Erupción catastrófica de supervolcán es mucho más probable de lo que se pensaba, advierten científicos
El evento podría afectar el clima global hasta el punto de “inclinar la tierra hacia un invierno volcánico”, lo que resultaría en “hambruna y alteración de la población”
Un nuevo estudio sugiere que una erupción catastrófica de un supervolcán -uno que resultaría en un número global de muertos- es mucho más probable de lo que se creía.
Unos 20 volcanes de este tipo que los científicos creían semidormidos pueden suponer un riesgo actual, según la investigación.
Hasta ahora, se pensaba que la probabilidad de una explosión dependía de la presencia de magma líquido bajo el volcán.
Pero la nueva investigación -coordinada por la Universidad Estatal de Oregón, en Estados Unidos, y realizada en colaboración con científicos de todo el mundo- ha encontrado pruebas de que pueden producirse erupciones aunque no se encuentre magma líquido.
De ser cierto, significa que algunos supervolcanes que hasta ahora se consideraban peligrosos sólo en el futuro podrían serlo ahora mismo para la humanidad.
“El concepto de lo que es ‘eruptible’ debe ser reevaluado”, dijo el profesor asociado Martin Danisik de la Universidad de Curtin en Australia, uno de los autores principales de la investigación publicada esta semana en la revista Communications Earth & Environment.
El equipo llegó a su conclusión tras investigar lo que ocurrió tras la supererupción del lago Toba hace unos 75 mil años en lo que hoy es Indonesia.
Se dice que el suceso provocó un invierno global de varios años de duración, que redujo la población humana de la época a tan sólo 3 mil personas.
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Pero es el hecho de que el magma parece haber seguido rezumando hasta 13 mil años después lo que ha interesado especialmente a los científicos, porque puede sugerir que las erupciones pueden producirse sin la presencia de magma líquido en primer lugar.
El profesor Danisik comentó: “las supererupciones son uno de los acontecimientos más catastróficos de la historia de la Tierra, ya que expulsan enormes cantidades de magma de forma casi instantánea. Pueden tener un impacto en el clima global hasta el punto de llevar a la Tierra a un “invierno volcánico”, que es un periodo anormalmente frío que puede provocar una hambruna generalizada y trastornos en la población.
“Aprender cómo funcionan los supervolcanes es importante para entender la futura amenaza de una inevitable supererupción”.
Y añadió: “Aunque una supererupción puede tener un impacto regional y global, y la recuperación puede llevar décadas o incluso siglos, nuestros resultados muestran que el peligro no termina con la supererupción y que la amenaza de nuevos peligros existe durante muchos miles de años después”.
“Aprender cuándo y cómo se acumula el magma eruptivo, y en qué estado se encuentra el magma antes y después de dichas erupciones, es fundamental para entender los supervolcanes”.