Un experto en nutrición asegura que contar calorías no es primordial para la pérdida de peso
En cambio, recomienda el consumo de alimentos “medicinales”
Si existiese un fármaco capaz de acelerar el metabolismo, facilitar la pérdida de peso, reducir la inflamación y promover una vida más feliz y prolongada, sería un récord de ventas.
Pero dicha sustancia existe, explica el cirujano bariátrico Andrew Jenkinson, y la utilizamos muchas veces al día.
Según señaló, “el elixir de la vida ya existe y se llama comida. Sin embargo, hay que tener cuidado de no pasarse de la raya, puesto que este mismo ‘fármaco’ también es capaz de provocar aumento de peso, obesidad, diabetes, inflamación, alergias, e incluso tristeza”.
“Como cualquier sustancia adictiva, puede interferir en las vías de recompensa, provocar excitación de manera anormal y generar adicciones y malos hábitos, [que eventualmente] se vuelven parte de ti”.
A pesar de que muchas personas están obsesionadas con el conteo de calorías, Jenkinson, que se especializa en cirugías para la pérdida de peso y en procedimientos laparoscópicos, considera que es más importante enfocarse en los efectos de la alimentación en el organismo, incluido el cerebro. Está convencido de que, si tratáramos la comida como medicina y tuviésemos en claro que ciertos alimentos son “tóxicos” y otros “medicinales”, podríamos llevar un estilo de vida más sano con mucha más facilidad.
“Las calorías de los alimentos son secundarias en lo que respecta al peso y a la salud”, señaló. “Lo que importa es lo que la comida le hace al cuerpo y, principalmente, al cerebro”.
“Una vez que comprendes que los alimentos funcionan igual que un fármaco, el cual puede ser tóxico o tener propiedades terapéuticas, la manera de ver la alimentación cambia por completo. Contar con estos conocimientos es fundamental para acceder a una vida más sana, sin necesidad de recurrir a la fuerza de voluntad, porque una vez que entiendas cómo te afecta la comida, comenzarás a sentir ganas de consumir comida saludable”.
El cirujano, cuyo nuevo libro aborda la forma en que nos afecta la comida, explica que los distintos componentes de los alimentos transmiten mensajes y que el organismo los interpreta como si fuesen medicamentos. “No son las calorías las que provocan el aumento o la pérdida de peso, sino estas señales”, afirma.
Una vez que aceptamos que los alimentos son como un fármaco, es necesario aprender a diferenciar las opciones buenas de las malas, señaló. “Esto modifica toda nuestra manera de pensar respecto a la comida y [nos permite adoptar] la identidad de una persona que vive de manera saludable. Este tipo de cambio es más divertido, puede incorporarse con entusiasmo y no depende únicamente de la fuerza de voluntad”.
Alimentos no recomendados
Según el Dr. Jenkinson
Alto contenido de azúcar y carbohidratos refinados
Jenkinson explica que la leptina, una hormona producida por las células grasas, es crucial para mantener un peso saludable, ya que aumenta el metabolismo y disminuye el apetito. Pero las personas obesas pueden desarrollar inflamación, lo cual impide que la leptina haga su trabajo y genera resistencia a la leptina.
Ciertos alimentos con alto contenido en azúcar y carbohidratos refinados son lo que Jenkinson denomina “destructores de leptina”. “Estos bloquean las señales saludables de la leptina y provocan el aumento de peso”, afirma. “Los destructores de la leptina son cualquier alimento que contenga grandes cantidades de azúcar y carbohidratos refinados, como los pasteles, la pasta y el pan”.
Refrescos azucarados
La fructosa es un azúcar natural que se encuentra en la fruta, la miel y muchos otros alimentos de origen vegetal, y que a menudo se añade a los alimentos procesados y a los refrescos azucarados. Jenkinson afirma que su consumo excesivo puede generar que se transmitan señales de aumento de peso dentro de las células.
“Esta respuesta primitiva recién descubierta normalmente permanece latente a menos que se perciban cantidades muy elevadas de fructosa”, explica. “Pero estas altas concentraciones de fructosa se encuentran en los alimentos procesados, lo que activa el interruptor de la fructosa y conduce al aumento de peso”.
