A pocas horas de zarpar, cancelan crucero que ofrecía dar la vuelta al mundo
“Tenía planeado una vida extraordinaria para los próximos tres años, y ahora [no tengo] nada”, señaló una de las personas damnificadas
Un crucero organizado por la empresa Life at Sea, que prometía recorrer el mundo en tres años, habría dejado varadas a varias personas después de cancelar su itinerario repentinamente, apenas unas semanas antes de su salida programada.
Según la CNN, la cancelación de esta experiencia única tuvo lugar tan solo dos semanas antes de que el barco zarpara por falta de disponibilidad. En principio, estaba previsto que partiera de Estambul (Turquía) el 1 de noviembre, pero el viaje se pospuso varias veces. La siguiente fecha “confirmada” fue el 11 de noviembre desde Ámsterdam. Sin embargo, tiempo después, la compañía volvió a posponer la fecha hasta 30 de noviembre.
Quienes tenían previsto viajar habían pagado entre USD 29.999 mensuales y USD 109.000 anuales en función del tamaño de la habitación y planeaban visitar siete continentes, 135 países y 375 puertos a bordo del barco.
Según un informe de ABC, el 17 de noviembre, después de no recibir noticias de la empresa durante semanas, se notificó a los/as pasajeros/as sobre la cancelación del viaje. Algunas de estas personas incluso habían vendido sus casas, trasladado sus pertenencias y viajado a Turquía para emprender la travesía. Mientras tanto, la antigua directora ejecutiva de Life at Sea, Kendra Holmes, envió un video de 15 minutos para explicar la situación devastadora. De acuerdo con el medio, Holmes había dimitido de su cargo unos días antes.
Muchas de las personas que ya contaban con un lugar entre los 111 camarotes no habían previsto la cancelación de última hora y, al parecer, ahora no tienen ningún lugar al cual regresar. La empresa promete que reembolsará el dinero, pero los pagos solo se harán en plazos mensuales, por lo que se calcula que la devolución total se hará hacia finales de febrero. Asimismo, Life at Sea se ofreció a pagar el transporte y el alojamiento hasta el 1 de diciembre de todas aquellas personas que ya viajaron a Estambul.
En declaraciones a la CNN, una fuente que prefirió permanecer en el anonimato manifestó: “Hay un montón de personas, ahora mismo, sin un lugar adónde ir, y algunas necesitan su reembolso, incluso para planear su siguiente destino. [La situación] no es buena en este momento”.
Kimberly Arizzi, quien había comprado su pasaje para dar comienzo a su vida como jubilada, vendió su departamento, su ropa y sus muebles para pagar el lujoso viaje, según Insider.
Miray International, la empresa matriz de Life at Sea, había empezado a aceptar pagos y reservas para viajar en el crucero, el primero de su clase, el 1 de marzo. En aquel momento, el plan era utilizar el barco MV Gemini. Sin embargo, tras una evaluación posterior, la empresa habría decidido que la embarcación no era lo suficientemente grande.
También pensaron en utilizar el AIDAaura, el cual Life at Sea iba a comprar y rebautizar como MV Lara, según la CNN. Life at Sea había notificado a los huéspedes que la compra del MV Lara estaba tardando un poco más de lo previsto. Sin embargo, se comenta que la empresa Celestyal Cruises lo compró el 16 de noviembre.
El 19 de noviembre, dos días después de que se notificara a los/as pasajeros/as de la cancelación del viaje, Vedat Ugurlu, propietario de Miray International, confirmó que la compra del barco estaba fuera del alcance de la empresa. De hecho, Ugurlu también explicó que Miray International les había presentado el proyecto a inversores y que tuvo la aprobación oficial de algunos de ellos para efectuar la compra, pero después de realizar el pago inicial, se negaron a seguir apoyando a la empresa “debido a los disturbios en Medio Oriente”.
En conversación con la CNN, una persona que aspiraba a viajar alrededor del mundo se describió a sí misma como “triste, enojada y confundida”.
“Tenía planeado una vida extraordinaria para los próximos tres años, y ahora [no tengo] nada”, señaló. “Tengo problemas para salir adelante. Estaba orgullosa y me sentía una persona valiente, ahora no confío en nada ni en nadie. Sé que todo saldrá bien y que la vida continúa, pero no estoy segura en qué dirección”.
Después de la cancelación, muchas personas dejaron sus comentarios en las redes sociales y manifestaron su solidaridad con las personas damnificadas.
The Independent se ha puesto en contacto con Miray International y Life at Sea en busca de comentarios.
Traducción de Noelia Hubert