantes respaldados por Irán en Siria e Irak han lanzado decenas de ataques con cohetes contra bases militares estadounidenses. Los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Teherán, han atacado navíos comerciales internacionales en el mar Rojo, con posibles consecuencias para la economía mundial. Irán dice que sus aliados actúan por cuenta propia y no por órdenes del gobierno iraní.
Washington ha tenido dificultades para conjuntar una fuerza multinacional de seguridad que favorezca la protección de la transportación marítima en el mar Rojo. Pero se muestra reacio a atacar a los hutíes en tierra en un momento en que éstos parecen estar cerca de alcanzar un acuerdo de paz con Arabia Saudí tras años de guerra.
Mientras tanto, funcionarios israelíes han dicho que la oportunidad para que sus aliados logren que Hezbollah y los hutíes cesen sus ataques se está acabando.
¿CÓMO TERMINARÁ ESTO?
Es probable que las tensiones regionales sigan siendo altas mientras Israel mantenga su ofensiva en Gaza, que dice está encaminada a acabar con Hamás. Muchas personas se preguntan si eso es posible, dado el profundo arraigo del grupo entre la sociedad palestina, y los propios líderes de Israel señalan que esto tomará muchos meses más.
Estados Unidos, que ha proporcionado un apoyo militar y diplomático crucial a la ofensiva de Israel, es percibido ampliamente como la única potencia capaz de terminarla. Los aliados de Irán parecen creer que Washington intervendrá si sus propios costos aumentan demasiado, lo que explica los ataques contra bases militares estadounidenses y buques comerciales internacionales.
El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, y la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, están de vuelta en la región esta semana con el objetivo de tratar de contener la violencia mediante la diplomacia.
Sin embargo, es probable que los mensajes más importantes los envíen los cohetes.
“Los estadounidenses no desean una guerra abierta con Irán, y los iraníes no desean una guerra abierta con Estados Unidos”, dice Alí Hamadeh, analista que escribe en el diario libanés An Nahar. “Por lo tanto, las negociaciones se hacen mediante el fuego”.
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Los periodistas de The Associated Press Bassem Mroue en Beirut y Julia Frankel en Jerusalén contribuyeron a este despacho.