Illinois suspende construcción de campamento en Chicago para migrantes para revisar pruebas de suelo
El gobierno de Illinois suspendió el lunes la construcción de un campamento temporal en Chicago para albergar a migrantes durante el invierno, mientras el estado examina la eliminación de contaminantes del suelo en el antiguo sitio industrial.
La revisión, que un portavoz del gobernador J.B Pritzker dijo que no tomaría mucho tiempo, se produce mientras cientos de migrantes que fueron enviados por Texas al estado en el último año siguen viviendo dentro o frente a las estaciones de policía de Chicago o en el aeropuerto más transitado de la ciudad.
La ciudad publicó un estudio el viernes de una consultoría de Chicago, Terracon, que detallaba el descubrimiento y retiro de secciones de tierra del sitio en el vecindario de Brighton Park que contenían niveles de mercurio más altos de lo esperado.
“Se identificó tierra con niveles de mercurio en un lugar y se retiró y eliminó adecuadamente fuera del sitio en un vertedero”, informó la oficina del alcalde Brandon Johnson en un comunicado. "Con la remoción limitada del suelo y la colocación y mantenimiento de la barrera, el sitio es seguro para el uso residencial temporal”, añadió.
La Agencia de Protección Ambiental de Illinois revisará las pruebas, dijo Jordan Abudayyeh, portavoz de Pritzker. La agencia habló el lunes con Terracon para discutir el trabajo que la compañía hizo en el sitio y poder determinar si era seguro para albergar temporalmente a los migrantes en carpas acondicionadas para el invierno, dijo Abudayyeh, y agregó que espera que se produzca una decisión muy pronto.
El estado destinó hasta 65 millones de dólares para el campamento en Brighton Park y para estructuras permanentes en un sitio del vecindario Little Village. Juntos, albergarán a 2.200 migrantes.
Algunos residentes de Birghton Park han protestado contra el plan durante semanas, señalando que la zonificación no es adecuada y que el terreno está muy contaminado.
Los alcaldes de Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles y Nueva York han presionado para recibir más ayuda federal para lidiar con el aumento en las llegadas de solicitantes de asilo. Los migrantes han arribado a ciudades gobernadas por demócratas en autobuses financiados por los gobernadores republicanos de Texas y Florida. Los críticos habían dicho en un principio que el envío de migrantes era una maniobra política, pero más de un año después, las ciudades están teniendo problemas para hacer frente a la alta afluencia y sus recursos se están agotando.