Renuncia segundo funcionario de EEUU en protesta por apoyo de Biden a la guerra de Israel en Gaza
Un asesor político del Departamento de Educación nombrado por el gobierno del presidente Joe Biden renunció el miércoles para protestar por el apoyo militar de Estados Unidos a la guerra de Israel en Gaza, y por el manejo de las repercusiones del conflicto dentro y fuera del país.
Tariq Habash, quien había trabajado en el Departamento de Educación para ayudar a revisar el sistema de préstamos estudiantiles y abordar las desigualdades en la educación superior, dijo a The Associated Press que presentó su renuncia el miércoles. Esto ocurrió después de que él y otros hubieran “hecho todo lo imaginable” para trabajar dentro del sistema para tratar de hacer llegar sus objeciones a los líderes del gobierno, indicó.
Habash se convierte en al menos el segundo funcionario, y el primero conocido de origen palestino, que dimite en protesta por las medidas del presidente Biden relacionadas con la guerra. Josh Paul, veterano del Departamento de Estado, renunció en octubre cuando el gobierno aceleró las transferencias de armas a Israel.
Habash había sido uno de los miembros del personal del gobierno de origen musulmán, judío y de Oriente Medio que habían participado en reuniones con altos funcionarios de la Casa Blanca y otros miembros del gobierno organizadas en respuesta a las preocupaciones del personal sobre el papel de Estados Unidos en la guerra. Habash dijo el miércoles que las reuniones eran más sesiones informativas de los superiores que una oportunidad para que los miembros del personal fueran escuchados.
La Casa Blanca remitió las preguntas sobre Habash al Departamento de Educación, y un portavoz de la dependencia dijo que “le deseamos lo mejor en sus futuros empeños”.
Biden y sus altos funcionarios han defendido la devastadora campaña aérea y terrestre de Israel en Gaza que ha causado la muerte de más de 22.000 personas en el territorio palestino, y la consideran legítima defensa de Israel contra Hamás luego del ataque del 7 de octubre en el que murieron 1.200 personas en Israel. Señalan que han instado repetidamente al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu a que cambie la forma de librar la guerra para reducir las muertes de civiles palestinos.