Sin concesiones de Netanyahu, israelíes redoblan protestas
Los manifestantes israelíes siguen adelante con las protestas contra un polémico plan del gobierno para reformar el poder judicial y elevan la presión sobre Benjamin Netanyahu luego de su rechazo a una propuesta de compromiso que buscaba calmar la crisis
Los manifestantes israelíes seguían adelante el jueves con las protestas contra un polémico plan del gobierno para reformar el poder judicial y elevaron la presión sobre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, luego de su rechazo a una propuesta de compromiso que buscaba calmar la crisis.
A pesar de los esfuerzos del presidente del país, Isaac Herzog, para buscar una salida al impasse, las partes parecían atrincherarse aún más en sus posiciones. Netanyahu y sus aliados estaban dispuestos a seguir adelante con su plan original a pesar de las protestas masivas, que duran ya varias semanas, de la oposición generalizada tanto dentro como fuera de la sociedad y de las advertencias de Herzog de que la nación se dirigía a un “abismo”.
Los inconformes iniciaron el tercer día de movilizaciones desde el inicio de la crisis con el corte de carreteras para dejar paso a las protestas. En Jerusalén, trazaron una enorme franja roja y rosa por toda la ciudad en las calles que llevan a la Corte Suprema y una pequeña flotilla de barcos bloqueaba la vía marítima frente a la costa de Haifa, en el norte.
“El gobierno electo está llevando a cabo un bombardeo legislativo que pretende darle poder absoluto al ejecutivo. Y el poder absoluto del ejecutivo sin controles ni equilibrios es simplemente una dictadura. Y eso es contra lo que estamos luchando", indicó Shlomit Tassa, que protestaba en Tel Aviv ondeando una bandera israelí.
La semana pasada, Netanyahu tuvo que ser trasladado en helicóptero al principal aeropuerto del país antes de una visita oficial al extranjero luego de que los manifestantes cortaron la carretera de acceso al aeródromo, con pancartas en las que se leía “¡No vuelva!”. Decenas de miles de personas han asistido a las protestas semanales cada sábado en la noche en todo el país.
La reforma, propuesta por un primer ministro que está siendo juzgado por corrupción y por el gobierno más a la derecha de la historia de la nación, ha sumido a Israel en una de sus peores crisis internas. El plan ha generado indignación entre altos funcionarios judiciales, líderes empresariales que advierten de sus posibles consecuencias económicas, y de la jerarquía militar, la institución más respetada, donde los reservistas se han comprometido a no servir bajo lo que consideran un inminente cambio de régimen.
Según el gobierno, los cambios buscan corregir un desequilibrio que ha dado a los tribunales demasiado poder en la forma de dirigir el país. Los críticos sostienen que la reforma cambiará el sistema de garantías y equilibrios, otorgando al primer ministro y a su ejecutivo un poder ilimitado y eliminando la supervisión judicial. Además, apuntan que el plan podría dar a Netanyahu, que está siendo juzgado por fraude, abuso de confianza y por aceptar sobornos, una salida a sus problemas legales.
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El periodista de The Associated Press Ami Bentov en Tel Aviv contribuyó a este despacho.