Senadores de EE. UU se unen para reafirmar resultado electoral
Los disturbios en el Capitolio hicieron que más de la mitad de los que se habían sumado a la protesta votaran cambiaran de parecer votaran por la certificación de Joe Biden.
Conmocionados y solemnes, los senadores de Estados Unidos regresaron el miércoles por la noche a su sagrada cámara para acabar con un frívolo cuestionamiento de las elecciones presidenciales, y con el objetivo aparente de recuperarse tras un día desolador en el que una turba de partidarios del presidente Donald Trump, les obligó a huir del Capitolio.
Los disturbios en el Capitolio hicieron que más de la mitad de los que se habían sumado a la protesta votaran en su lugar por el “no”. Complacer a los seguidores de Trump parecía menos importante que defender la democracia.
Los senadores republicanos de Tennessee abandonaron los esfuerzos contra el resultado electoral, al igual que la senadora republicana de Georgia Kelly Loeffler, que perdió el martes su votación de segunda vuelta, una derrota que ayudó a entregar a los demócratas el control del Senado para la próxima legislatura. El senador republicano de Wisconsin Ron Johnson abandonó la campaña para impugnar el resultado electoral, al igual que el republicano de Oklahoma James Lankford, un republicano joven y con una carrera prometedora que causó sorpresa por su apoyo inicial a la iniciativa.
La votación por 93 votos a favor y seis en contra para certificar la victoria en Arizona del presidente electo, Joe Biden, se vio precedida por un serio debate en el que se abandonaron las divisiones por partido y se defendió la Constitución.
“No dejaremos que delincuentes, turbas o amenazas nos mantengan fuera de esta cámara. No cederemos a la anarquía ni la intimidación”, dijo el líder de la mayoría, el republicano de Kentucky Mitch McConnell. “Estamos de vuelta en nuestros puestos. Cumpliremos con nuestro deber según la Constitución de nuestro país. Y vamos a hacerlo esta noche”.
Mientas los senadores debatían, Trump fue atacado por viejos críticos como Mitt Romney, republicano de Utah. Pero muchos republicanos que pasaron años evitando condenar el comportamiento a menudo escandaloso del presidente parecían haber tenido suficiente por fin.
“Hoy presenciamos el daño que puede producirse cuando los hombres con responsabilidad y poder se niegan a reconocer la verdad", dijo el senador Pat Toomey, republicano de Pensilvania. ”Hemos visto derramamiento de sangre porque el demagogo decidió difundir falsedades y sembrar la desconfianza entre sus compatriotas estadounidenses".
El debate fue forzado por los senadores Josh Hawley, republicano de Misuri, y Ted Cruz, republicano de Texas, que alegaron que era la única forma de hablar en nombre de los millones de estadounidenses que creen en las afirmaciones falsas de Trump de que le robaron las elecciones, pero sus reputaciones como aspirantes a la candidatura presidencial pesaron sobre el debate.
“Les pregunto a mis colegas, ¿valoramos más nuestra fortuna política personal que la fortaleza de la república, la fortaleza de la democracia y la causa de la libertad?", dijo Romney, cuyo escaño se encuentra justo detrás del de Hawley. “¿Cuál es el peso del reconocimiento personal en comparación con el peso de la conciencia?”.
Más de 90 senadores llenaron la cámara para el debate, protegidos por docenas de policías fuertemente armados, y los asistentes, normalmente elocuentes, tuvieron que limitar sus intervenciones a cinco minutos.
También el aliado de Trump Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, abandonó al presidente y pareció mencionar el papel del mandatario a la hora de alentar a la turba.
“Trump y yo hemos pasado por mucho. Detesto que sea así”, dijo Graham. “Desde mi punto de vista, ha sido un presidente trascendental, pero hoy todo lo que puedo decir es que no cuenten conmigo. Ya basta”.
Romney, candidato del partido en 2012, recordó a sus compañeros que sabe lo desagradable que es perder unas elecciones presidenciales, provocando carcajadas, pero obtuvo una entusiasta ovación con una observación sencilla: “La mejor forma en la que podemos mostrar respeto a los votantes que están enojados es decirles la verdad”.