¿A qué se debe el estrepitoso desplome de la economía en México?
México está en una compleja situación económica llamada estanflación, que se caracteriza por un nulo crecimiento, alto desempleo y elevada inflación
México se encuentra entrampado en el peor de los mundos: con una inflación elevada, un nulo crecimiento económico y un alto desempleo. Es lo que se conoce como estanflación.
Los datos duros confirman esta realidad. Para este año, la economía mexicana no crecerá un 5 por ciento, como pronosticó el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino sólo entre el 2 y el 2.2 por ciento, según estimaciones del INEGI y del Banco de México.
Si se toma en cuenta que la economía cayó 8.5 por ciento en 2020 y que en 2021 el rebote fue del 5 por ciento, el país está aún por debajo del nivel de producción que tuvo en 2018.
A ello se agrega que México cerró el 2021 con una tasa de inflación del 7,3 por ciento, la más alta en 21 años debido al aumento sostenido en los precios de los alimentos y los combustibles.
Por si fuera poco, el desempleo no cede. Al cierre de 2021, el número de personas desocupadas era de 2,1 millones de personas, equivalentes al 3,9 por ciento de la población económicamente activa.
Estas cifras, sin embargo, reflejan sólo una parte del problema del empleo en México. Hay que considerar que la tasa de informalidad se estima de manera oficial en un 56,2 por ciento. Este porcentaje significa que 32,2 millones de personas no cuentan con ningún tipo de prestación, ni seguridad social.
Según datos de ENOE, (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), 4,1 millones de personas están en búsqueda de oportunidades laborales, es decir, 642.334 más que antes de la pandemia.
Más preocupante aún resulta el aumento de la tasa de inactividad laboral, es decir, de personas que han dejado de buscar empleo porque no lo encuentran. En este grupo se encuentran unos 7,5 millones de personas, es decir, 1,6 millones más de las que había antes de la pandemia.
Causas del fracaso económico
El gobierno mexicano atribuye los problemas económicos del país a la pandemia. Pero en realidad el decrecimiento de la economía empezó en la segunda mitad de 2018, antes de la aparición del covid. Ese año, el PIB (Producto Interno Bruto) creció apenas 2 por ciento, la expansión más modesta desde el 2013.
A juicio de casi todos los expertos, el mal desempeño económico del país tiene como raíz, no la pandemia, sino las políticas erradas del presidente López Obrador.
Todo comenzó con la decisión de cancelar el Aeropuerto de Texcoco, que llevaba un 20 por ciento de avance, bajo el argumento de que había corrupción. Analistas como el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, aseguran que esa decisión envió a los inversionistas, tanto privados como extranjeros, el mensaje de que el gobierno de López Obrador no ofrecía certeza pues podía echar abajo proyectos ya encaminados.
A esta decisión se agregó la de cancelar la construcción de la planta cervecera Constellation Brands en Mexicali, tras una supuesta consulta en la que se determinó que los vecinos del lugar no la deseaban porque causaría escasez de agua en la zona.
Aunque López Obrador aseguró que estas acciones no se traducirían en la huida de capitales, la realidad es que la inversión, tanto nacional como extranjera, ha caído de forma estrepitosa.
Caída de la inversión
En septiembre de 2021, la inversión se contrajo 1,6 por ciento con respecto al mes de agosto. Y en octubre, mes del que se tienen las últimas estadísticas, se mantuvo estancada.
Hoy en día, la inversión, tanto pública como privada, es de apenas el 17 por ciento del PIB, muy por debajo del piso mínimo que, a juicio de Urzúa, debe ser del 20 por ciento.
Lo más grave es que no se ve en el horizonte un rayo de esperanza. Jesús Carrillo, del Instituto Mexicano para la Competitividad, considera que el panorama luce complicado porque no se ven datos alentadores debido a que el gobierno de la 4T insiste en mantener sus políticas de enfrentamiento con los inversionistas extranjeros.
La economista Valeria Moy, escribió en una columna para el Washington Post, que una de las mayores preocupaciones para los inversionistas es la iniciativa para la contrarreforma eléctrica que se discute actualmente en el Congreso de México.
Esta contrarreforma implica desconocer contratos ya establecidos con empresas privadas para la producción de electricidad mediante energías renovables. Al mismo tiempo, se intenta privilegiar la explotación del petróleo y del gas a través de la CFE (Comisión Federal de Electricidad), una de las mayores paraestatales en México.
Moy destaca que aún no se sabe si esta iniciativa prosperará, pero su discusión en el Congreso ha generado ya un clima de incertidumbre que se ha traducido en el freno de las inversiones.
La analista subraya que, de aprobarse esa reforma, México retrocedería años en competitividad. Y, sin energía suficiente, el crecimiento del país estaría muy limitado.
Otro asunto que preocupa es la militarización de la economía del país. El gobierno de AMLO no solo le ha encargado al Ejército todas las tareas de seguridad nacional sino también la construcción de sus grandes proyectos como el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería Dos Bocas y el Tren Maya. Uno de los grandes problemas que representa esta decisión es la falta de transparencia en torno a la construcción y manejo de estas obras.
Abandono de empresas en la pandemia
Por lo que toca a la pandemia, es preocupante que, mientras muchos países de la región han empezado a recuperarse de manera vigorosa, México se mantenga a la zaga.
La razón de fondo es, de nuevo, la política económica.
Durante la crisis de 2020 generada por la pandemia, muchos gobiernos, entre ellos el de Estados Unidos, aumentaron de inmediato la liquidez y el gasto público para contener, en la medida de lo posible, el cierre de empresas y el despido de trabajadores.
México, por el contrario, optó por abandonar a su suerte a las empresas, incluso a las medianas y pequeñas y, por ende, a los empleados. Es decir, permitió la quiebra del sector productivo del país.
Las consecuencias están a la vista. Los países de la región que adoptaron medidas para apoyar a las empresas y a los trabajadores han empezado a crecer a tasas espectaculares. En Estados Unidos, aunque hay inflación, la economía ha crecido casi un 6 por ciento; en Chile, un 11 por ciento; en Colombia, 9 por ciento.
Aumento de la pobreza
Ante este fracaso, AMLO insiste en que tiene otras cifras y que sacará adelante al país con su optimismo.
Atribuye todos los males nacionales a que por décadas los gobiernos neoliberales que le precedieron incurrieron en graves actos de corrupción. De esta forma, enriquecieron de manera escandalosa a las élites y se olvidaron de los pobres.
Nadie pone en tela de juicio esas aseveraciones y eso explica, en gran medida, el hecho de que López Obrador haya ganado por un amplio margen la presidencia.
El problema es que, lejos de solucionar las calamidades del país, éstas se han acrecentado.
Hoy, AMLO insiste en que la corrupción es cosa del pasado, pero no hay indicadores que avalen esta declaración. Por el contrario, en su edición de 2021, el organismo Transparencia Internacional colocó a México como el peor país evaluado en materia de corrupción de los 38 que integran la OCDE (Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico).
Más desalentador aún resulta que, a pesar de que AMLO prometió que le daría prioridad al sector más marginado de la población mediante varios programas de ayuda social, el número de mexicanos pobres ha aumentado de forma alarmante.
Las más recientes estadísticas de Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo) indican que del 2018 al 2020, la población en situación de pobreza pasó de 51,9 millones a 55,7 millones. Es decir, 3,8 millones más de pobres. Ese es, hasta ahora, el legado de la 4T.