Madeleine Albright, la primera mujer en ser Secretaria de Estado de EE.UU., fallece a los 84 años
Albright fue también la primera mujer en ser embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas
Madeleine Albright, la veterana diplomática que llegó a EE.UU. como niña refugiada, estudió idiomas y política exterior mientras criaba a su familia, hasta convertirse en la primera mujer en dirigir el Departamento de Estado de EE.UU., falleció el miércoles a los 84 años.
En un comunicado en el que anunciaba su muerte, la familia Albright expresó tener “el corazón desecho” al anunciar que había fallecido de cáncer mientras estaba “rodeada de familia y amigos”.
“Hemos perdido a una madre, abuela, hermana, tía y amiga muy cariñosa”, señalaron.
Nacida en 1937 con el nombre de Marie Jana Korbelová (posteriormente anglicismo Korbel), Albright pasó los dos primeros años de su infancia en Europa. Su padre, un diplomático checo, trabajó como agregado de prensa en la embajada checa en Belgrado, Serbia, antes de que el ascenso de Hitler obligara a su familia a exiliarse en 1939.
Tras pasar la Segunda Guerra Mundial en Londres, su familia regresó a Checoslovaquia antes de que su padre la enviara al extranjero, primero a Suiza, luego a Londres y finalmente a Estados Unidos con el resto de su familia en 1948, llegando como refugiados que huían del gobierno comunista checo respaldado por la Unión Soviética.
Se graduó en la escuela secundaria en Denver en 1955, asistió al Wellesley College con una beca completa y en 1959 se casó con el periodista Joseph Medill Patterson Albright poco después de titularse.
Mientras criaba a sus dos hijas, Albright comenzó a estudiar ruso y, en 1962, empezó a estudiar relaciones internacionales en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, donde obtuvo una maestría y, posteriormente, un doctorado en la Universidad de Columbia.
Tras entrar en el gobierno como asistente legislativa en el Senado, fue reclutada para el Consejo de Seguridad Nacional en 1978 por Zbigniew Brzezinski, entonces asesor de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter.
Albright regresó al mundo académico tras la derrota de Carter en las elecciones de 1980 frente a Ronald Reagan, y pasó los siguientes 12 años fuera del gobierno. Pero cuando Bill Clinton fue elegido presidente en 1992, la nombró para dirigir la misión de EE.UU. en las Naciones Unidas, para convertirse en la primera mujer en hacerlo.
Como embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, recibió algunas críticas por la lenta respuesta de EE.UU. al genocidio de Ruanda en 1994, pero se ganó el cariño de Clinton tras calificar el derribo de dos aviones de un grupo de exiliados en Cuba en 1996 no como un acto de “cojones” sino de “cobardía”.
Y cuando el primer Secretario de Estado de Clinton, Warren Christopher, dejó su puesto al comienzo del segundo mandato de Clinton, fue Albright quien fue nombrada como su sustituta.
Durante su mandato, Albright fue una de las funcionarias estadounidenses de más alto nivel que se reunió con el dictador norcoreano Kim Jong-Il durante una visita oficial, en la que supuestamente le regaló un balón de básquetbol firmado por Michael Jordan.
En un comunicado, el expresidente George W. Bush indicó que él y la ex primera dama Laura Bush estaban “desconsolados” por la noticia de la muerte de Albright, y señaló que ella había “vivido el sueño americano y ayudado a otros a realizarlo” a lo largo de su vida.
“Cuando llegó a Estados Unidos de joven a bordo del SS America en 1948, nunca soñó que se convertiría en la primera mujer Secretaria de Estado de nuestra nación. Sirvió con distinción como ministra de Asuntos Exteriores nacida en el extranjero, que comprendió de primera mano la importancia de las sociedades libres para la paz en nuestro mundo”, agregó.