Autoridades de Trinidad y Tobago afirman que el buque venezolano corre ‘mínimo riesgo’ de hundirse
Venezuela ya inició el lento proceso de descargar el crudo y evitar un potencial desastre, una operación que podría requerir hasta 35 días
Un buque petrolero venezolano dañado que recientemente se inclinó en el Mar Caribe tras hacer agua no representa un riesgo significativo de generar un derrame que desate una catástrofe ambiental, afirmaron autoridades de Trinidad y Tobago este jueves.
El ministro de Energía e Industrias Energéticas Franklin Khan dijo que un equipo de expertos de su país inspeccionó el martes el FSO Nabarima, disipando temores previos de que la embarcación estaba a punto de hundirse y derramar los 1,3 millones de barriles de crudo en su interior.
El buque de doble casco se encuentra “intacto y representa un riesgo mínimo de cualquier derrame petrolero en este momento”, señaló Khan.
Dijo que Venezuela ya inició el lento proceso de descargar el crudo y evitar un potencial desastre, una operación que podría requerir hasta 35 días.
“El equipo confirma que se está realizando un mantenimiento en gran escala”, comentó Khan. “Se están reparando bombas y motores eléctricos, y reemplazando en caso de ser necesario”.
Las autoridades de Trinidad indicaron que seguirán monitoreando la situación, y han solicitado permiso de Venezuela para realizar una inspección de seguimiento dentro de un mes.
En septiembre surgieron protestas en la comunidad internacional respecto al estado del Nabarima, un buque con bandera de Venezuela de 264 metros (866 pies) de eslora que se cree está lleno casi a su capacidad total con 1,4 millones de barriles de crudo, cantidad casi cinco veces superior a la que derramó el Exxon Valdez en 1989.
El barco fue utilizado como una plataforma estacionaria anclada en el Golfo de Paria para ayudar a la exportación del crudo venezolano, anclado permanentemente en aguas entre Venezuela y Trinidad.
El buque ha quedado inactivo debido al reciente desplome mundial en la demanda energética por la pandemia del coronavirus, y por las sanciones que Estados Unidos ha impuesto al gobierno de Venezuela que han ahuyentado a posibles compradores del crudo de la nación sudamericana.
Las autoridades venezolanas rechazaron desde un principio que existiera riesgo alguno de derrame.
Ante el llamado de grupos ambientalistas, trabajadores de sindicatos petroleros y comunidades pesqueras en las costas aledañas, las autoridades de Trinidad solicitaron a Venezuela que les permitiera abordar la embarcación para realizar una inspección independiente.
Khan dijo que un equipo técnico de Trinidad realizó una inspección aérea desde un helicóptero venezolano en la que se observó que el buque flota en posición correcta y sin inclinaciones. Al aterrizar, no encontraron agua dentro del navío y los cascos se veían sólidos, indicó el funcionario.
El Nabarima pertenece a la flotilla de Petrosucre, una operación conjunta de la paraestatal petrolera venezolana PDVSA y una sociedad minoritaria con la petrolera italiana Eni.
Las preocupaciones de un posible desastre ecológico se derivaron del colapso de la otrora próspera industria petrolera venezolana.
Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, pero su industria se ha visto afectada por un aparente incremento de accidentes y derrames, incluyendo uno en agosto que dejó daños en un tramo de 14 kilómetros (9 millas) de playas vírgenes en el Caribe, a pocas horas de la capital Caracas.