Expulsión de Trump de Twitter desata polémicas reacciones encontradas entre partidarios y represores
“Muerto el perro, se acabó la rabia"… ; la cuenta oficial del presidente de Estados Unidos, @POTUS, continúa activa.
Una polémica de desató en Estados Unidos tras la decisión de Twitter de cancelar permanentemente la cuenta del presidente Donald Trump, alegando riesgos de “más incitación a la violencia” tras la letal insurrección en el Capitolio federal del miércoles
Shannon McGregor, profesora adjunta de periodismo y medios de comunicación de la Universidad de Carolina del Norte, dijo que la medida le permite a Twitter intentar quedar bien con el gobierno de Biden. A Trump “sólo le quedan dos semanas en el poder y eso ciertamente facilita retirar al presidente de la plataforma”, dijo.
Si bien Trump podría migrar a otra plataforma alternativa a Twitter, como Parler o Gab, hacerlo limitará en gran medida su influencia, dijo McGregor. Trump siempre ha anhelado legitimidad y posición en los principales medios de comunicación, a pesar de sus quejas sobre el trabajo tradicional de los periodistas, al que se ha referido desde hace mucho tiempo como “noticias falsas”. No conseguirá eso en otras plataformas, opinó la profesora.
Otros vieron un presagio más siniestro en la acción de Twitter. “Las Grandes de la Tecnología no se va a detener con el presidente de Estados Unidos”, tuiteó Kay James, presidente del grupo conservador The Heritage Foundation. “Te pueden prohibir a ti y a todos los que lean esto”.
Jonathan Greenblatt, quien encabeza el grupo Anti-Defamation League (Liga Antidifamación o ADL por sus siglas en inglés), dijo el viernes que expulsar a Trump de Twitter fue un “paso excelente” y “un final apropiado para un legado de odio y críticas maliciosas”. ADL formó parte de una coalición de grupos de defensa y derechos civiles que el viernes pidieron a Twitter que cancelara la cuenta de Trump.
Twitter, acusado durante mucho tiempo de tratar al presidente con tibieza, comenzó a monitorear los tuits de Trump de manera más enérgica a partir de los primeros días de la campaña presidencial, cuando la compañía comenzó a etiquetar activamente sus tuits falsos sobre el fraude electoral supuestamente generalizado, afirmando que eran dudosos. Una suspensión permanente real había sido casi inimaginable, al menos hasta que perdió su candidatura a la reelección.
Desde hacía mucho tiempo Twitter le había dado a Trump y a otros líderes mundiales amplias excepciones a sus normas, las cuales prohíben los ataques personales, el discurso de odio y otros comportamientos, pero en una explicación publicada en su blog el viernes, la compañía dijo que los recientes tuits de Trump equivalían a una glorificación de la violencia cuando se leen en el contexto de los disturbios en el Capitolio y los planes que circulan en línea para futuras protestas armadas en torno a la juramentación del presidente electo Joe Biden.
La red social ha estado bajo creciente presión para que tome medidas más enérgicas contra Trump tras los hechos de violencia del miércoles. El jueves, Facebook suspendió la cuenta de Trump hasta el 20 de enero y posiblemente por tiempo indefinido. En un principio Twitter suspendió la cuenta del mandatario durante 12 horas después que éste publicó un video en el que repetía acusaciones falsas sobre un fraude electoral y elogiaba a los agitadores que allanaron el Congreso.
La cuenta de Trump en Twitter había funcionado como una mezcla de anuncios de políticas, con frecuencia inesperados; quejas sobre los medios de comunicación; menosprecio de las mujeres, las minorías y los que considera son sus enemigos; y elogios para sus partidarios, repletos de signos de admiración, palabras escritas totalmente en mayúsculas y declaraciones de una sola palabra como “¡Triste!”.
El mandatario ha usado Twitter para anunciar el despido de numerosos funcionarios. Sus tuits, al igual que sus discursos en mítines, fueron un torrente de información falsa.
La Casa Blanca no respondió de momento a una solicitud de comentarios. Twitter no dio acceso a su director general Jack Dorsey y no dio más detalles.
La cuenta oficial del presidente de Estados Unidos, @POTUS, continúa activa. De hecho, Trump, quien emitió un comunicado el viernes por la noche en el que acusó a Twitter de ser enemigo de la libertad de expresión y planteó la idea de que podría desarrollar su propia “plataforma”, también lo publicó en la cuenta @POTUS, de donde fue borrado rápidamente.
Twitter dice que utilizar otra cuenta para evadir una suspensión va en contra de sus normas y que, aunque no prohibirá cuentas gubernamentales como @POTUS o @WhiteHouse, “tomará medidas para limitar su uso”.
En los tuits de Trump citados por Twitter, el mandatario anunció que no asistirá a la juramentación y se refirió a sus partidarios como “patriotas estadounidenses”, diciendo que tendrán “una voz gigantesca por mucho tiempo en el futuro”. Twitter dijo que esas afirmaciones “probablemente inspirarán a otros a reproducir los actos de violencia que ocurrieron el 6 de enero de 2021 y hay múltiples indicios de que están siendo recibidas y comprendidas como un estímulo para hacerlo”.
Twitter dijo que sus políticas permiten a los líderes mundiales dirigirse al público, pero dijo que estas cuentas “no están totalmente por encima de nuestras normas” y no pueden utilizar la red social para incitar a la violencia. Trump tenía aproximadamente 89 millones de seguidores.
Las acciones de Twitter cayeron aproximadamente 4% en las transacciones posteriores al cierre bursátil, reflejando los temores de que la suspensión de la cuenta de Trump pudiera influir en una reducción en el uso de la red social y sus ventas de publicidad.
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Los periodistas de The Associated Press Michael Liedtke, Barbara Ortutay y Frank Bajak contribuyeron a este despacho.