Comida rápida y alimentos procesados
Los alimentos procesados están diseñados para provocar sensaciones de recompensa y placer muy poderosas al consumirlos, y esto hace que el cerebro los desee por encima de otros alimentos más naturales, afirma Jenkinson.
Sin embargo, el especialista advierte que estos alimentos están llenos de aceites vegetales y señala: “Aunque l’os nutricionistas nos han asegurado que estos aceites son saludables, en realidad, son peligrosos para el delicado equilibrio de los importantes ácidos grasos omega que recubren las paredes celulares.
“Demasiado omega-6, un nutriente que se encuentra en estos aceites en exceso, reduce los beneficios de los ácidos omega-3 para la salud. Los ácidos grasos omega-6 provocan un mal funcionamiento en las señales de insulina, lo que implica que necesitemos más de esta hormona, y generan el mismo efecto que se produce cuando ingerimos demasiada azucar”.
Según él, un exceso de omega-6 también desencadena la inflamación, lo que aumenta el riesgo de enfermar o desarrollar una enfermedad inflamatoria. Entre los alimentos que alteran los ácidos grasos omega, se encuentra la comida rápida, las patatas fritas, los alimentos procesados no perecederos, cualquier alimento cocinado en aceite vegetal (girasol, canola, colza, etc.), la yema de huevo, y los pollos y cerdos de granja.
Productos que contienen colorantes y aromas artificiales
La mayoría de los colorantes, aromatizantes, emulsionantes y otros aditivos artificiales “no son, ni han sido nunca, alimentos”, señaló Jenkinson. “Son elementos químicos diseñados en laboratorios para beneficiar a las empresas alimentarias”.
Según afirma, algunos causan inflamación, alergias graves y mayor riesgo de cáncer, y la mayoría de los alimentos procesados los contienen, por lo que es importante evitarlos lo máximo posible, ya que “actúan como una droga tóxica”.
Alimentos recomendados
Según el Dr. Jenkinson
Pescado
El pescado está repleto de aceites omega-3, por lo que es antiinflamatorio y ayuda a perder peso, afirma Jenkinson. “El sushi es un alimento estupendo y, en Japón, donde lo consumen en abundancia, se encuentran algunas de las personas más saludables del mundo”.
Claras de huevo
Las claras de huevo son una gran fuente de proteínas y Jenkinson las recomienda para reducir el nivel de omega-6 de las yemas.
Cereales saludables
Si estás intentando perder peso, el especialista sugiere evitar el consumo excesivo de carbohidratos como arroz blanco, patatas y pan, y sustituirlos con legumbres y frijoles, quinoa o trigo sarraceno, los cuales no disparan los niveles de insulina.
Verduras de hoja verde
Jenkinson también recomienda el consumo de verduras frescas, sobre todo de hoja verde y de colores vivos, ya que le aportan al organismo fitoquímicos, que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. “Si ingieres la mayor parte de tus carbohidratos a través de las verduras, la hormona de control de peso seguirá funcionando con normalidad, lo que significa que no subirás de peso”, señala.
Frutos del bosque
Están repletos de fitoquímicos y tienen bajo contenido de fructosa. De hecho, si se consumen en grandes cantidades, pueden causar que el organismo entre en estado de hibernación y provocar un aumento de peso.
Grasas saturadas
Las investigaciones demuestran que está bien comer filetes grasos, carne roja de pastura para obtener grasas omega-3 saludables, mantequilla y yogur, pero hay que evitar el aceite de palma, que está vinculado con las enfermedades cardíacas.
“La carne roja no es mala para la salud”, insiste Jenkinson. “Está repleta de grasas saturadas naturales que son beneficiosas para la salud. Estas grasas no elevan los niveles de insulina y no causan obesidad”.
Especias naturales y sal
Salvo en casos de hipertensión, la sal puede utilizarse para sazonar la carne y el pescado antes de cocinarlos. “Esto les da a los alimentos preparados en casa un sabor increíble”, explica el especialista. También recomienda mantener la alacena llena de especias y hierbas aromáticas para que las comidas sean sabrosas, y señala: “Tu especiero natural es una fuente de energía nutricional que contiene minerales, vitaminas e importantes fitoquímicos antiinflamatorios”.
Traducción de Noelia Hubert