EEUU: No hay señal de adversarios detrás de síndrome Habana
Las agencias de inteligencia estadounidenses no han podido vincular a un adversario extranjero con los incidentes asociados con el llamado “síndrome de La Habana”, cientos de casos de lesiones cerebrales y otros síntomas reportados por personal estadounidense en distintas partes del mundo
Las agencias de inteligencia estadounidenses no han podido vincular a un adversario extranjero con los incidentes asociados con el llamado “síndrome de La Habana”, cientos de casos de lesiones cerebrales y otros síntomas reportados por personal estadounidense en distintas partes del mundo.
Las conclusiones difundidas el miércoles por agentes de inteligencia estadounidenses ponen en duda las sospechas de mucha gente que denunció esos casos, de que Rusia u otro país podría estar realizando una campaña global para acosar o atacar a norteamericanos por medio de alguna forma de energía dirigida.
En cambio, dicen los funcionarios, hay más pruebas de que no hubo participación de gobiernos extranjeros. En algunos casos, Estados Unidos detectó en países adversarios cierta confusión acerca de las acusaciones y sospechas de que el síndrome de La Habana era un complot estadounidense.
Dos funcionarios al tanto de la evaluación informaron a la prensa el miércoles bajo la condición de anonimato y reglas fijadas por el director de Inteligencia Nacional. Los investigadores estudiaron unos 1.500 casos en 96 países. Muchos de esos casos, dijeron, se han vinculado a otras causas que una campaña extranjera: enfermedades, mal funcionamiento de aparatos de aire acondicionado y ventilación u ondas electromagnéticas provenientes de artefactos como un mouse de computadora.
Un grupo central de una veintena de casos identificados en una evaluación preliminar publicada el año pasado ha sido objeto de estudios exhaustivos, dijeron los funcionarios. Ninguno de los casos fue vinculado a un ataque adversario.
Los investigadores no hallaron “pruebas creíbles” de que algún adversario hubiera obtenido un arma capaz de causar los síntomas denunciados o un artefacto de escucha que pudiera herir a la gente de manera inadvertida.
El síndrome de La Habana se refiere a una serie de trastornos cerebrales reportados en 2016 en la embajada estadounidense en Cuba. Diplomáticos, agentes de inteligencia y personal militar en Washington y misiones en el mundo han denunciado incidentes. Algunos agentes de inteligencia sospechan desde hace tiempo que Rusia utiliza artefactos de energía dirigida par a personal estadounidense.
Pero el año pasado la CIA dijo que le parecía improbable que Rusia u otro adversario extranjero utilizara microondas u otra forma de energía dirigida para atacar a funcionarios estadounidenses.