El progresista Arévalo se perfila como nuevo presidente de Guatemala
La rotunda victoria del progresista Bernardo Arévalo el domingo en la segunda segunda vuelta presidencial de Guatemala encajó en el país como una reprimenda de los votantes a la élite política gobernante en medio de críticas a la corrupción generalizada.
Los resultados preliminares mostraron una ventaja abrumadora sobre su oponente de derecha Sandra Torres, pero está aún por verse si el defensor de la lucha anticorrupción será reconocido como nuevo presidente, después de numerosos intentos de la actual administración y de la justicia guatemalteca de suspender a su partido para impedir que participara en el balotaje.
Con el 99,89% de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó en su página web que el candidato del Movimiento Semilla lideraba el conteo oficial con un 58,04% frente al 37,20% de Torres, de Unión Nacional de la Esperanza (UNE), quien intentaba por tercera vez hacerse con la presidencia.
El legislador e hijo del exmandatario Juan José Arévalo (1945-1951) repitió en sus primeras palabras al conocer los resultados preliminares su promesa de combatir la corrupción que se ha extendido a varios sectores políticos y económicos.
La proclamación de resultados se espera para los próximos días, una vez que las autoridades electorales revisen las actas y las eventuales impugnaciones que puedan presentarse.
“Ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra la corrupción”, dijo el candidato de Semilla, una fuerza política joven que se creó en 2018. “Aceptamos con humildad esta victoria que nos ha dado el pueblo”, dijo Arévalo en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado de su compañera de fórmula, Karin Herrera.
“Nosotros sabemos que hay una persecución política en curso que se lleva a cabo por medio de las instituciones y fiscalías y jueces que han estado cooptados corruptamente. Y nosotros sabemos que eso está en curso", recalcó el también exembajador. "Quisiéramos pensar que la contundencia de esta victoria va a hacer evidente que los intentos de descarrilar el proceso electoral no van a tener lugar. El pueblo de Guatemala ha hablado contundentemente”, añadió.
Horas antes la jueza del TSE Blanca Alfaro lo había adelantado: “Podemos decir que don Bernardo (Arévalo) es el virtual ganador”.
En una publicación en la red social X, antes llamada Twitter, el presidente saliente Alejandro Giammattei felicitó a los guatemaltecos por unas elecciones “en paz, con pocos incidentes aislados" y agregó: “Felicito también a @BArevalodeLeon y extiendo la invitación para iniciar la #TransiciónGT ordenada”.
Arévalo adelantó que se reunirá con Giammattei al día siguiente de que se oficialicen los resultados de la elección y que en los próximos días dará a conocer a los integrantes de su gabinete de ministros.
En las afueras del hotel donde ofreció su conferencia de prensa cientos de simpatizantes con banderas de Guatemala coreaban “Sí, se pudo”.
Quien también felicitó a Arévalo fue el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien sostuvo en la red social X: “Saludamos al pueblo y @GuatemalaGob x una jornada electoral ejemplar, una verdadera fiesta cívica. Felicitamos al Pdte electo @BArevalodeLeon”.
Torres y Arévalo presentaban visiones distintas de lo que la sociedad guatemalteca necesita. Arévalo, de 64 años, prometió combatir la corrupción e impunidad que invade el país. Mientras Torres, de 67 años, apeló a los valores conservadores y religiosos y también ofreció ayuda social y reducción en los precios de la canasta básica.
Sin embargo, es poco probable que los resultados cosechados marquen el fin de los comicios. Los guatemaltecos aún recuerdan que se necesitaron más de dos semanas para que se certificaran los de la primera ronda del 25 de junio y que el mismo día en que fueron proclamados la Fiscalía anunció una investigación contra el partido Semilla y una orden de suspensión.
Esa investigación continúa y los fiscales parecen estar en camino de despojar a Arévalo de su partido.
Eduardo Núñez, director del Instituto Nacional Democrático de Guatemala, auguró dos escenarios que se intensificarán en los próximos días: la polarización del país y la judicialización del proceso electoral.
