La contaminación afecta al peso, la grasa corporal y la circunferencia de la cintura
Descubren que la contaminación del aire puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas con el exceso de peso en las mujeres.
La contaminación del aire continúa siendo uno de los grandes retos para la salud pública mundial. La contaminación atmosférica no solo daña notablemente el medioambiente, sino también la salud de las personas. Un nuevo estudio revela datos alarmantes: Las toxinas ambientales están agravando la pandemia de la obesidad.
Durante mucho tiempo se ha pensado que la obesidad es causada por una alimentación excesiva y otros hábitos poco saludables, como la falta de sueño y factores genéticos. Sin embargo, esta nueva investigación publicada en Journal of Clinical Investigation, relaciona la exposición a la contaminación del aire con un mayor riesgo de sobrepeso en las mujeres, que contiene gases nocivos y otras partículas.
La Universidad de Michigan anunció que ha descubierto que la contaminación atmosférica determina el desarrollo de la obesidad entre las mujeres, destacando que las partículas peligrosas transportadas por el aire pueden afectar a su peso, índice de masa corporal (IMC), perímetro de cintura y grasa corporal. En particular, las mujeres de mediana edad se ven afectadas por la correlación ambiental y biológica.
El autor principal del estudio, Xin Wang, investigador de epidemiología de la Universidad de Michigan, sugiere que la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica de las mujeres de entre 40 y 50 años puede aumentar su tamaño y composición corporal. En concreto, los niveles más altos de las llamadas partículas finas, como el dióxido de nitrógeno y el ozono, son los culpables del fenómeno de la obesidad de las mujeres de mediana edad.
Si bien la dieta y la actividad física son fundamentales en el control del peso, los factores ambientales, incluida la contaminación por tráfico, se han pasado por alto en su obesogenicidad, debido fundamentalmente a la escasa evidencia epidemiológica”. Inciden también en que la contaminación del aire puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas con el exceso de peso.
El equipo llegó a su conclusión relacionando las direcciones residenciales con la estimación de las concentraciones de contaminantes atmosféricos combinados. Además, los investigadores examinaron la correlación entre la contaminación y las medidas de tamaño y composición corporal de las mujeres.
La teoría de que las toxinas conocidas como “obesógenos” pueden alterar la forma en que el cuerpo regula el peso aún no está ampliamente aceptada.
El componente más alarmante de los hallazgos es que algunos efectos químicos que causan el aumento de peso pueden transmitirse de generación en generación alterando la función de los genes. Los investigadores atribuyen la obesidad a contaminantes como el bisfenol A (BPA), muy utilizado en plásticos, insecticidas, retardantes de llama y contaminación atmosférica.
¿Qué es la obesidad?
Según la Universidad de Michigan, se trata de una enfermedad metabólica compleja que se produce debido a nuestra composición genética y a las fuerzas ambientales. A medida que el Índice de Masa Corporal (IMC) de un individuo se eleva por encima de 25 (el punto de corte es menor en algunas poblaciones raciales/étnicas), aumenta el riesgo de desarrollar otras condiciones de salud, incluyendo la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Desde 1975, la obesidad mundial se ha cuadruplicado. Casi 2.000 millones de personas y 40 millones de niños menores de cinco años están gordos o tienen sobrepeso.