Jeffrey Gibson es el 1er indígena de EEUU con exposición individual en la Bienal de Venecia
La muestra de Jeffrey Gibson en el Pabellón de Estados Unidos en la Bienal de Venecia de este año es una celebración de color, patrones y artesanía, evidente al acercarse a la fachada intervenida con piezas rojo brillante decoradas con líneas de color geométricas y gigantescos podios rojos.
Gibson, un choctaw de Mississippi con ascendencia cherokee, es el primer indígena estadounidense en representar a Estados Unidos en solitario en la Bienal de Venecia, la exposición de arte contemporáneo más antigua del mundo. La última vez que se incluyeron artistas indígenas estadounidenses fue en 1932.
Gibson, de 52 años, acepta el peso del honor, pero prefiere centrarse en cómo su participación puede forjar una mayor inclusión en el futuro. La inclusión de las comunidades ignoradas es un mensaje clave de la exposición principal de la Bienal, titulada “Stranieri Ovunque - Strangers Everywhere” (Extranjeros en todas partes), que se lleva a cabo en conjunto con alrededor de 90 pabellones nacionales del 20 de abril al 24 de noviembre.
“La primera (exposición de un artista indígena) no es la historia más importante”, dijo Gibson a The Associated Press esta semana antes de la inauguración del pabellón el jueves. “La primera es, con suerte, el comienzo de muchas, muchas, muchas más historias por venir”.
La muestra comisionada, su primera gran exposición individual en Europa, llega en un momento crucial para Gibson. Su libro de 2023 “An Indigenous Present” (Un presente indígena) introduce a más de 60 artistas indígenas, y tiene en puerta dos nuevos proyectos importantes, una fachada comisionada para el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Massachusetts.
La llamativa exposición de Gibson, titulada “the space in which to place me” (el espacio en donde colocarme), presenta texto en esculturas con cuentas y pinturas tomadas de documentos históricos de Estados Unidos, música, sermones y proverbios para recordar al espectador las promesas rotas de equidad a lo largo de la historia de Estados Unidos. El uso vibrante del color proyecta optimismo. En ese sentido, el arte de Gibson es una llamada a la acción.
“Lo que me parece tan hermoso de la obra de Jeffrey es su capacidad para funcionar como un prisma, para tomar los traumas del pasado y las preguntas sobre la identidad y la política y refrejarlos de tal manera que las cosas, que las realidades, que se han aplanado... puedan convertirse en estos hermosos caleidoscopios, que son alegres, festivos y críticos al mismo tiempo”, dijo Abigail Winograd, una de las curadoras de la exposición.
“Cuando veo a la gente caminar por el pabellón y se quedan boquiabiertos cuando caminan de una sala a otra, eso es exactamente lo que queríamos”, dijo Winograd.
Al entrar en el pabellón, esculturas con forma humana y corsés de cuentas están adornadas con fechas de la legislación estadounidense que prometían equidad. Las cuentas caen en cascada en coloridos flecos. Una pintura cita a George Washington escribiendo: “La libertad, cuando comienza a echar raíces, es una planta de rápido crecimiento”, en letras geométricas que se funden en un fondo colorido estampado.
Al identificar momentos específicos en la historia de Estados Unidos, Gibson dijo que quiere subrayar que “las personas que luchan por la equidad y la justicia hoy, no somos los primeros.
“Esta ha sido una línea en la historia de la cultura estadounidense. Pero espero que la gente piense por qué algunas de estas cosas ... han sido revocadas o no han llegado a buen puerto”, dijo.
La artesanía está en el centro del arte de Gibson, como un desafío a las tendencias pasadas de denigrar el arte indígena y como una forma de confrontar “las historias traumáticas de los pueblos indígenas americanos”, dijo.
“Hay algo muy sanador en el ciclo de la creación”, explicó Gibson.
Las intrincadas esculturas de cuentas del pabellón evocan a los creadores indígenas estadounidenses del pasado, pero sin imitarlos, emplean técnicas que están más estrechamente asociadas con la alta costura para crear algo completamente nuevo. Siguiendo el camino de sus antepasados, Gibson utiliza cuentas procedentes de todo el mundo, incluidos abalorios antiguos de Japón y China, y cristales de la isla veneciana de Murano.
Las obras de papel incorporan cuentas antiguas compradas en sitios web y ventas de garaje en exhibiciones de medios mixtos que honran a las generaciones de creadores indígenas que lo precedieron.
Aun así, su arte incorpora muchas tradiciones y prácticas que van más allá de su origen indígena.
“Me he fijado en el op art, los patrones y la decoración. He estudiado la psicodelia, he participado en la cultura rave, la cultura queer, el drag y todo el espectro”, dijo Gibson.
“No estaría diciendo toda la verdad si sólo eligiera hablar sobre el aspecto indígena. Pero mi cuerpo es un cuerpo indígena, todo se canaliza a través de este cuerpo”, dijo. “Así que mi esperanza es que, al contar mi experiencia, todos los demás puedan proyectar su propio tipo de experiencia entrecruzada y estratificada en el mundo”.