El cambio climático está afectando el hábitat de los grandes depredadores del océano
Las olas de calor marítimas de este año y el incremento en las temperaturas del océano presagian grandes cambios en el futuro para algunos de los peces de mayor tamaño en el mar, tales como los tiburones, los atunes y los peces espada.
Las crecientes temperaturas de los océanos son especialmente peligrosas para estos peces porque el calentamiento hace que sus hábitats en aguas abiertas sean menos adecuados, dijeron los científicos que estudian a las especies. La pérdida del hábitat podría acabar en gran medida con algunos de los depredadores más importantes —y algunas de las especies de mariscos de mayor importancia comercial— del océano.
Un estudio reciente, efectuado por la Institución Oceanográfica de Woods Hole en Massachusetts, pronostica que algunas especies grandes podrían perder el 70% de su hábitat para el año 2100. Es un indicio de que las elevadas temperaturas de este año no son una anomalía, sino una advertencia acerca de lo que el cambio climático podría traer para el futuro del océano.
Especies de peces grandes como el marlin y el listado viven en regiones del océano que están entre las que se están calentando con mayor rapidez, donde se pronostica que el calor se incremente hasta en 6 grados Celsius (10 grados Fahrenheit) para fin de siglo, dijo Camrin Braun, un científico marino y uno de los autores del estudio de Woods Hole. Ese nivel de calentamiento provocaría una redistribución generalizada de los animales, lo que posiblemente modificaría radicalmente los ecosistemas marinos, advirtió Braun.
“En general, con historias de vida tan distintas, vemos esta señal constante de pérdida de hábitat”, agregó Braun. “Con toda seguridad, su hábitat cambiará. Cómo responderán a eso es una pregunta abierta”.
Desde hace mucho tiempo, los climatólogos han puesto su atención en el calentamiento de los océanos del mundo, y dicho aumento en el calor se ha acelerado en 2023. Este año, la temperatura promedio global de la superficie del océano se elevó dos decimas de grado Celsius (0,36 grados Fahrenheit) en un periodo de unas semanas, sorprendiendo incluso a los científicos acostumbrados a los incrementos en las temperaturas.
Las temperaturas en todo el mundo en julio fueron más elevadas que en cualquier otra época de que se tenga registro en la historia. Algunos científicos han culpado del calor de este año en el mar al patrón climatológico de El Niño, sumado al cambio climático inducido por los seres humanos.
Para las especies de peces grandes, el calentamiento prolongado puede ser perjudicial debido a sus propias preferencias térmicas, dijo Janet Duffy-Anderson, directora científica del Instituto de Investigación del Golfo de Maine en Portland, Maine. Con frecuencia los peces grandes son muy migratorios, y un incremento en el calentamiento podría hacer que esas especies se trasladen a aguas más al norte o más profundas en busca de temperaturas más ideales, señaló.
El Golfo de Maine, que se extiende a un costado de Nueva Inglaterra y Canadá, se está calentándo especialmente rápido.
“Creo que lo que veremos es un cambio en su distribución”, señaló Duffy-Anderson. “Veremos un cambio en la distribución de las especies de marlin, del atún”.
Los peces grandes son importantes para los océanos saludables porque muchos de ellos, como los tiburones blancos, son superdepredadores y fungen como piezas cruciales en la cúspide de la cadena alimentaria. Pero algunos también son económicamente importantes para los seres humanos, que los consumen como alimento.
La captura de pez espada en Estados Unidos en 2022 alcanzó un volumen de unos 23 millones de dólares en los puertos y muchos millones más en supermercados, restaurantes y pescaderías. La venta de atún blanco sumó más de 36 millones de dólares en los puertos.
Los cambios en la distribución de los peces grandes podrían requerir adaptaciones de gran magnitud en la forma en que se regula a las industrias pesqueras, dijo Braun, asistente científico en Woods Hole. El calentamiento que se avecina “probablemente tendrá impactos socioeconómicos sustanciales sobre las flotas pesqueras cuyo objetivo” son estos peces, especialmente en el sureste de Estados Unidos, donde se encuentran rentables empresas de pesca para especies como el atún rojo y el pez espada, señaló su estudio.
Los navíos pesqueros también tendrán que adaptar sus estrategias, orientándose a pescar en sitios diferentes o en épocas distintas del año, dijo Tobey Curtis, especialista en el manejo de la pesca en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica que trabajó en el estudio de Woods Hole. Los modelos climáticos utilizados para el estudio pueden ayudar a prever la magnitud de los cambios y a elaborar planes para hacerles frente, agregó Curtis.
El impacto del calentamiento de las aguas sobre los peces es complejo, y es sujeto de mucha investigación científica. Un estudio en la revista científica Nature publicado en agosto halló que las olas de calor marítimas “no son un impulsor predominante de cambio” en algunas especies que viven cerca del fondo del océano. El estudio muestra que los impactos negativos de las olas de calor marítimas pueden ser impredecibles, indicaron sus autores.
Se requerirá liderazgo y una gestión cuidadosa para sortear los cambios en la distribución de los peces sin que haya resultados catastróficos, dijo Gib Brogan, un jefe de campaña del grupo ambientalista Oceana. Las poblaciones de peces dependen de que el hábitat sea saludable, y la pérdida de un hábitat adecuado podría derivar en la pérdida de especies por completo, advirtió.
“Si no reconocemos que esto se avecina, ello va a derivar en desenlaces negativos en general”, señaló Brogan. “Esta es una llamada de atención para los directores de empresas pesqueras o para ambos litorales del Atlántico de que... necesitamos modificar la forma en que se manejan estas labores de pesca de forma que podamos ser flexibles y proactivos y conservar las poblaciones de peces a medida que van cambiando”.
La pérdida potencial de peces grandes es una de las muchas consecuencias del calentamiento de los océanos acerca de las cuales los científicos han hecho sonar la alarma este año. Un estudio científico señaló que la desaparición de las corrientes del océano que transportan el calor hacia el norte a través del Atlántico Norte podría ocurrir para mediados de siglo. En Florida, investigadores del océano que trabajan para el gobierno federal indicaron que los arrecifes de coral estaban perdiendo su color semanas antes de lo normal debido a las temperaturas récord.
La amenaza a los peces grandes es otra llamada de atención para enfocarse en el cuidado de los océanos en la era del cambio climático, dijo Penny Becker, radicada en Seattle y vicepresidenta de conservación del grupo ambientalista Island Conservation.
“Si careces de estos elementos de estas especies de peces grandes, entonces el ecosistema tiene un agujero”, declaró Becker.
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Patrick Whittle está en X, anteriormente Twitter, como: @pxwhittle
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