“Es presumible que podría haber una secuencia de acciones oficiales que buscarían, digamos, modificar de una u otra manera lo que ha pasado en las elecciones de junio y podría pasar ahora en las elecciones de agosto", presumió el analista, que identificó tres momentos clave.
El primero y más inmediato, el de los pronunciamientos que hagan tanto Arévalo como Torres tras los resultados. El segundo, el 31 de agosto, cuando termine oficialmente el proceso electoral y, por tanto, el Movimiento Semilla quede despojado de la protección legal que impide ahora su suspensión como partido; y el tercero, el 14 de enero cuando Giammettei debe cumplir con el mandato constitucional de dejar el cargo.
La percepción local e internacional es que el país se encamina hacia el hundimiento institucional y que Giammattei cooptó la Fiscalía General y otros organismos para perseguir a sus detractores y así asegurar la impunidad de los acusados de corrupción.
El politólogo Renzo Rosal explicó que después del cierre "podremos confirmar si hay una ola de impugnaciones como se había denunciado (por parte de fiscales del partido de Torres), si el perdedor acepta y reconoce los resultados y el TSE va a dar en corto tiempo el resultado y se logra oficializar”.
Salvo algunas quejas y denuncias sobre acarreo de personas o entrega de víveres a cambio de votos por parte de partidarios de Torres, la jornada transcurrió sin mayores incidentes. La fiscalía confirmó que se recibieron 17 denuncias por diversos delitos electorales y que se detuvo a ocho personas por obstruir centros de votación o hacer proselitismo a favor de un partido.
Según el TSE la participación superó el 45% mientras que en la primera vuelta había sido de 60,5%.
Arévalo sufragó temprano en medio de aplausos y vítores de seguidores. “Todo el mundo vaya a votar, vamos a votar temprano, vamos a votar con alegría, con tranquilidad. Es el momento, es una fiesta cívica”, expresó. Torres -ex esposa del fallecido expresidente Álvaro Colom (2008-2012)- también votó temprano, pero no hizo declaraciones.
Erick Ruiz, un analista de datos de 29 años, fue con su madre a votar a un centro en la zona 21, un área periférica de la ciudad. “Creo que hay poca gente votando en comparación con la primera vuelta, quizás es por todo lo que ha ocurrido en el proceso, pero votar es muy importante”, señaló.
Guatemala es el país más poblado de América Central y la economía más grande de la región pero enfrenta los mismos problemas de pobreza generalizada, corrupción y delincuencia que aquejan a otros vecinos. Sin embargo, su economía se ha mantenido relativamente estable gracias al flujo de las remesas que este año se espera que alcancen la cifra récord de 20.000 millones de dólares enviadas principalmente de Estados Unidos.
Guatemala pasó por varias transiciones democráticas luego de la guerra civil de 36 años entre 1960 y 1996. Desde entonces los guatemaltecos se han sentido cada vez más frustrados con un sistema político que parece amañado para beneficiar a unos pocos.
El gobierno de Estados Unidos suspendió la cooperación con la oficina de la Fiscal General Consuelo Porras y luego la sancionó por presunta participación en “la corrupción significativa y el socavamiento de la democracia”. El Estado de Derecho se ha venido deteriorando desde hace varios años, proceso que se aceleró en 2019 cuando el entonces presidente Jimmy Morales (2016-2020) expulsó a una exitosa misión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas. El esfuerzo multinacional había logrado avances contra la corrupción y empoderó a un grupo de jueces y fiscales.
Bajo el mandato de Giammattei, estos cazadores se convirtieron en cazados. La oficina de Porras amenazó con cargos a más de dos docenas de fiscales y jueces, quienes huyeron al exilio. El aumento del costo de vida, las posibilidades limitadas de empleo y el crecimiento de la delincuencia también empujaron a miles de guatemaltecos a emigrar hacia Estados Unidos en los últimos años.