Måneskin continúa inyectando vida al rock, ahora desde el Madison Square Garden
La banda Måneskin junta en un sofá con tapiz de piel de serpiente en un hotel de Nueva York emana una euforia contagiosa.
Vienen de dar un concierto sorpresa de mediodía en Times Square, y acaban de enterarse de que su presentación en el Madison Square Garden para más adelante en la semana tiene entradas agotadas.
Agradablemente sorprendido, el vocalista Damiano David dijo que las noticias eran “muy especiales”.
“Es uno de los lugares más importantes en donde puedes soñar con presentarte”, dijo.
Ese concierto, del jueves por la noche, comenzará la etapa norteamericana de su gira mundial Rush! que comenzó previamente este año.
En una época en la que las bandas de rock parecen estar en peligro de extinción y la mayoría de los astros del género provienen del milenio anterior, Måneskin se ha convertido en una especie de anomalía.
El cuarteto italiano, que saltó a la fama en 2021 después de una inesperada victoria en el Festival de la Canción de Eurovisión con su himno rockero energético, “Zitti E Buoni”, parece revivir el rock, o al menos darle un soplo de esperanza.
La bajista Victoria De Angelis dice que nunca fue intencional. En cambio, la banda nació de “pura pasión” entre cuatro amigos que se conocieron en la secundaria.
“Creo que para nosotros esto de hacer rock surgió porque éramos muy jóvenes”, dijo.
Simplemente querían hacer música, sin tener la noción de abrirse paso en el negocio de la música como una propuesta de rock.
“Crecimos escuchando la música que hacían nuestros padres. Y luego, cuando empezamos a tocar nuestros instrumentos con nuestros profesores y a descubrir el rock y todas las bandas del pasado. Es algo que realmente nos moldeó para ser lo que somos hoy”, dijo De Angelis.
Esa ósmosis con el rock clásico está presente en toda la banda. El guitarrista Thomas Raggi supo que quería tocar rock después de escuchar lo que Jimi Hendrix podía hacer con una Stratocaster.
“Quiero revivir un poco la figura del guitarrista legendario”, dijo Raggi.
El baterista Ethan Torchio comparte ese sentimiento y dice que su estilo es diferente, aunque está influido por el rock de los años 70 y 80. “Simplemente trato de ser moderno y vintage al mismo tiempo”, dijo.
Ahora, con tres álbumes de estudio en su haber, los jóvenes rockeros (David es el mayor con 24 años) se están convirtiendo en un fenómeno mundial. A medida que la popularidad de la banda continúa en aumento, De Angelis dice que la fama no la afecta, sino que la ve como “una gran aventura que podemos compartir unos con otros”.
“Creo que tenemos suerte porque nos conocimos cuando éramos muy jóvenes, así que nuestras personalidades básicamente se desarrollaron juntas y vivimos juntos esta experiencia loca que hizo que el vínculo entre nosotros fuera aún más estrecho”, dijo De Angelis.
Si bien pueden confundirse fácilmente con rockeros glam de otra época, por su moda y sus himnos como “I Wanna Be Your Slave” o “Supermodel”, hay una fuerte sensualidad en su música que se remonta a ese atractivo prohibido de los primeros tiempos del rock ‘n’ roll con la intimidad “subida al 11” durante sus conciertos. La banda ha acumulado seguidores globales liderados por su carismático vocalista.
David atribuye esa vibra de los días cuando tocaban en las calles de Roma cuando eran adolescentes.
“Teníamos que llamar la atención de la gente. Entonces vimos que interactuar y acercarse es algo que realmente funciona”, dijo David.
Eso se trasladó a su show en vivo en el que suelen acercarse a la audiencia. También han traído fans al escenario.
“Tratamos de encontrar formas de acercarnos a la gente porque realmente puedes sentir la energía. Además, puedes tocar y ver sus caras y hacerlos cantar… es simplemente compartir un momento divertido para nosotros”, dijo David.
La relación entre la banda y el público se intensificó durante sus fechas por Sudamérica, donde la banda estuvo expuesta a algunas de las audiencias más enérgicas.
“La gente se vuelve loca, cantan la letra todo el tiempo. Realmente gritan a todo pulmón. Ellos hacen slam. Hacen surf en masa. Es como energía máxima”, dijo De Angelis.
Pero a medida que sus admiradores siguen en aumento, junto con el tamaño de los foros en los que se presentan, David admite que el éxito presenta algunos desafíos.
“Atrae más fans, por supuesto, y cosas así, pero trae más enemigos, más críticas y más expectativas”.
Pero la banda sigue resistiendo.
“Muy a menudo, el público quiere que los artistas sean siempre los mismos. Pero creo que es muy, muy poco saludable. Por eso es importante tener el coraje de experimentar y cambiar continuamente sin importar lo que la gente vaya a pensar”, dijo David.